El economista, entrevistado por momarandu.com, analizó en profundidad la coyuntura económica. Sostuvo que el gobierno mantiene el dólar dentro de una banda de flotación estrecha para evitar costos fiscales derivados de contratos a futuro, y advirtió que el ajuste presupuestario y la desregulación no han generado las inversiones prometidas. Destacó la importancia de la infraestructura pública como motor de la inversión privada y cuestionó la idea de que el crecimiento pueda lograrse únicamente mediante la reducción del Estado.
El economista Fernando Morra ofreció un análisis detallado de la situación económica actual de Argentina, con especial énfasis en el régimen cambiario y las políticas implementadas por el gobierno nacional.
Morra explicó que el Ejecutivo mantiene la banda de flotación del dólar en niveles similares a los establecidos antes de las elecciones, situándola en torno a los 1000 pesos. Sin embargo, advirtió que la demanda de divisas sigue siendo elevada y que el tipo de cambio se encuentra más cerca del techo que del piso.
“El gobierno hasta ahora no había tenido dólares, es decir, aún cuando el dólar se fue a 1500 no apareció la oferta, siguió apareciendo demanda”, precisó el economista.
El especialista destacó que, pese a la victoria electoral del oficialismo, el escenario financiero no logró estabilizarse plenamente.
Según su interpretación, la persistente presión sobre el dólar refleja un desequilibrio entre oferta y demanda, agravado por la falta de confianza del sector privado.
Morra consideró que, incluso luego de los comicios, el tipo de cambio continúa mostrando una tendencia hacia el techo de la banda establecida, lo que obliga al gobierno a sostener intervenciones para evitar mayores saltos en el valor de la moneda extranjera.
Asimismo, recordó que en la etapa previa a las elecciones se registró una intervención del Tesoro de los Estados Unidos destinada a contener la suba del dólar. “Antes de las elecciones el dólar parecía que iba a romper el techo de 1500, y ahí sí apareció el rescate del Tesoro americano”, afirmó Morra.
Esa asistencia, explicó, fue una operación financiera “complicada” mediante la cual el Banco Central entregó un bono a cambio de los 2000 millones de dólares utilizados en la intervención. Según su evaluación, el acuerdo entre ambos gobiernos continúa vigente aunque mantiene un carácter “informal” y poco transparente.
LA ESTRATEGIA DEL GOBIERNO Y LOS LÍMITES DE INTERVENCIÓN
Morra señaló que, en caso de que el dólar vuelva a presionar sobre el límite superior de la banda, el gobierno podría recurrir nuevamente a ese entendimiento para estabilizar el mercado. “Tengo la sensación de que el gobierno volvería a intervenir y volvería a usar ese acuerdo”, explicó, subrayando que la política cambiaria oficial busca evitar un deslizamiento que afecte las finanzas del Banco Central.
Según el economista, uno de los principales desafíos de la gestión actual es la existencia de contratos de dólar futuro, que comprometen recursos en caso de devaluación. “Si el dólar pasa los 1500 pesos, el Banco Central tiene que pagar. Entonces, el gobierno va a tratar los próximos dos meses, por lo menos, de que el dólar no se vaya por arriba del techo, porque si no pierde mucha plata”, advirtió.
En este contexto, Morra consideró improbable que se produzcan modificaciones significativas en el régimen cambiario antes de fin de año. A su juicio, cualquier decisión relacionada con una mayor flexibilidad en la política de flotación se concretaría recién a partir de enero de 2026. “Si tenemos alguna novedad del régimen cambiario, va a ser recién a partir de enero, no va a ser muy difícil que lo haga antes porque pierde mucha plata”, anticipó el economista.
El entrevistado explicó además que la volatilidad cambiaria impacta directamente en los precios internos, afectando el comportamiento de consumidores y comerciantes.
En su análisis, la sensibilidad del mercado minorista frente a los movimientos del dólar se ha convertido en un patrón estructural de la economía argentina. “Hasta el almacenero de la esquina ve que se mueve la pizarra del dólar y automáticamente una remarcación”, ejemplificó, aludiendo a la persistente indexación de los precios domésticos al valor de la divisa estadounidense.
CAÍDA DEL CONSUMO Y EFECTOS EN LAS ECONOMÍAS REGIONALES
Otro de los puntos abordados por Morra fue la fuerte contracción del consumo interno, que afecta tanto al empleo como al funcionamiento de las economías regionales.
El economista explicó que este fenómeno está vinculado a una combinación de factores, entre los que destacó la baja del gasto público, la reducción de la inversión estatal y el ajuste en las jubilaciones. “Bajó el gasto público y sobre todo la inversión pública, también las jubilaciones, o sea, toda la demanda está deprimida”, sostuvo, al advertir que esa retracción limita las posibilidades de recuperación económica.
Morra planteó que la evolución del consumo dependerá en gran medida de la orientación que adopte el gobierno en su política económica. En ese sentido, señaló que el oficialismo podría verse obligado a revisar su estrategia para ampliar su base de sustentación política. “Veremos si el gobierno dice, ‘quiero tener una alianza política más amplia’. Y para tener una alianza política más amplia la única forma que tenés es ir a negociar con los gobernadores. Y los gobernadores, ¿qué te van a pedir? Y te van a pedir obra pública”, explicó.
El economista observó que hasta el momento el Ejecutivo mantiene una línea de fuerte restricción presupuestaria. “El gobierno hasta ahora se mantiene con la idea de motosierra. Acá no hay nada. Veremos qué pasa”, indicó, en alusión a la política de ajuste fiscal impulsada por el presidente Javier Milei. También mencionó la posibilidad de cambios en el gabinete y de una eventual ampliación del espacio político oficialista, aunque aclaró que esas definiciones aún no se concretaron.
“Hay un cambio de gabinete. Hay, supongo, algún pedido también de ampliar el espacio político que vendrá de Donald Trump, pero no lo sabemos”, puntualizó.
INVERSIÓN PRIVADA Y LIMITACIONES DEL MODELO DESREGULADOR
Morra sostuvo que la estrategia gubernamental no logró aún los resultados esperados. Recordó que una de las promesas centrales del presidente Milei consistía en reducir el peso del Estado para estimular la participación del sector privado, pero subrayó que esa expectativa no se cumplió. “Una de las promesas de Milei es: ‘yo voy a sacar el Estado y va a aparecer la inversión privada’. Pero con el consumo caído, la inversión todavía no aparece”, advirtió el economista.
Morra explicó que el actual contexto de tipo de cambio apreciado y contracción fiscal dificulta la reactivación de la inversión. “Con un tipo de cambio pisado, bajando con la motosierra, es muy difícil que aparezca la inversión”, señaló.
A su entender, la estrategia oficial se apoya en una visión excesivamente financiera del desarrollo, que prioriza la estabilización monetaria por encima del crecimiento productivo. “Tenemos un gabinete económico muy especial, de finanzas privadas, no del costado de la economía real”, describió, aludiendo a la orientación técnica de los principales funcionarios del área económica.
El entrevistado puso como ejemplo las políticas de desregulación impulsadas por el gobierno, que, según explicó, no lograron los efectos deseados sobre la inversión. “Esten es ese hombre que aparece diciendo, ‘desregulé esto, desregulé lo otro’, y todo eso supuestamente liberaría la inversión privada, pero es una inversión privada que todavía no aparece”, apuntó.
En ese sentido, consideró que el enfoque desregulador resulta insuficiente si no se acompaña con políticas de estímulo a la producción y con una planificación pública sostenida.
EL PAPEL DE LA OBRA PÚBLICA Y LA INFRAESTRUCTURA
Morra enfatizó que la inversión pública constituye un factor esencial para atraer capitales privados y generar condiciones de desarrollo sostenible. Para ilustrarlo, mencionó un ejemplo reciente de infraestructura en la frontera entre Argentina y Brasil. “Lo primero que uno ve del lado brasilero es el puente enorme ese que hicieron. Eso va a traer inversión privada porque es más fácil pasar camiones, porque baja la logística. Eso es gasto público”, señaló.
En ese sentido, subrayó la necesidad de mantener una política de inversión estatal en infraestructura estratégica. “Hay un gasto público que atrae inversión privada”, remarcó.
El economista sostuvo que sin infraestructura adecuada no es posible consolidar un modelo de crecimiento inclusivo. “¿Cómo vamos a hacer si no tenemos infraestructura? Si la infraestructura se deteriora, si rompemos las universidades, si rompemos la ciencia y tecnología, es un poco difícil”, advirtió.
En su opinión, la acción pública resulta indispensable para sostener la competitividad de las provincias y la integración territorial del país. “El interior, sobre todo, necesita un montón de infraestructura”, aseguró.
Morra enumeró los sectores que requieren inversiones urgentes, entre ellos el transporte, la energía y la conectividad digital. “¿Cómo voy a conectar el país si no tengo obra pública, si no tengo rutas, si no tengo trenes, si no tengo banda de fibra óptica o gas natural?”, cuestionó. Añadió que las obras hídricas son otro componente clave para sostener la producción agropecuaria, especialmente en las zonas afectadas por inundaciones. “La pampa húmeda está toda inundada en este momento. El núcleo productivo del país está totalmente inundado. Y obviamente, ¿qué faltan? Obras hídricas”, indicó.
DESAFÍOS PARA EL DESARROLLO Y EL ROL DEL ESTADO
Morra explicó que la falta de infraestructura y de planificación pública afecta directamente a la capacidad productiva nacional. “La inundación de ahora le va a doler al gobierno el año que viene cuando busque la cosecha gruesa, que no la va a tener tanto”, advirtió, señalando que la ausencia de inversión estatal puede derivar en una menor disponibilidad de exportaciones y en una pérdida de ingresos fiscales.
En su evaluación, el equilibrio fiscal no debe lograrse a costa de desmantelar las funciones esenciales del Estado. “De decir tenemos que asignar bien los recursos, tenemos que ser eficientes, a decir voy a destruir el Estado, bueno, voy a destruir el Estado no va a resolver el problema”, afirmó con contundencia.
El economista insistió en que el desafío principal consiste en administrar con eficiencia los recursos públicos, no en eliminar la acción estatal. “No va a resolver el problema y mucho menos va a resolver el problema del interior y el desarrollo que el país necesita”, puntualizó.
Según Morra, el desarrollo argentino requiere un enfoque territorial que priorice la infraestructura, la educación, la ciencia y la tecnología como pilares del crecimiento. “Los recursos productivos que tenemos están para dentro, no para afuera”, concluyó, reafirmando la necesidad de fortalecer el mercado interno y la producción nacional.