Corrientes, miercoles 03 de diciembre de 2025

Política Corrientes
TENSIÓN CAMBIARIA Y RESERVAS EN EL LÍMITE

José Simonella: “La mejora macroeconómica no contagió a la microeconomía”

09-10-2025
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El economista advirtió que la economía argentina atraviesa una etapa de alta tensión cambiaria, con reservas en declive y un mercado presionado por la incertidumbre electoral. Afirmó que la inflación fue contenida con tasas elevadas y una fuerte contracción del consumo, y anticipó que el desenlace económico tras el 26 de octubre dependerá de la magnitud del salvataje financiero y de la capacidad política del Ejecutivo para alcanzar consensos internos.

La coyuntura económica argentina atraviesa nuevamente un momento de fuerte tensión cambiaria, con señales de agotamiento de las reservas internacionales y una expectativa generalizada en torno a un eventual acuerdo del Gobierno con Estados Unidos.

El economista José Simonella, entrevistado por momarandu.com, advirtió que “les queda como para una jornada más vendiendo a este nivel”, en referencia a las intervenciones del Banco Central para sostener la cotización del dólar, y señaló que “las expectativas van a estar frente al acuerdo que pueda sellar el gobierno con Estados Unidos”, previendo un anuncio durante la reunión entre Javier Milei y Donald Trump.

El analista recordó que las tensiones cambiarias comenzaron hace más de un mes, cuando diversos economistas y dirigentes de la oposición advertían sobre la cantidad de días hábiles hasta las elecciones del 26 de octubre.

En aquel momento, el mercado estimaba que el Ejecutivo buscaría sostener el tipo de cambio mediante medidas de contención temporales. Sin embargo, la presión sobre el dólar no se disipó, y su traslado a los precios empieza a sentirse con mayor fuerza en los comercios y supermercados. “Comienza a ser una mentira decir que las fluctuaciones del dólar no llegan al de a pie”, expresó Simonella, señalando que las remarcaciones volvieron a ser frecuentes y que los aumentos de combustibles se producen ahora sin previo aviso.

El economista explicó que el vínculo entre devaluación e inflación continúa activo, aunque con un retraso temporal debido a la contracción del consumo. “Sabemos que cuando sube el dólar suben los precios”, subrayó, y explicó que la desaceleración en la transferencia de precios responde al “apretón monetario” que eleva las tasas de interés y reduce el crédito.

Según detalló, “el paso de devaluación a inflación se da en un transcurso de nueve meses”, por lo que advirtió que los aumentos no trasladados aún “se van a dar porque las empresas necesitan recuperar margen y los salarios poder de compra”.

Simonella consideró que el principal problema inmediato es el aumento de la tasa de interés en pesos. Indicó que “el Tesoro, todos los pesos que obtiene por la venta de dólares, los está esterilizando” y que esta operatoria restringe la liquidez. “Hoy el call estaba ya al 50%”, precisó, y explicó que esa suba encarece el financiamiento tanto para empresas como para consumidores.

En ese contexto, remarcó, la “muleta del préstamo desaparece”, afectando la capacidad de las familias para adelantar consumo y de las empresas para sostener capital de trabajo.

CRÉDITO, CONSUMO Y ECONOMÍA REAL

Simonella ilustró el impacto financiero con un ejemplo concreto: un pequeño comerciante que dejó de operar con tarjetas de crédito debido al alto costo de las comisiones. Según relató, el comerciante manifestó que “prefiero vender poco, pero en efectivo, porque trabajar para las tarjetas no conviene”. El economista explicó que este fenómeno se repite entre muchos minoristas que perciben un encarecimiento de las operaciones electrónicas y recurren a descuentos por pago en efectivo, aunque no siempre con fines formales.

En ese sentido, advirtió que cuando los descuentos superan el 10%, suelen estar vinculados a ventas no facturadas, lo que implica evasión impositiva. “Son ingresos que luego el Estado no tiene y que alguien siempre los paga por algún lado”, señaló, destacando que esta práctica, aunque común en contextos de crisis, agrava el deterioro fiscal.

El especialista también se refirió al discurso oficial sobre el equilibrio fiscal. “Si hay equilibrio fiscal, ¿por qué seguimos emitiendo bonos?”, planteó el entrevistador, a lo que Simonella respondió que “el equilibrio fiscal es primario”, es decir, que los ingresos superan a los gastos antes de contar los intereses de deuda. Sin embargo, advirtió que el verdadero desafío radica en el equilibrio financiero, ya que “la emisión de nueva deuda es para rolear la deuda que ya existe”.

Simonella explicó que el elevado endeudamiento en pesos obliga al Gobierno a renovar vencimientos de manera constante, lo cual “no es gratuito” porque compite con el crédito que podría destinarse al sector privado. En ese punto, subrayó que “nunca es bueno que el Estado se sobreendeude”, tanto por el efecto sobre las expectativas económicas como por la competencia que genera con las empresas en la obtención de préstamos.

El economista insistió en que la actual política monetaria y fiscal tiene un impacto directo sobre la economía real, restringiendo el financiamiento productivo y encareciendo los costos de operación de las pymes. Además, sostuvo que las medidas del Ejecutivo buscan contener la inflación a corto plazo, pero al costo de una recesión que afecta el empleo y el poder adquisitivo.

ACTIVIDAD, EMPLEO Y ECONOMÍAS REGIONALES

Simonella consideró que, aunque el Gobierno logró reducir la inflación en los últimos meses, lo hizo “a cualquier costo”. Entre esos costos mencionó “un tipo de cambio atrasado y una caída del nivel de actividad”. Señaló que la bandera del descenso inflacionario, que el oficialismo esperaba exhibir de cara a las elecciones, perdió fuerza ante la recesión y la preocupación social por la desocupación.

“Cuando la inflación descendió, surgieron otras necesidades”, expresó, agregando que la población ahora demanda “recuperar poder de compra de sus ingresos”. En paralelo, muchas empresas enfrentan crecientes dificultades para sostener la producción y el empleo, particularmente en los sectores de la construcción, la industria y el comercio.

Simonella advirtió que “la mejora macroeconómica no contagió a la microeconomía” y que el modelo actual no ofrece respuestas para reactivar la actividad. Según su análisis, el país atraviesa un proceso de estabilización parcial que no logra trasladarse a los hogares ni a las pymes, lo que amplía la brecha entre indicadores financieros y realidad económica.

El economista también describió un escenario de fuerte desequilibrio en las economías regionales. Mencionó el caso de Corrientes, donde la sobreproducción de morrones coincidió con la apertura de importaciones de Chile y Bolivia, generando un “combo muy complicado”. Esta combinación de sobreoferta local, competencia externa y caída del consumo, dijo, pone en riesgo miles de empleos vinculados a la producción primaria.

A su juicio, la política económica debería equilibrar la estabilidad monetaria con incentivos a la producción, especialmente en regiones donde la agroindustria y las pymes representan la base del empleo. Sin ese equilibrio, advirtió, “la sociedad seguirá cambiando su principal preocupación: antes era la inflación, ahora es el trabajo”.

PERSPECTIVAS Y ESCENARIO ELECTORAL

Consultado sobre lo que podría suceder tras las elecciones del 27 de octubre, Simonella sostuvo que “todo dependerá del resultado electoral y del acuerdo con Estados Unidos”. Consideró que sin un salvataje financiero externo “el programa se complica y necesitará un cambio muy profundo”, incluido el régimen cambiario. Con un apoyo contundente, en cambio, el ajuste podría ser “menos traumático”.

Explicó que la clave está en la magnitud del eventual paquete de asistencia. Si el acuerdo incluye la compra de bonos argentinos, podría reducirse el riesgo país y facilitar el retorno a los mercados internacionales. “Con muy poco que compre, los títulos tienen mucho para subir de precio y eso cambia la película”, afirmó.

Por el contrario, si el apoyo se limita a un swap de 20.000 millones de dólares sin nuevas líneas de crédito o compra de bonos, “el escenario se complica y el 27 será mucho más traumático desde el punto de vista económico”. En ese caso, anticipó, podría producirse una fuerte devaluación y un proceso de ajuste más severo.

Simonella remarcó que Argentina enfrenta “problemas de corto plazo más que de mediano y largo”, aunque identificó dos sectores con potencial de crecimiento sostenido: la minería y la energía. Sin embargo, aclaró que ambos “necesitan tiempo” para aportar divisas y dinamizar la economía.

En cuanto al futuro político, el economista estimó que el salvataje estadounidense incluiría condiciones vinculadas al consenso interno. “Una de las condiciones del acuerdo es que el Gobierno acceda a una actitud de consenso con distintas fuerzas políticas”, dijo, destacando que ese diálogo será necesario para dar sustentabilidad a las reformas estructurales.