(Por Francisco González Cabañas).La Libertad Avanza en Corrientes, tiñe de violeta la campaña electoral, por mandato político, estratégico y estético que impone, manu militari, la presidenta del partido nacional y mandamás política del oficialismo nacional Karina Milei. Sería más que un milagro, que la fuerza violeta, triunfe electoralmente en las provinciales de Corrientes, entendiendo que a las fuerzas del cielo, no le han sido ajenos los milagros. Pero dada nuestra condición terrenal, y nuestra nula intermediación con lo divino, abordaremos el siguiente análisis de acuerdo a los sondeos, mediciones, y el clima electoral, que muy lentamente parece ir tomando cuerpo.
Tras la oficialización de las candidaturas, quedò en claro, que más allá del resultado electoral que obtenga la Libertad Avanza en Corrientes, el color que predomine filas adentro, como filas afuera de tal espacio, no será el violeta presidencial, sino el celeste liberal, de los històricos "celestinos".
Ocurre, sucede, acontece, que "Caíto" Leconte, el 1 de septiembre, se consagrarà diputado provincial, y por más que hasta tal entonces, no le quede mal el traje violeta, en su piel, en su "ius sanguinis", el color de su alma, de su esencia, de la històrica estirpe que representa, es el celeste liberal.
No es una mera diferencia semántica, de hecho Leconte, la comprende a la perfección, dado que es parte de su esencia, de allí que es èl mismo, quien introduce, el concepto de "estirpe" que a diferencia del concepto de casta, se ajusta a la perfección, de la opciòn electoral que tenemos por delante los correntinos.
La casta, que tanto éxito le genera a la Libertad Avanza, no sólo que lo usaron los "zurdos" de Podemos en España, para señalar a los oportunistas, nuevos ricos, y a toda la "claquè" que se aprovechó de la democracia para enriquecerse a costa, de hambrear a las mayorìas, sino que se constituyó en un significante flotante, que va de izquierda a derecha, para señalar lo mismo.
Una de las razones por las que Milei, detesta la política, es que se basa en administrar las contradicciones conceptuales, que a diferencia del campo de la matemática o de la economía no encuentra fronteras claras, precisas y taxativas como en el reinado de los números.
Este es el imprescindible aporte que le genera su alter ego y hermana. Con una capacidad intuitiva para combinar mezclas, no se amilana, una vez constituida la misma, para determinar su punto de cocción y ofrecer al electorado como el mejor de los resultantes.
Leconte en Corrientes, le brinda la dosis exacta, para que toda la casta que està detrás o incluso delante, de la Libertad Avanza en Corrientes, pasen como ingredientes imprescindibles, para reeditar o resurgir las estirpes polìticas, que han sido vìctimas de los aprovechadores y oportunistas, que en el tren democrático, se ufanaban de representar al pueblo y no hicieron más que robarlo y depredarlo, transformándose estos, en "casta".
De alguna manera, la gran discusión polìtica, entre Valdés y Colombi, se trata de esto mismo. Ricardo Colombi, representa el modelo, él mismo se jacta de ello, del hombre del interior, sin linaje y categorizado como mencho, que logró que las decisiones la tomen no solamente las 20 familias preponderantes, sino un poco más de 100. Claro que no dice, que introdujo, por ejemplo en el poder judicial, a personas por el simple hecho de compartir un equipo de fútbol, sin formación ni más condiciones que una obediencia debida al mentor. En un proceso, nacional e internacional, dónde el tener dinero, reemplazó el valor de tener apellido o linaje. A diario se escucha, con orgullo, a esos nuevos ricos, del colombismo, expresar "Secos pero con apellido". El problema no se trata de tener dinero, como desde sectores de ultraizquierda se arremete, sino que el contar con el mismo, de una manera rápida y furiosa, pone el carro delante del caballo. Demás está decir que detrás está el fenómeno del narco, como de los estafadores disfrazados de inversionistas, pueden contar con sumas ingentes, pero no pueden sostener ni una sóla generación, dado que más temprano que tarde, terminaràn, presos, muertos o señalados por la sociedad, como en definitiva lo que son: seres carentes de bienes materiales que lo ùnico que añoran y desean es acopiar en cantidades industriales los mismos, sin medir consecuencias para tal frenética adquisición.
La decisión del Gobernador Gustavo Valdés, de ungir a su hermano, se da en este sentido. En su capacidad práctica, la modernización política que nos ofrece el oficialismo provincial, es precisamente, resignificar la estirpe, el linaje, que fue injustamente atacado durante décadas, y que posibilitó la llegada de estos "nuevos ricos" que no aportaron nada o casi nada. Ni siquiera Martìn Losteau, el presidente de la UCR Nacional, puede tener, como los hermanos Valdés, una foto con Alfonsín en su campaña presidencial de los `80. No se trata de una cuestión simbólica, sino del regreso, de quienes por generaciones se dedican a la política (con todo lo que ello implica) a diferencia de los oportunistas que hicieron su agosto y se transformaron en casta.
En los más de 70 municipios correntinos, una o dos familias, son las que gobiernan o representan a los vecinos desde de la democracia y antes. Cuando se dieron experiencias de los oportunistas, o recién llegados, lo único que cambió es el estado de cuenta bancario de estos y no la realidad de cada uno de los pueblos.
Tratemos de no ser hipócritas en el análisis. No podemos considerar al nepotismo como una práctica que esté por fuera de nuestra cultura y tradición. Es como pensar que el tanto el tambor de Tacuarí, como el Sargento Cabral, el primero en su condición de niño, el segundo de esclavo, tuvieron la posibilidad de elegir sus destinos y de decidir si participar en la guerra o no, o de morir o no en el campo de batalla. Son héroes igual, pero no decidieron serlo.
En estas elecciones se va a dirimir, si seguimos con la mentira vieja, de la democracia con respirador, del supuesto juego de oficialismo u oposición, o sì volvemos a la tal vez, más saludable tradición de valorar la estirpe, el linaje, de las familias polìticas, que no tenìan ni la necesidad, ni el interès de hacerse con el peculio público, y en defensa del legado de generaciones, los posibles excesos que cometieran en el poder lo hacían con vergüenza, a diferencia de estos nuevos ricos, que pornográficamente, sin educación, formación, ni más interés que el llenar con bienes materiales sus carencias, nos quieren seguir diciendo que esto es una democracia.