El arzobispo de Corrientes presentó la Memoria Anual de Actividades de la Arquidiócesis en un acto realizado en el Instituto San Benito, ante agentes pastorales, representantes de instituciones educativas y movimientos diocesanos.
Con un mensaje cargado de gratitud y esperanza, el Arzobispo de Corrientes presentó la Memoria Anual de Actividades de la Arquidiócesis, un documento que refleja el camino evangelizador realizado a lo largo del último año y que busca dar testimonio del compromiso pastoral asumido por toda la comunidad diocesana. La presentación se desarrolló ayer, en el Instituto San Benito, ante agentes pastorales de comunidades parroquiales, miembros de instituciones educativas y movimientos diocesanos.
Durante el acto, se fueron exponiendo distintas imágenes y videos, mientras se escuchaba el relato en primera persona de muchos de los referentes que llevan adelante las diversas pastorales que animan el andar la Iglesia correntina.
En su reflexión, monseñor José Adolfo Larregain destacó que la Memoria es un signo concreto del proceso sinodal que la Iglesia vive desde la convocatoria del Papa Francisco. Recordó que una Iglesia sinodal es aquella que “escucha, discierne y camina con plena transparencia y corresponsabilidad”, y subrayó que esta publicación expresa justamente esa vocación de “caminar juntos”, evaluando y compartiendo lo que el Espíritu suscita en cada comunidad.
Asimismo, remarcó que estas instancias de revisión y comunicación no solo fortalecen una administración prudente, sino que manifiestan —como señala el Papa Francisco— una transparencia entendida como forma de caridad, servicio y misión.
Durante la presentación, el Pastor dirigió un profundo agradecimiento a todos los que sostienen la vida pastoral de la Iglesia en Corrientes. Mencionó especialmente a los sacerdotes, cuya entrega diaria “a veces silenciosa y siempre generosa” sostiene la vida sacramental; a los diáconos, servidores de la caridad que mantienen viva la cercanía con los más pobres; a los consagrados y consagradas, cuya presencia orante es fuente de esperanza; y a los agentes pastorales laicos, que con sus dones y servicios enriquecen cada ámbito de la evangelización.
“Cada gesto ofrecido, cada servicio prestado y cada hora entregada en favor del Evangelio es una semilla fecunda que el Señor hará germinar”, expresó.
Finalmente, monseñor Larregain invitó a que la Memoria no sea solo un registro de las acciones más significativas del año, sino también un llamado a dar gracias, fortalecer la transparencia y renovar el ardor apostólico. Encomendó el camino de la Iglesia local a María de Itatí, y dedicó un agradecimiento especial al equipo que preparó la presentación con “dedicación, esmero y cariño”.
ANDAR DIOCESANO
Con profunda gratitud, la Arquidiócesis de Corrientes presentó su Memoria Anual de Actividades, un documento que recoge el camino pastoral, comunitario y evangelizador vivido durante el último año. La publicación expresa el compromiso de la Iglesia local con la transparencia, la corresponsabilidad y el estilo sinodal al que convoca el Papa Francisco.
Tras las palabras de monseñor Larregain, se fueron presentando diversos informes, a través de proyecciones y de videos. La presentación estuvo centrada en cuatro ejes:
- Evangelización y vida sacramental
- Acción social y misericordia
- Educación y cultura
- Medios de comunicación
En el tramo final de la presentación realizada ayer, el Arzobispo invitó a vivir el tiempo de Adviento como una ocasión propicia para renovar la esperanza. Señaló que, mientras la Iglesia repasa lo vivido y reconoce los numerosos signos de la gracia de Dios en las comunidades, el Señor prepara el corazón de su pueblo para recibir nuevamente “la luz que nace en Belén”.
Recordó que la Navidad que se aproxima es anuncio de un Dios que “sigue apostando por nosotros”: un Dios que se hace pequeño, cercano y fraterno para caminar junto a su pueblo y sostener su misión evangelizadora. En este sentido, animó a que la contemplación del misterio del Dios hecho Niño sea fuente de fortaleza interior y apertura a lo nuevo que el Espíritu quiere suscitar en la Iglesia que peregrina en Corrientes.
Antes de concluir, expresó su reconocimiento y gratitud a todos los que colaboraron y acompañaron la vida pastoral durante el año. E invitó a seguir caminando juntos, como una Iglesia sinodal, humilde y disponible, dejándose conducir por la estrella que guía hacia Cristo.