( Por Fernando Marcópulos).Hoy estando lejos de mi casa y del barrio que nos cobijó, que cuido y educó a mis hijos, recibí una triste noticia.
Se nos fue don Chingolo Morales, el marido de Bernarda a la "tierra sin mal"... Esa a la que le cantaba Julián .
Y no es en un momento cualquiera!
Todos estamos tratando de expresar la tristeza, el dolor que nos provoca la derrota electoral del domingo!
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Si "nuestra derrota"... Mucha autocrítica necesitamos hacer. Y mucho esfuerzo para no dejar caer los brazos... Hay una arquitectura social desde las dictaduras económicas globales, que exacerban el individualismo y que planifican un mundo sin naciones y sin comunidades, gobernadas por algoritmos... El Dios Lucro decía Francisco...
Y los que queremos patria, justa, fraternal y soberana.... Perdimos....
Pero los cristianos NO CREEMOS EN LAS CASUALIDADES... La historia nos habla cada día!
No, no es una fe ciega la nuestra!
Es una fe que ve lo que los ojos no ven.
Y no es uno más el que se murió!
Chingolo Morales, ladrillero, ciego y enfermo, no es cualquiera.
En su casa (patio enorme lleno de herramientas y la sombra hermosa de un árbol inmenso) nació la comunidad de Molina Punta, en esa casa se hacían las misas, se organizaban las charlas para los ladrilleros, se traía el agua potable, se bautizaba,!
Leonarda rezaba y era la gallina que cuidaba todos los pollitos, sus hijas nietas y nietos y los agenos, encontraban cariño, cuidado y a veces comida,!
Sus hijos son ejemplos de trabajo .
Pero ya Bernarda o Leonarda como la llamábamos se fué. Sus piernas, sus varices le jugaron una mala pasada y la salud pública, fue muy lenta y lejana para ella.
Y Chingolo, Domingo Liverato Morales que a pesar de enfermo y ciego, nunca faltó a una misa, caminando despacito, de la mano de su santa esposa, ya no pudo asistir.
Y aunque muchos nos olvidamos de el, hoy dijo "presente"... Y se murió!
Y si. Los pobres a veces tienen que hacer eso para hacerse notar...
Y Chingolo se murió hoy (estoy convencido) para darnos un mensaje!
Esos son los angeles! Son los que te traen un pensamiento de Dios, cuando estamos en medio del desierto, de la desolación, del desánimo!
Pero les tengo que contar la anécdota...
Hace muchos años, cuando recién llegamos a Molina Punta y andábamos reclamando que no nos aumenten el boleto del colectivo, Bernarda andaba con nosotros.
Y un día sopló el viento sur y se quemó su rancho.
Si, las casitas de los ladrilleros son un poco de nombres, van armando su rancho donde hay tierra linda para el adobe. Y la casa de los Morales era una casita con techo de chapas de cartón.
Las casas de los s Correntinos suelen ser de una sola pieza, el dormitorio, dónde tienen su ropa, sus papeles, sus cosas de valor y el patio es el comedor, living cocina...
Se les quemó todo...
Y ahí andábamos tratando de conseguir ayuda y de acercar a esa familia un poco de maderas, unas chapas, ropa...
Y en ese contexto Bernarda se me acerca y me dice..." Don Marcopulo, no se preocupe, no o hay mal que por bien no venga"..!
Y esa enseñanza me marcó la vida!.
Ya conté muchas veces está anécdota, porque el desconcierto, la sacudida que me pegó la certeza de de su esperanza, cada día me sirven de bastón y muchas veces de trampolín, para salir del desánimo!
No hay mal que por bien no venga...
Y eso era!
Era necesario perder está elección, perder la sensación de que "volvemos" para darnos cuenta de la magnitud del desastre. Para que podamos REPENSARNOS...
Para que hagamos por lo bajo y entre casa o en las plazas y a los gritos, la NECESARIA autocrítica, la planificación de la estrategia, el recálculo de la obra ..
Era necesario "quemar el rancho"...
Para que nos juntemos a soñar la casa nueva ..
Todo eso me dijo la muerte de Chingolo!
Las internas vendrán después!!
Las personas, las candidaturas, después, ahora se nos quemó el rancho.
Tendremos que refundar nuestra casita, pero una casita donde entremos todos,!!
O dónde podamos rezar todos juntos y de las manos y cantando...
Un Padre Nuestro
Porque como dijo Bernarda y justo hoy Chingolo nos recuerda...
No hay mal que por bien no venga!