La presidenta del Instituto de Cultura de Corrientes, Lourdes Sánchez, se refirió al proceso organizativo de la próxima gran fiesta cultural de la provincia, en un contexto marcado por su reciente asunción al cargo y por los tiempos acotados de planificación. “Yo asumí hace muy poquito, asumí en jueves y tengo este gran desafío por delante, acompañada por un equipo maravilloso que estamos trabajando día y noche”, expresó, al describir el ritmo intenso de trabajo que atraviesa el organismo en esta etapa inicial de gestión.
En ese marco, Sánchez reconoció las exigencias personales y profesionales que implica la organización de un evento de gran magnitud, al señalar que “por eso quizás estoy lenta, vengo de dormir una cifita porque necesitaba”. Explicó que la cercanía de las fechas y la acumulación de tareas obligan a redoblar esfuerzos, con el objetivo de sostener una programación continua y de calidad que responda a las expectativas del público y de los artistas involucrados.
La titular del Instituto de Cultura remarcó que la meta principal es garantizar una celebración sostenida a lo largo de varias jornadas, con una propuesta sólida y sin interrupciones. “Queremos que sea una fiesta inolvidable, única, con un esfuerzo por parte del gobierno para que puedan ser diez noches de salud y que no se baje ni una noche”, afirmó.
Asimismo, puso en valor el sentido social y cultural de la convocatoria, orientada a fortalecer el vínculo entre los artistas y la comunidad. “Vamos a poder disfrutar de todos los artistas que los correntinos estamos esperando. Vamos a conocer también nuevos talentos”, sostuvo, subrayando que la fiesta se concibe como un espacio de encuentro intergeneracional, donde conviven figuras consagradas y expresiones emergentes del ámbito cultural local.
MEMORIA, DANZA E IDENTIDAD CULTURAL
Sánchez destacó el carácter profundamente identitario de la celebración, al señalar que se trata de un acontecimiento que moviliza a toda la comunidad artística durante el año. “Esta fiesta lo que tiene es eso, todos quieren estar. Todos se preparan, todo el año, aquellos pequeños niños que empiezan con sus acordeones, a bailar, y por supuesto que es un sueño para ellos estar en ese escenario”, expresó, al describir el proceso formativo y emocional que rodea la participación en el evento.
Desde una mirada personal, la funcionaria evocó su propia experiencia como artista, vinculada al mismo escenario que hoy convoca a nuevas generaciones. “Yo estuve en ese escenario con 11 años y el día de hoy me acuerdo la emoción que fue para mí subir al anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola y ver toda toda la gente, ese público lleno”, manifestó, destacando la dimensión simbólica que tiene ese espacio para quienes se forman en la música y la danza tradicional.
En relación con la danza, Sánchez puso énfasis en el crecimiento y el reconocimiento que ha tenido esta disciplina en Corrientes. “Me encanta que así sea los bailarines, porque bueno, fui bailarina, todavía me considero bailarina, porque sí, todavía puedo bailar”, afirmó, al tiempo que reconoció que se trata de “una carrera sufrida muchas veces donde no se les da el espacio, las oportunidades”, aunque consideró que esa realidad está comenzando a modificarse en el ámbito provincial.
Finalmente, la presidenta del Instituto de Cultura vinculó su actual función con su trayectoria previa y con un fuerte sentido de pertenencia. “Yo desde la gestión que tuve en el Teatro Vera con un enorme compromiso, un enorme profesionalismo, y por sobre todo amor, amor a Corrientes”, señaló, y agregó que el rol que hoy ocupa, “con este gran compromiso que me otorga el gobernador Juan Pablo Valdés de estar al frente del Instituto de Cultura”, le permite proyectar una línea de trabajo que, según indicó, “creo que hicimos una gran gestión en el Teatro Vera. Hoy lo voy a poder controlar desde el Instituto”.