El desarrollo de la producción bufalina en Corrientes avanza con fuerza, impulsado por condiciones naturales favorables, una especie rústica y una creciente base de productores. No obstante, enfrenta desafíos en infraestructura, comercialización y posicionamiento de la carne en el mercado. Las instituciones como el INTA y las organizaciones de productores trabajan en conjunto para reducir estas brechas y aprovechar el potencial local y exportador del sector.
La producción bufalina en la provincia de Corrientes ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, consolidándose como una alternativa ganadera viable. Según datos oficiales, Corrientes lidera el sector a nivel nacional con aproximadamente 111.000 cabezas, lo que representa más del 50% del total en Argentina. Este desarrollo se concentra principalmente en zonas del norte provincial, donde las condiciones naturales favorecen la cría de búfalos.
El aumento de la producción ha sido acompañado por un interés creciente en incorporar tecnologías y prácticas que mejoren la eficiencia del sistema. Productores mixtos —que combinan ganado bovino y bufalino— son cada vez más comunes, al igual que aquellos que se lanzan exclusivamente a la cría de búfalos. En los últimos tres años, el número de explotaciones bufalinas en Corrientes se duplicó año tras año.
La rusticidad del búfalo y su capacidad para adaptarse a ambientes húmedos y de baja calidad forrajera lo convierten en una opción especialmente atractiva para campos bajos y zonas marginales. Además, la especie presenta una alta resistencia a enfermedades y parásitos, lo que reduce significativamente los costos sanitarios.
DESAFÍOS EN LA COMERCIALIZACIÓN
A pesar del crecimiento productivo, la comercialización de carne bufalina enfrenta importantes limitaciones. Actualmente, Corrientes cuenta con un solo matadero de tránsito federal, ubicado en Riachuelo, lo que restringe la posibilidad de exportar carne en volumen fuera de la provincia. La mayoría de los mataderos existentes solo tienen tránsito municipal.
Para superar esta barrera, se están llevando a cabo proyectos de adecuación de plantas frigoríficas, como el caso del matadero de Ituzaingó, con el objetivo de lograr procesamientos multiespecie con estándares de exportación. Este proceso cuenta con apoyo del gobierno provincial y de asociaciones de productores, que buscan avanzar hacia el ciclo completo de industrialización.
A nivel nacional, Argentina dispone de una cuota Hilton de 200 toneladas anuales para carne bufalina, de las cuales actualmente solo se utiliza el 10%. “Estamos dejando pasar una oportunidad comercial muy importante”, advirtió Silvina Galarza, del INTA Corrientes. El valor de la carne exportada bajo esa cuota triplica o cuadruplica el precio del mercado interno.
La baja utilización de esta cuota responde a la falta de infraestructura habilitada para faena y procesamiento con destino internacional. El desafío consiste en adecuar la cadena productiva para acceder a mercados más exigentes y con mejor rentabilidad.
PROMOCIÓN Y PERCEPCIONES DEL CONSUMIDOR
Uno de los principales cuellos de botella para el desarrollo de la carne bufalina es el desconocimiento por parte del consumidor. Según una encuesta nacional realizada por el INTA, entre el 90% y 95% de las personas en el país nunca ha probado carne de búfalo. Además, muchos la asocian con características negativas, como dureza o sabor salvaje.
En Corrientes, esta percepción es distinta. Allí, el 60% de los encuestados conocía o había probado esta carne. Para reducir la brecha entre producción y consumo, el INTA impulsa actividades de promoción como paneles sensoriales y degustaciones en eventos nacionales, como la Exposición Rural de Palermo.
“En Palermo ofrecimos más de 100 muestras en una sola hora”, destacó Galarza, quien explicó que las primeras evaluaciones muestran una buena aceptación por parte del público. El año anterior, solo el 30% de los asistentes pudo distinguir entre carne bufalina y bovina, principalmente por diferencias en sabor y jugosidad.
Estas acciones buscan incorporar la carne de búfalo a las góndolas con identidad propia, mejorando su posicionamiento comercial. Además, se espera que la inclusión en canales de venta especializados contribuya a su valorización como producto diferenciado.
VENTAJAS PRODUCTIVAS Y SANITARIAS
Desde el punto de vista productivo, el búfalo presenta ventajas importantes. Según estudios en curso del INTA Corrientes, la especie muestra una elevada resistencia a parásitos internos y externos. “La garrapata bovina no puede completar su ciclo en el cuero del búfalo”, explicó Galarza.
Este rasgo no solo reduce las pérdidas productivas, sino que también permite una convivencia beneficiosa con el ganado bovino. Explotaciones mixtas han reportado una disminución significativa en la presencia de garrapatas en los potreros compartidos.
Además, el búfalo se caracteriza por su instinto gregario y fuerte comportamiento maternal. “Las búfalas son muy buenas madres y crían en conjunto, lo que reduce la mortalidad de los crías”, señaló Galarza. También presentan menores problemas al nacer, como infecciones umbilicales o parasitosis.
El ambiente natural de los humedales del noreste argentino resulta ideal para esta especie. Esto ha favorecido la expansión de sistemas silvopastoriles donde el búfalo convive con actividades forestales, aportando sostenibilidad al sistema productivo.