El defensor de los vecinos de la Ciudad de Corrientes, Agustín Payes, advirtió sobre la crítica situación del sistema de transporte urbano en la capital provincial.
Desde la Defensoría, se lleva adelante un monitoreo mensual de la evolución del uso del transporte público, el cual cumplirá un año entre junio y julio. En dicho relevamiento se observa una tendencia sostenida de disminución en la demanda de pasajeros que abonan la tarifa plana del boleto. Esta caída, según el funcionario, evidencia un cambio de comportamiento en los usuarios, que optan por otros medios de movilidad.
“El sistema muestra una baja sustancial y permanente del usuario que paga el boleto plano”, explicó Payes. Aunque señaló que en los últimos dos o tres meses esa caída se detuvo, alcanzando una meseta e incluso registrando un leve repunte, aclaró que “nada compensa las caídas anteriores”. En contraste, la demanda de pasajes gratuitos, especialmente del boleto estudiantil, continúa en ascenso.
Esta situación incrementa las erogaciones del municipio, que debe afrontar subsidios crecientes mes a mes.
A este cuadro se suman los costos que también enfrentan las empresas prestatarias del servicio. “El tema salarial se sigue discutiendo y los insumos siguen creciendo”, subrayó el defensor, remarcando que el sistema actual no logra adaptarse al nuevo contexto económico. El congelamiento tarifario, aunque positivo para el bolsillo de los usuarios, estaría contribuyendo a una tensión financiera que pone en jaque al esquema vigente.
Payes reconoció que la estabilización reciente en el número de usuarios que pagan tarifa plana se vincula directamente con la ausencia de aumentos tarifarios. Sin embargo, advirtió que esta medida no resulta sostenible en el mediano plazo si no se aborda una reestructuración integral del sistema. La falta de actualización en la tarifa no corrige los desequilibrios estructurales que enfrenta el transporte público en Corrientes.
PROPUESTA DE REVISIÓN Y NECESIDAD DE CONSENSO
“Hay que rediscutir el sistema de transporte lo antes posible”, sostuvo el defensor. Aunque consideró que 2025 podría ser un año más propicio para iniciar esa discusión, llamó a comenzar con los diálogos antes de que finalice el año en curso. En su análisis, subrayó que el diseño actual del sistema responde a una realidad política y económica que ha quedado atrás, y que ya no se ajusta a las nuevas necesidades de la ciudadanía.
El reclamo apunta a garantizar previsibilidad tanto para los usuarios como para las autoridades y empresas involucradas. “Hoy el boleto es caro y el servicio es malo”, sintetizó Payes, dejando en claro que las deficiencias del sistema se perciben de forma generalizada por la población. Para el defensor, se necesita una mesa de trabajo amplia y abierta, donde participen el municipio, la provincia y representantes de los usuarios, con el objetivo de redefinir un esquema sostenible y eficiente.
La falta de flexibilidad del actual sistema también fue motivo de preocupación. Según Payes, el modelo vigente no tiene capacidad de adaptarse a las nuevas reglas del contexto económico, lo cual se refleja en la tensión entre costos operativos, subsidios y calidad del servicio. La expectativa es que el debate contribuya a redefinir los pilares del sistema, partiendo del principio de equidad y sustentabilidad.
Finalmente, Payes remarcó que la discusión debe centrarse en brindar un servicio de calidad, con condiciones predecibles para los usuarios y mecanismos de financiamiento que no sobrecarguen ni al municipio ni a las empresas prestatarias. “No se ha logrado hasta ahora un sistema de transporte previsible”, concluyó, marcando la necesidad urgente de una transformación estructural.