PLANIFICACIÓN AMBIENTAL. El estudio propone superar la lógica reactiva mediante políticas públicas integrales que promuevan la planificación ambiental, la resiliencia y la equidad territorial.
Durante casi dos décadas, la provincia del Chaco atravesó un estado de emergencia agropecuaria casi ininterrumpido. Según un estudio realizado por el Centro de Geociencias Aplicadas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), entre 2006 y 2025 se emitieron decretos provinciales de emergencia de forma reiterada debido a fenómenos como sequías prolongadas, crecidas, granizo y otras inclemencias climáticas. Este uso continuo de la herramienta, pensada para ser excepcional, revela una situación estructural crítica en el agro chaqueño.
Los investigadores Héctor Daniel Benítez y Jorge Alfredo Alberto analizaron el conjunto de normativas aplicadas en ese período y concluyeron que la emergencia se ha transformado en una rutina institucional. Departamentos como Comandante Fernández, Independencia y Maipú estuvieron bajo emergencia entre 17 y 18 años del total de 20 analizados. "La emergencia se convierte en un 'parche crónico' que perpetúa un tipo de intervención estatal focalizada, parcial y desvinculada de una planificación territorial integral", afirman los autores.
El estudio pone en cuestión la función de estos decretos como simples respuestas reactivas, ya que no introducen transformaciones estructurales ni abordan las causas profundas de la vulnerabilidad. Lejos de resolver las problemáticas de fondo, sostienen un modelo productivo frágil que se mantiene dependiente de auxilios periódicos.
PATRONES ESPACIALES Y EXPANSIÓN DEL MODELO SOJERO
El análisis territorial de los decretos revela que las emergencias se concentran mayoritariamente en el centro y sudoeste del Chaco, coincidiendo con el núcleo sojero provincial. Esta región ha experimentado una intensa expansión agrícola, duplicando su superficie cultivada en las últimas dos décadas. La zona se ubica entre las isohietas de 700 mm y 900 mm de precipitación anual media, lo que la convierte en un área de transición climática particularmente inestable.
“La emergencia tiende a concentrarse en territorios donde se ha consolidado el modelo agroindustrial”, señalan los investigadores. Esta convergencia entre el Chaco Húmedo y el Chaco Seco genera un espacio estratégico para la producción, pero también extremadamente expuesto a las variaciones climáticas. En este contexto, el monocultivo de soja ha ganado protagonismo, representando actualmente entre el 50% y el 60% de la superficie sembrada anualmente.
La investigación advierte que este modelo agroexportador no sólo profundiza la vulnerabilidad ambiental, sino que también limita la capacidad de adaptación del sistema rural. A medida que se expande la frontera agrícola, se incrementan los riesgos asociados a la pérdida de cobertura vegetal, la erosión del suelo y la reducción de la biodiversidad.
HACIA UNA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL INTEGRAL
El trabajo de Benítez y Alberto plantea que la emergencia agropecuaria debería dejar de ser vista únicamente como una herramienta de alivio inmediato, y pasar a considerarse un indicador de crisis territorial más profundo. “Las emergencias agropecuarias son tanto un síntoma como una oportunidad”, afirman. Un síntoma de los límites ecológicos y sociales del modelo actual, y una oportunidad para reconfigurar las políticas públicas desde una perspectiva integral.
En esa línea, los autores sugieren incorporar instrumentos como el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, planes de manejo hídrico y sistemas de monitoreo satelital que permitan anticiparse a los eventos extremos. Estas herramientas permitirían articular una planificación estratégica, adaptativa y participativa que contemple la resiliencia de los territorios.
La propuesta apunta a construir un enfoque de gestión más sostenible, que integre criterios de equidad, conservación ambiental y desarrollo rural. “Será una oportunidad para superar la lógica de la emergencia permanente y construir un territorio rural más resiliente y equitativo”, concluyen.