(Por Alejandro Bovino Maciel). Hay dos personas que, a mi juicio, han sido fundamentales para el desarrollo del teatro en Corrientes: Yany Zimerman y Dante Cena. Explicaré por qué.
Yany Zimerman tuvo la brillante idea, allá por los ’80, de realizar un certamen provincial de teatro en el ciclo secundario. En los colegios de ese primer mundo al que no dejamos de mirar, hacer teatro y tener su equipo deportivo son parte habitual del proceso de enseñanza/aprendizaje del ciclo medio. Estuve 5 años en el Colegio Nacional y jamás nos llevaron siquiera a ver una obra de teatro para después analizarla entre todos con esa participación que debería promover un docente para generar pensamiento crítico en los dicentes.
Esta iniciativa de Yany Zimerman incluyó alumnos y alumnas de colegios secundarios de capital y el interior en un certamen en el que competían para presentar sus obras del mejor modo posible, y con el uso de la inteligencia para suplir la falta de recursos. El jurado era de nivel nacional, muchas veces. Todos los colegios y escuelas participantes convivían los tres días de la jornada en una especie de campamento estudiantil en el que veían todas las obras de teatro que se presentaban. Tenían oportunidad de ver, analizar, comparar, debatir. Además, la participación era masiva. Chicas y chicos del interior que jamás habían visto una obra teatral, repentinamente se veían involucrados como actores, actrices, libretistas, escenógrafos, utileros, vestuaristas. Todo el mundo participaba y esta fue la riqueza de ese proyecto: incluyó a gente que nunca antes había sabido de la existencia del teatro en vivo, y por esta convocatoria se volvían entusiastas participantes activos, que deliberaban, solicitaban a los profesores de literatura u otras disciplinas la supervisión de la puesta, el modo de presentar la obra en todos sus aspectos, y además, tener la posibilidad de ver muchas, muchísimas obras de otros elencos en esas maravillosas tres jornadas de campamento cultural. Es realmente penoso que todo eso se haya perdido. Muchos de los futuros espectadores de teatro salieron de esas filas. La enseñanza media debe promover público para las artes: visitas de museos con asesoramiento técnico, recitales de música, proyección de cine fuera de lo que el dicente puede ver en Netflix en su casa, y fundamentalmente el teatro, porque el teatro tiene la virtud de reunir varias disciplinas artísticas: la actuación, la literatura en el libreto, la música, la plástica en escenografías, luces, vestuario y puesta. El teatro es una fuente de estética invalorable. En este sentido, la idea de Yany Zimerman no podía ser mejor. La correntina gente solemos ser ingratos con nuestros hacedores. Y, como dice el Quijote “es de bien nacidos, ser agradecidos”. Esa es una materia pendiente.
Dante Cena fue un director cordobés que se radicó en Corrientes allá por los ’70 si no recuerdo mal. Dante Cena dio un vuelco a las puestas de teatro. Hasta ese entonces, el género que se fomentaba en Corrientes (salvo raras excepciones) era el de las puestas clásicas del tipo de “obras de living” con una clara división entre escenario y platea. Las actuaciones, a cargo de directores amateurs, eran básicas y estereotipadas, casi como los exabruptos de los culebrones colombianos. Recuerdo haber integrado un Seminario Dramático que se dictaba en el Teatro Vera propiciado por la Dirección de Cultura de la Provincia y con los mismos lineamientos de la vieja vanguardia. Nada innovador.
Dante Cena vino a dar vuelta todo esto. Trajo los aires del teatro latinoamericano ventilado con cuestiones políticas y sociales que encarnaban los problemas reales de la sociedad, especialmente la de nuestra provincia. Dante Cena vino a poner el dedo en la llaga, mostrándonos, en el espejo del teatro que nunca miente, nuestra pobre realidad de atraso, analfabetismo, segregación, marginación, prejuicios y olvidos de pueblos silenciados por el abandono y la incuria, allá ité. Ese nuevo aire latinoamericanista tenía raíces en los trabajos y teorizaciones de Augusto Boal con el Teatro del Oprimido, el Teatro Comunitario, el Teatro Político y Social y otras varias vetas de articulación entre los problemas sociales concretos de cada comunidad y sus modos de representación escénica, porque el arte es el modo más crudo pero también el más bello de escribirnos y describirnos para conocernos más allá de las apariencias. Dante no hizo panfleto: nos regaló arte para que meditemos.
En una entrevista para Teatro del Nea, el director Alejandro Barboza explicó este proceso:
“Fue su primer trabajo fijo acá en la ciudad de Corrientes. Él vino a dirigir el Teatro Universitario a Resistencia, está un año ahí, por unas razones que él desconocía, no le renuevan, entonces conoce en ese momento el carnaval de Corrientes, se enamora del carnaval como acontecimiento, y después conecta con Marcelo Fernández que era el Subsecretario de Cultura en ese momento, y le van proponiendo hacerse cargo de un programa que había de Teatro en los Barrios. Ahí hace una serie de producciones, bien populares, que tenían alguna relación con lo que el teatro que ya hacía en Córdoba. Él allá tenía su sala que mantenía con su grupo de teatro, en la que hacían mucho teatro de varieté. Y después cuando empieza a trabajar acá en el teatro barrial, lleva adelante esos trabajos. Y ahí, hubo gente como Nancy Sánchez que trabajaba ahí, que es una actriz de la época de Walter Moreno “Agüicho”, de Ramón “Moncho” Machuca, de actores grandes ya. Y también trabaja con la Escuela de Comercio, y ahí es su gran salto, porque ahí hace los espectáculos con Coembotá y demás, ya con textos de Marily Morales Segovia, música de Teresa Parodi y cosas por el estilo, y eso es lo que lo inserta en el centro y lo conecta con un montón de otra gente”.
Alejandro Barboza lo conoció en primera persona, ya que trabajó con Dante en algunas obras. Yo únicamente tuve oportunidad de ver algunas de sus puestas, que me impresionaron mucho por el sólido manejo del espacio y los movimientos: ese es el corazón de la puesta teatral.
Creo que estamos en deuda con Dante Cena. Un gran artista que escogió Corrientes para realizar un cambio en la mirada teatral que después de Dante, nunca fue la misma. Por fortuna.
BUENOS AIRES, ABRIL 2025
www.alejandrobovinomaciel.webador.es
Alejandro Bovino
talomac@gmail.com