"Líbano, ¡sé morada de justicia y de fraternidad! ¡Sé profecía de paz para todo el Levante!". Con este llamamiento, en una misa en el paseo marítimo de Beirut ante más de 150.000 fieles, concluyó este martes su visita a Líbano el papa León XIV.
El papa peruano-estadounidense recorrió la explanada en papamóvil cubierto, en el acto más multitudinario del que ha sido su primer viaje internacional y entre el entusiasmo de los fieles de la comunidad católica del país, menos del 30 % de la población (aunque hace pocas décadas era más de la mitad del país).
"Oriente Medio necesita nuevos enfoques para rechazar la mentalidad de venganza y de violencia, para superar las divisiones políticas, sociales y religiosas, y abrir nuevos capítulos en nombre de la reconciliación y la paz", declaró el jefe de la Iglesia católica, que cierra este martes una visita de tres días al Líbano.
Turquía y el Líbano, en su primer viaje al extranjero
Robert Francis Prevost llegó el domingo desde Turquía, en su primer viaje al extranjero como líder de la Iglesia católica, con un mensaje de esperanza para los jóvenes libaneses, cuya fe se ha visto a prueba por los desafíos que enfrenta el país.
Robert Francis Prevost, el papa León XIV, se despide de Beirut con la cruz en una mano y un saludo en la otra.Robert Francis Prevost, el papa León XIV, se despide de Beirut con la cruz en una mano y un saludo en la otra.
Recibió una jubilosa bienvenida en una nación asolada por un colapso económico y que aún se está recuperando de la guerra del movimiento islamista Hezbolá e Israel del año pasado, que muchos temen que se reanude.
León XIV afirmó que la belleza del Líbano "se ve oscurecida por los numerosos problemas que los afligen, por un contexto político frágil y a menudo inestable, por la dramática crisis económica que les oprime, por la violencia y los conflictos que han despertado antiguos temores". Y recordó que esta mañana visitó el lugar de la explosión en el puerto, donde pudo consolar a algunos de los familiares de las 245 víctimas de la tragedia del 4 de agosto de 2020.
Les animó "a encontrar las pequeñas luces que brillan en lo hondo de la noche, tanto para abrirnos a la gratitud como para estimularnos al compromiso común en favor de esta tierra" y a no desanimarse, "ni a ceder a la lógica de la violencia ni a la idolatría del dinero, a no resignarnos ante el mal que se extiende".
"Cada uno debe poner de su parte y todos debemos unir nuestros esfuerzos para que esta tierra pueda recuperar su esplendor. Y solo hay una forma de hacerlo: desarmemos nuestros corazones, dejemos caer las armaduras de nuestras cerrazones étnicas y políticas, abramos nuestras confesiones religiosas al encuentro mutuo, despertemos en lo más profundo de nuestro ser el sueño de un Líbano unido, donde triunfen la paz y la justicia", animó el pontífice.
El papa que concluyó su homilía rezando "para que esta tierra del Levante esté siempre iluminada por la fe en Jesucristo, sol de justicia, y, gracias a Él, conserve la esperanza que no declina".
Fuentes: Dw, rml (efe, afp)