Mujica: “La cultura que nos rodea estimula el hiperconsumo”

"El Pepe" como se lo conoce mediáticamente y a quien todos o casi todos señalan cono una rara havis de la política o más todavía, alguien que no es en el cabal sentido de la palabra, un político, que no reproduce los tics, los gestos calculadores, estudiados de los políticos, pasó por Corrientes especialmente invitado para participar de la Feria Provincial del Libro. Su último libro una es apenas una excusa.

"Pensar, hay que usar la cabeza para pensar, si te creés un hombre libre porque comprás lo que una TV te machaca y te machaca que hay que comprar, que tenés que comprar esto y lo otro que te ofrecen, pobre de uno. Hay que aprender a vivir, con sencillez, sin joder a los demás, de las pequeñas cosas de las vida que, al final, son las que valen", predica.

"Hay que apuntalar el progreso humano. Siempre en la historia aparecieron cosas que parecían imposibles, la ley de 8 horas, la jubilación, el fin de la esclavitud, pero es que ¿alguien hoy negaría esas conquistas? Eso ha quedado incrustado en el progreso de la humanidad", agrega.

. A las 17 saludó al gobernador Ricardo Colombi, y una hora más tarde recibió a periodistas con la misma sencillez y naturalidad con que después, se presentaría ante un auditorio repleto de la Centenario donde se lo ovacionó.

Los periodistas se convocaron en masa, pero el tiempo tiránico acotó sus preguntas. Por fortuna, la poda no llegó hasta a la inquietud de momarandu.com que el ex presidente respondió.

- En su última intervención en ONU, usted, dio a entender que la sociedad está organizada a imagen y semejanza del mercado, el consumismo y la acumulación. Corrientes de pensamiento ven una alternativa en lo que describen como el decrecimiento, esto es la desacelaración programada y sostenida de la producción ¿Ve eso posible?
- A ver, es una pregunta muy intelectual. Ustedes saben que vivimos un época que depende del mercado y el mercado es funcional a la acumulación. Saben que se ha creado una cultura que nos rodea y que estimula el hiperconsumo, cuantas más cosas compremos más feliz parecería que podemos ser. Por supuesto hay gente que cuestiona esto, porque todo esto que lleva al agotamiento del medio ambiente. Esa gente cuestiona el crecimiento de la economía, y propone el decrecimiento. Pero yo veo que el cambio cultural es lo que más cuesta, creo que es más fácil el cambio material. Pensar que la gente va a ir para atrás y va a decrecer en su nivel de consumo, es medio intelectual. Para las grandes masas a lo que debemos aspirar es a que tengan una cultura más inteligente que consuman lo que su cabeza controla y necesita, sin que nadie se lo imponga. La respuesta a esto es muy honda. Podemos comprar cualquier mercadería en un supermercado pero no podemos comprar años de vida. La cuestión, entonces, es en que gastamos la vida. Si laburando y pagando unas cuotas detrás de otras y tomando más laburo para cambiar el auto anualmente y comprar la casa quinta y pagar el viaje a Miami, y los sirvientes, y asi sucesivamente, ¡pobre de tu libertad!. Y no estoy haciendo apología de la pobreza, sino apología de la inteligencia, la que da importancia a la vida, a la vida para vivirla, al amor, a los hijos, a los amigos, al tiempo libre. Hay que entender que la vida se nos va y los cajones no tienen bolsillos para llevarnos la guita. Como decían los griegos: nada en demasía. Eso es mi respuesta a la pregunta, pero es un asunto más largo.

En esa misma conferencia ante sus pares en ONU Mujica también sostuvo que es esta la era más revolucionaria de todas, aunque carece de dirección. Aquí en Corrientes volvería sobre esa idea: Transitamos una época de cambios profundos . El mundo que va a venir precisa de trabajadores calificados, con manejo de dos idiomas, como mínimo, hijos de internet, globalizados y naturalmente tendrán condiciones intelectuales hasta cierto puntos para ser más independientes. Pero tendrán que enfrentar un mundo de las máquinas sustituyendo a los hombres. La era de la robótica, que está a la vuelta de la esquina. Eso va a tener seguramente consecuencias sociales.

Y qué otros asuntos de la agenda internacional abordaría en la Centenario: la misión de la política, el estado del Mercosur, el populismo.

- ¿Es la hora del final para los gobiernos populistas? fue otra de las preguntas de la prensa. Mujica respondió: "Los gobiernos pasan y los pueblos quedan, la historia va y viene, hay tiempos más conservadores y tiempos más distribuidores, pero nadie que llegue al gobierno se tiene que considerar el rey definitivo de la historia. La palabra populista prefiero no usar. Se lo usa muy frecuentemente como el cuartito del fondo: todo lo que no sirve es populista. A los que tratan de distribuir riqueza se los va a llamar populistas; para mí, no lo son, son gente macanuda, que buscan ayudar a los débiles, aunque, claro, no son tan macanudos si distribuyen diez y se guardan veinte (risas). Luchar por distribuir la riqueza es la prioritarla enfermedad contemporánea es la desigualdad, que todavia es más grave que la pobreza".

"La política es una necesidad del hombre porque no vive solo sino en sociedad", dijo también. "Pero lo hombres tenemos conflictos, porque tenemos diferencias, clases distintas, y entonces hay choques, y hay quien tiene que administrarlas, pues bien ése es el papel de la política. Pero es verdad que también a veces se producen conductas hipócritas que alejan a las personas de la política y a renegar de lo colectivo".

"¿Mercosur? Mercosur está lleno de defectos, no funciona como debiera y es porque lo estados miembros se juntan para la foto y, luego, se van a pelear por sus chauchas. La verdad, no se ha trabajado con fuerza para la integración y , sin embargo, nos jugamos el porvenir en los fenómenos de integración, porque será la única manera de terciar en el mundo contemporáneo. Mercosur no es para que unos saquen ventajas y otros pierdan. Mercosur debe ser equitativo. Ahora estamos en medio de un baile: EEUU quiere alianza fuerte en el pacífico donde estén todos, para enfrentar a China, pero nosotros vendedores de alimentos no podemos renunciar al mercado chino. No me quiero integrar con los competidores como EEUU sino con los demandantes, con Indonesia, China. Ese es el desafío. Por supuesto tampoco quiere decir que China debiera entrar así como así en nuestros mercados, porque nos avasallaría.