El economista Claudio Loser, exdirector para el Cono Sur del Fondo Monetario Internacional, dialogó con momarandu.com sobre el estado actual de las relaciones comerciales entre Argentina y Estados Unidos, así como la reacción inicial de sectores políticos y productivos estadounidenses frente a los acuerdos bilaterales recientes.
Loser recordó que, pese al enojo inicial de algunos sectores conservadores en ese país respecto del préstamo vinculado al expresidente Donald Trump, la situación se fue diluyendo debido a la dinámica informativa interna. Señaló que “los medios por lo menos en Estados Unidos son de muy corta memoria”, lo que contribuyó a que el tema dejara de ocupar un lugar central en la agenda pública. También sostuvo que, si bien hubo molestias tanto en sectores republicanos como demócratas por el acuerdo, “yo creo que para la Argentina ha sido positivo”, destacando que podría favorecer inversiones y generar condiciones más competitivas para ciertos insumos.
En esta línea, Loser explicó que la atención estadounidense en torno a los archivos desclasificados y a las controversias políticas asociadas a ese proceso también perdió intensidad con el correr de los meses. Explicó que “el gobierno abrió entonces ya no hay tanta preocupación con eso”, lo que, a su juicio, redujo la tensión bilateral que había surgido en los meses previos. En cuanto al intercambio comercial, subrayó que el acuerdo beneficia en mayor proporción a Estados Unidos, pero señaló que, en el largo plazo, la Argentina también podría resultar favorecida mediante el aumento de inversiones y eventuales mejoras en la cadena productiva local.
Loser enfatizó en el impacto del anuncio de la posibilidad de que Estados Unidos exporte ganado en pie hacia Argentina, un planteo que sorprendió incluso a Loser, quien afirmó que “me tomó de sorpresa eso” al considerar las dificultades logísticas y de costos que implica transportar animales vivos a gran escala. Aclaró que, en su evaluación, la medida podría tener un carácter simbólico, destinada a brindar tranquilidad a los productores estadounidenses ante la apertura del mercado a la carne argentina. A su vez, señaló que la exportación de carne argentina a Estados Unidos podría consolidarse, lo que representaría una oportunidad relevante para el país en términos de inserción comercial.
El economista también hizo referencia a los argumentos expresados por representantes del Instituto de la Carne en Argentina, quienes cuestionaron la viabilidad de que el ganado estadounidense compita en precio en el mercado local. Al respecto, citó la afirmación de que “es imposible, es enviable que se mandar ganado en pie desde Estados Unidos para que compita en precio” debido a los costos incrementados por el transporte y al hecho de que “el precio de la carne acá… es el doble de lo que es en Argentina”. En este sentido, Loser consideró que no tendría sentido económico subsidiar envíos y que la iniciativa podría estar más vinculada a aspectos diplomáticos que comerciales.
SITUACIÓN FINANCIERA DE ARGENTINA TRAS LAS ELECCIONES
En cuanto al panorama financiero argentino posterior a las elecciones, Loser describió un escenario de mayor estabilidad, destacando que “el dólar se ha tranquilizado” y que se están conformando nuevas alianzas políticas y económicas. Afirmó que podrían generarse condiciones favorables para el ingreso de capitales tanto locales como internacionales una vez que el nuevo Congreso comience a funcionar plenamente. No obstante, aclaró que estos procesos requieren tiempo y que los movimientos financieros más significativos no se producirían de inmediato.
Consultado sobre los períodos del año que suelen generar inquietud en la población argentina por su impacto social y económico, Loser reconoció la sensibilidad asociada a meses como diciembre y marzo. Sin embargo, afirmó que el panorama actual muestra signos de mayor previsibilidad tras los comicios, señalando que “creo que los resultados electorales fueron positivos para el gobierno” y que ello aporta una percepción de estabilidad que reduce la incertidumbre general. A la vez, advirtió que las discusiones legislativas vinculadas a reformas laborales e impositivas podrían generar tensiones específicas sin necesariamente alterar el clima económico más amplio.
En este contexto, Loser sostuvo que la combinación de un clima político más ordenado y la expectativa de reformas estructurales podría contribuir a mantener la calma financiera en el corto plazo. Planteó que la alternancia entre momentos de tensión y estabilidad es característica del país, pero que la situación actual parece más controlada. No obstante, llamó la atención sobre ciertos sectores que podrían reaccionar con preocupación ante cambios legislativos, especialmente aquellos vinculados a normas laborales o a modificaciones tributarias.
REFORMAS ESTRUCTURALES Y DESAFÍOS PREVISIONALES
Loser analizó además los principales ejes de reforma que evalúa el gobierno nacional, entre ellos la laboral, la impositiva y la previsional. Sobre la reforma laboral, consideró esencial avanzar hacia una mayor flexibilidad que permita reducir la informalidad, señalando que el esquema actual genera dificultades tanto para empleadores como para trabajadores. Respecto de la estructura impositiva, argumentó que “hay que salir de un sistema que tiene cientos de impuestos”, enfatizando la necesidad de simplificar y mejorar la eficiencia tributaria para estimular la actividad económica.
El eje previsional fue señalado como uno de los aspectos más complejos del futuro económico argentino. Loser remarcó que el país enfrenta desafíos similares a los de otras naciones con poblaciones envejecidas, indicando que “Argentina se encuentra igual que otros países… con poblaciones que se están envejeciendo”. Explicó que el sistema previsional enfrenta restricciones estructurales debido al desbalance entre la cantidad de aportantes activos y el número de beneficiarios, por lo que podrían evaluarse cambios graduales en el régimen, como el aumento progresivo de la edad jubilatoria. Aclaró, sin embargo, que no visualiza recortes para quienes ya están retirados.
En referencia al problema de la informalidad laboral, Loser expuso que supera el 40 por ciento y constituye un desafío determinante para la sustentabilidad del sistema previsional. Indicó que, en el corto plazo, sería difícil lograr una incorporación masiva de trabajadores al sector formal sin acompañar ese proceso con medidas que alienten la inversión privada. Explicó que la incorporación al empleo registrado depende de condiciones que actualmente “no le conviene ninguno de los dos”, en referencia a empleadores y trabajadores, por lo que consideró necesaria una normativa menos rígida que favorezca la formalización.
El economista sostuvo que la reforma previsional deberá ser debatida con profundidad debido a su impacto intergeneracional. En su análisis, insistió en que no existen fuentes alternativas capaces de sostener financieramente el sistema en el largo plazo si no se implementan modificaciones, afirmando que “no puede salir dinero de otro lado para cubrir a los jubilados”. Relató además su propia experiencia como jubilado argentino residente en el exterior, lo que le permitió ilustrar la complejidad del debate desde una perspectiva personal.
Loser destacó que, en comparación con meses anteriores, “tienen una visión más positiva de la Argentina ahora de la que tenían en septiembre” entre empresarios y analistas estadounidenses. Afirmó que esta percepción favorable podría contribuir al ingreso de inversiones y a un fortalecimiento de la imagen del país en los mercados internacionales.