El diputado Jorge Romero advirtió sobre un escenario parlamentario cargado de tensión y expectativas, en el que se pondrá a prueba el nuevo equilibrio de fuerzas en el Congreso. Manifestó confianza en alcanzar los dos tercios para rechazar el veto presidencial y cuestionó duramente las proyecciones del presupuesto.
El diputado nacional Jorge Romero anticipó un clima de máxima tensión en el Congreso, en vísperas de una jornada parlamentaria que calificó como “bastante álgida” y cargada de incertidumbre. “Mañana es un día muy particular, por las movilizaciones que va a haber y por la sesión en sí”, afirmó, aludiendo a la expectativa generada en torno al posible rechazo del veto presidencial. Según señaló, “esto es una incógnita”, aunque expresó su confianza en que se alcanzarán los dos tercios necesarios para revertir la medida. Para Romero, el desenlace solo se definirá cuando se complete la votación, y hasta entonces el escenario permanece abierto y sujeto a intensas negociaciones políticas.
El legislador reconoció que existe una fuerte presión desde el Poder Ejecutivo y algunos gobernadores para impedir que el veto sea revertido, pero sostuvo que confía en la solidez de la decisión legislativa original. “Cuando se aprobó la ley se tuvo los dos tercios, o sea que no creo que nadie cambie por más presiones que tenga”, remarcó. En este sentido, destacó que las alianzas dentro del recinto han mutado en los últimos meses, modificando el equilibrio de fuerzas y fortaleciendo el rol opositor de varios bloques que antes mantenían una postura dialoguista.
Romero argumentó que este cambio de actitud en el Congreso comenzó a gestarse tiempo atrás, cuando “los sectores dialoguistas dejaron de ser dialoguistas y empezaron a actuar como opositores igual que Unión por la Patria”. Según explicó, la aprobación de leyes vinculadas a universidades y discapacidad marcó un punto de inflexión en el comportamiento de los legisladores, generando un nuevo clima político adverso al oficialismo. Esta transformación, indicó, podría ser decisiva para el resultado de la votación que se realizará en las próximas horas.
CRÍTICAS AL PRESUPUESTO Y DUDAS SOBRE LA ECONOMÍA
En relación con el presupuesto presentado recientemente, Romero fue categórico al calificarlo como “un dibujo”, señalando que carece de sustento en los números actuales de la economía. Criticó que el presidente, en su exposición de quince minutos, no haya brindado precisiones sobre proyecciones concretas, limitándose a reiterar su voluntad de alcanzar el equilibrio fiscal. “Volvió a manifestar su voluntad de equilibrio fiscal y de mantener las cuentas en orden, pero no dijo mucho en cuanto a números”, apuntó, cuestionando la falta de definiciones claras para el corto y mediano plazo.
El diputado recordó que el mandatario insistió con la idea de que “lo peor ya pasó”, una frase que —según observó— fue utilizada anteriormente por otros presidentes en contextos que luego derivaron en graves crisis económicas. “Creo que estamos en la misma situación”, advirtió, trazando un paralelismo con experiencias pasadas que culminaron en estallidos financieros. A su entender, la actual administración podría enfrentar una pérdida de apoyo político y social en los próximos meses, al revertirse el respaldo que hasta hace poco recibía de gobernadores, legisladores y empresarios.
Romero cuestionó las proyecciones macroeconómicas contenidas en el presupuesto, que prevén un tipo de cambio de 1.423 pesos por dólar para 2026, cuando actualmente se ubica en torno a los 1.480. También señaló como irreal la estimación de un dólar a 1.325 a fin de este año y una inflación anual del 10% en 2026. “No se entiende cómo vamos a tener esos números cuando hoy tenemos otra realidad completamente distinta”, advirtió, y subrayó que las cifras actuales están condicionadas por la recesión y el congelamiento del tipo de cambio, factores que podrían modificarse abruptamente tras las elecciones de octubre.
INCERTIDUMBRE SOBRE EL TRATAMIENTO LEGISLATIVO
Consultado sobre los plazos constitucionales, Romero recordó que el presupuesto debería aprobarse antes del 31 de diciembre, aunque no descartó que su tratamiento se postergue para la nueva conformación legislativa. “Se puede dar que lo trate esta cámara como también lo trate la cámara que viene, o que no se trate, como pasó con el presupuesto 2025”, explicó, evocando que el año pasado el proyecto fue presentado formalmente en el Congreso pero luego retirado sin ser debatido. Consideró que una nueva demora sería institucionalmente riesgosa, ya que significaría acumular tres años consecutivos sin presupuestos aprobados.
El diputado sostuvo que existe un consenso incipiente para evitar que se repita la situación anterior, aunque advirtió que el contexto político actual es frágil y volátil. “Yo creo que ahora sí se va a tratar, porque no puede ser que pasemos tres años sin presupuesto”, insistió, destacando la necesidad de otorgar previsibilidad a la administración pública y certidumbre al sector privado. Aun así, reconoció que la atención inmediata está centrada en la sesión de mañana y en el impacto que tendrá el resultado sobre el equilibrio de poder en el Congreso.
Finalmente, Romero anticipó que la jornada legislativa estará acompañada por una movilización social que calificó de “multitudinaria”. Según señaló, se espera una fuerte presencia de sectores universitarios y de organizaciones que han protagonizado otras manifestaciones masivas en los últimos meses. “Creo que mañana va a ser una demostración muy fuerte de los sectores tanto universitarios como pediátricos”, afirmó, interpretando la protesta como un reflejo del descontento social frente a las políticas oficiales. A su juicio, este componente de presión ciudadana será un factor clave en el clima general que rodeará la sesión.