La directora de la Fundación Klemm, dialogó con el programa “El Radar”, conducido por Facundo Sagardoy, donde repasó la historia y la actualidad de la institución fundada en 1995 por el artista y coleccionista Federico Jorge Klemm. Además, expresó su apoyo al desarrollo del arte contemporáneo en las provincias y, en particular, reconoció el crecimiento cultural de Corrientes.
La directora de la Fundación Klemm, Valeria Fiterman, fue entrevistada en Capital Federal por “El Radar”, que InfoDRadio 106.3 FM. emite todos los domingos de 11 a 13.
En ameno con el periodista Facundo Sagardoy, Fiterman repasó la historia y el presente de esta institución cultural que desde 1995 conserva y difunde una colección de más de 700 obras de arte nacional e internacional. Destacó la vigencia del Premio Klemm, que lleva 27 ediciones, y explicó el funcionamiento del fideicomiso que sostiene económicamente a la fundación. Además, subrayó que si algún día los fondos se agotan, las obras serán donadas a museos públicos del país.
Fiterman resaltó el rol formativo y pedagógico de la fundación, que colabora activamente con escuelas, docentes y jóvenes artistas, quienes encuentran en sus salas la posibilidad de ver de cerca obras de Warhol, Basquiat, Berni o Noé. Mencionó a la muestra “Una cita con el pop”, curada por Rodrigo Alonso, como un ejemplo de cómo se activa la colección en diálogo con el presente. También valoró el acceso virtual a través del sitio web, fundamental para llegar al interior del país.
La directora expresó su apoyo al crecimiento del arte contemporáneo en las provincias, incluyendo la próxima inauguración del Museo de Arte Contemporáneo de Corrientes, que impulsa el artista visual y coleccionista Luis Niveiro. Señaló la importancia de que los gobiernos provinciales acompañen las iniciativas culturales con inversión real y lamentó que gran parte del patrimonio en nuevos museos provenga solo de donaciones de artistas. En este sentido, propuso que tanto el Estado como los coleccionistas privados también se comprometan con la compra de obras como parte del sostenimiento del sistema artístico.
—Valeria Fitterman en la Fundación Klemm, con una muestra muy interesante que termina este viernes, pero la fundación continúa con actividad permanente.
—Sí, ahora vamos a estar un mes cerrados en julio y después en agosto reabrimos con un premio, que es el Premio Trabucco, organizado por la Academia Nacional de Bellas Artes, y nosotros somos sede de ese premio. Después, en noviembre, inauguramos el Premio Klemm, que es un premio ya organizado por nosotros, que lleva 27 ediciones. No hay, yo creo, en Buenos Aires o en la Argentina, un premio privado que tenga tantas ediciones. Eso se inaugurará en noviembre. Este lugar fue inaugurado en 1995 por Federico Jorge Klemm, que era su dueño, coleccionista y artista. Tenía una colección muy grande, propia, y quería exhibirla para que todo el mundo la viera. Primero tenía un espacio más chico, que era una galería de arte al lado, y después, cuando ya tenía un cuerpo importante de obra, apareció este espacio en venta en un remate judicial justo pegado a la galería. Lo adquirió y aquí comenzó a mostrar toda su colección y también a hacer muestras de artistas contemporáneos. Murió hace 20 años y dejó como legado esta fundación. Todo su dinero lo dejó para la fundación, y nosotros venimos trabajando, organizando muestras, premios, etcétera. Estuvo cerrada un año y medio, le hicimos una reforma bastante importante, y pensamos continuar mucho tiempo más. Si el día de mañana la fundación se queda sin dinero —porque esto es un fideicomiso que Klemm dejó, y nosotros recibimos una mensualidad desde hace 20 años— ese fideicomiso se cierra, y todas las obras de la colección se donan a museos del país. Ese es el mayor legado de Klemm.
—Es impresionante lo que uno ve al recorrer, ya desde los primeros pasos de la muestra. Después se encuentra con joyas como Warhol, Alonso, Yuyo Noé…
—Bueno, porque la colección es de arte nacional e internacional. Lo internacional lo compró Klemm en vida. Parte de la colección nacional también, pero como el premio que nosotros tenemos es de adquisición, todos los años entran dos obras más a la colección. Muchas están exhibidas ahora en esta curaduría que hizo Rodrigo Alonso, llamada “Una cita con el pop”, porque la colección tiene una parte muy importante de obras del pop, tanto nacional como internacional. Entonces, Rodrigo Alonso, el curador, hizo un recorte de la colección mostrando el pop, incluso con artistas que han ganado el Premio Klemm.
“FEDERICO KLEMM LEGÓ SU COLECCIÓN PARA QUE EL ARTE NO SE APAGUE”
—Algo ya comentó, ¿cómo es la colección Klemm en su extensión?
—Yo creo que tiene un total de unas 700 obras, pero también hay mucha obra de Klemm, que era artista. Entonces, albergamos aquí unas 700 obras aproximadamente.
—¿Cómo es el trabajo de la fundación a puertas cerradas en relación a estas obras?
—Bueno, en realidad una de las cosas más importantes que tenemos es conservar la colección. Entonces, restauramos si hace falta, la tenemos muy bien conservada. Tenemos un espacio de guarda al que no entra el público. Es un lugar grande, muy bien acondicionado, donde guardamos toda la obra que no está exhibida. Por ejemplo, cuando está el Premio Klemm, levantamos toda la colección y todo eso se guarda. Trabajamos mucho para que el espacio esté en condiciones. Además, tenemos una página web donde está casi toda la colección y todos los catálogos de las muestras. Especialmente para la gente del interior, entrando a nuestra página web va a tener toda la información.
"MUCHOS ARTISTAS JÓVENES SE FORMARON VIENDO OBRA EN KLEMM"
—¿Qué rol cumple la fundación y la colección en la difusión del arte contemporáneo, que es algo que los artistas buscan muchísimo? Es muy necesario, por el amplio espectro…
—Nosotros trabajamos mucho con los colegios y con los lugares de educación para el arte. Todos ellos nos visitan, y muchas veces los profesores mandan a sus alumnos a hacer trabajos sobre la colección o la fundación. La fundación se maneja de manera muy… te diría casera, por así decirlo. Los directores, que somos Fernando y yo, estamos siempre acá. Cinnia, que es la encargada de las colecciones y de educación, también está. Entonces, los profesores saben que si mandan a un alumno a hacer un trabajo sobre Klemm, nos ven a nosotros y nos pueden preguntar. Y además, para los artistas jóvenes, ver obras de Warhol, Basquiat, Berni, Alonso, y tantos otros de una manera tan cercana, es muy importante. Muchos artistas jóvenes y contemporáneos formaron su mirada viendo obra en Klemm.
"NO HAY UN PREMIO PRIVADO CON TANTAS EDICIONES COMO EL KLEMM"
—Usted proviene de una familia muy compenetrada con el arte contemporáneo, en general con los distintos aspectos que determinan esta práctica. ¿Qué opina del surgimiento en el interior de ferias de arte contemporáneo, nuevos museos, entre ellos el Museo de Arte Contemporáneo de Corrientes, que se va a inaugurar en julio?
—Bueno, yo tengo una especial cercanía con las ferias porque mi papá fue quien creó ArteBA, él fue quien la ideó. Mis primeros trabajos en arte fueron en la feria de arte, así que creo que las ferias tienen su buena intención, sobre todo en provincias donde tal vez la gente no tiene muchos lugares para ver arte contemporáneo. Lo importante también de las ferias es que se venda arte, porque el artista tiene que vivir de algo, y lo ideal sería que viva de la venta de su obra. No es fácil, y el interior nunca fue fácil para eso. Siempre todo estuvo muy concentrado en Buenos Aires. Así que me parece muy bien que se abra el panorama hacia el interior.
—Algunos artistas en el interior, en ArteCo, dejaron reseñas como: “hay una nueva etapa para el arte visual”; “vuelve el arte visual a ser punta de lanza para el pensamiento, la estética, la visibilización del arte”. Otras disciplinas, como la performance, se están encontrando con lo visual, imaginando escenarios distintos. Para esto, las fundaciones y los museos son cajas de resonancia. ¿Qué opina al respecto?
—Sí, sí, por supuesto.
—¿Qué opina al respecto?
—Pienso que es muy importante que las provincias trabajen para esto, que pongan dinero, que activen las situaciones, porque todo esto no lo puede hacer solo el sector privado. Tiene que acompañarlo mucho la provincia, como aquí la ciudad de Buenos Aires debería invertir mucho más en arte o abrir mucho más el panorama. Estuve en Corrientes hace dos años por una donación de obra que hizo mi familia al Museo de Bellas Artes de Corrientes y me sorprendió gratamente cómo Corrientes está abierta al arte contemporáneo y cómo sostiene la ciudad. La arquitectura es impresionante, está muy bien conservada. Hay mucho de lo estético en Corrientes. No sé si en todas las provincias pasa lo mismo, pero me parece que ahí hay una población interesada y un gobierno que participa. Si no, todo es muy difícil.
"LOS MUSEOS TAMBIÉN TIENEN QUE COMPRAR MÁS OBRA"
—La fundación tiene origen a través de la visión, la misión, la personalidad de Federico Klemm. Pero le pregunto también es un conjunto de voluntades que bregan en función de que el arte nunca se apague. ¿Qué opina de esta toma de conciencia de grupos de interés que de pronto se transforman en donantes o aportantes?
—A mí me gustaría que hubiese muchos más, porque no son tantos los donantes. Yo tuve la suerte —o tengo la suerte, porque mi padre vive— de tener un padre cuya profesión es otra, él es ingeniero, se dedicó a la construcción y demás, pero su placer era el arte. Entonces, trabajó mucho para eso, y además es un gran donador de obras. Federico Klemm tenía un perfil muy parecido al de mi papá en ese sentido, muy generoso con el arte contemporáneo o el arte en general. No sé si hay muchos más ejemplos en el país. Siempre se les pide mucho a los artistas. El museo de Corrientes se está haciendo con obra donada por los artistas, pero a mí me gustaría que el gobierno de Corrientes —o de la provincia que sea— también compre obra, que no todo sea por donación. Que donen los privados, que donen los coleccionistas. Pero hay un tema —y lo digo, no tengo problema en decirlo—: aunque me parece muy generosa la actitud de los artistas al donar para museos, los museos también tienen que comprar más.
—Muchísimas gracias.
—No, al contrario. Que esto sea un puntapié para que también los museos compren, o las ciudades diferentes.