El presidente de la Confederación Empresaria de la República Argentina, Marcelo Fernández, expresó su profunda preocupación por la situación de las pymes ante la caída del consumo, el incremento de las importaciones y las restricciones al acceso de divisas. Afirmó que estas condiciones generan un riesgo real de desempleo masivo, pérdida de reservas y deterioro del aparato productivo nacional. En un llamado al diálogo, advirtió que el modelo económico actual podría reproducir las condiciones de crisis vividas a fines de los años noventa.
El presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), Marcelo Fernández expresó su preocupación por la situación actual de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en el país. En diálogo con la prensa, detalló los múltiples factores que afectan al sector productivo, desde la caída del consumo hasta la apertura de importaciones y las restricciones cambiarias.
“Es realmente preocupante hoy en día con todo lo que está aconteciendo, la baja del consumo, los aumentos que hemos tenido en servicios, lo que sufren nuestros trabajadores con el aumento de alimentos”, afirmó Fernández, al referirse al impacto de la inflación.
Fernández, indicó que las cifras oficiales hablan de una desaceleración, con índices del 3,7% y 3,5% mensual, el dirigente empresarial subrayó que esos números no reflejan la realidad del aparato productivo pyme.
Fernández sostuvo que la inflación no está impulsada por los bienes que fabrican las pymes, sino por el alza en alimentos y servicios. En ese marco, cuestionó las declaraciones del presidente de la Nación, quien minimizó la caída del consumo argumentando un cambio en los hábitos de compra hacia el comercio electrónico.
“No se puede hablar solamente del supermercado”, remarcó, y agregó: “en Argentina no viven solamente los supermercados, sino que también hay locales, hay shoppings, hay centros de venta”.
IMPORTACIONES Y DESEMPLEO: UN ESCENARIO RECURRENTE
El titular de CGERA advirtió sobre las consecuencias de la actual política de apertura comercial. “Se están facilitando las importaciones”, denunció, al señalar que se han retirado mecanismos de protección que antes resguardaban a la industria nacional de la competencia externa.
Fernández remarcó que esta situación pone en riesgo el empleo en los centros urbanos. “Son un millón doscientos mil trabajadores aproximadamente de la industria. ¿Dónde van a ir a trabajar si las industrias no damos trabajo en los centros urbanos?”, se preguntó. De acuerdo con su análisis, la sustitución de producción nacional por productos importados podría conducir a un escenario similar al vivido a fines de la década del noventa.
En ese sentido, mencionó un dato preocupante: “la respuesta la tienen las setenta mil visas que están pedidas por los argentinos para viajar a China”, haciendo referencia a un creciente interés por importar productos terminados en lugar de desarrollar capacidades tecnológicas o productivas locales.
RIESGO DE CONSUMO DE RESERVAS SIN RETORNO
Uno de los puntos más críticos de la entrevista fue la advertencia sobre el uso de divisas para financiar importaciones que, eventualmente, no se traducirán en generación de valor interno. “Nos vamos a consumir todos los dólares que nos dio el fondo y los de la cosecha en importaciones que muchas veces van a quedar en el puerto”, alertó Fernández.
Según su visión, el incremento en las importaciones podría colapsar en un mercado saturado, afectando tanto a los importadores como a las reservas del Banco Central. “El importador se fundió, porque tantos argentinos importando lo mismo no da el mercado para todos”, explicó.
Este fenómeno, sostuvo, podría generar una fuga definitiva de dólares, sin retorno para la economía nacional. A su vez, la caída del empleo y la contracción del consumo consolidarían un ciclo de recesión profunda.
EL ACCESO A DIVISAS Y LA PERSISTENCIA DEL CEPO
Fernández también se refirió a las restricciones cambiarias que enfrentan las pymes. A pesar del levantamiento parcial del cepo anunciado por el Gobierno, el dirigente negó que las empresas tengan acceso real a dólares. “Eso ya lo estamos viendo. Ya vimos cómo el ahorrista puede llegar a conseguir dólares, pero el ahorrista en realidad no son muchos los argentinos que pueden ahorrar en dólares”, señaló.
El líder de CGERA destacó que la mayoría de los ciudadanos no logra cubrir sus necesidades básicas, mucho menos ahorrar. “No les alcanzan los salarios para pagar servicios y para pagar los alimentos”, afirmó, al describir el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores.
En este contexto, Fernández insistió en que las empresas productoras locales siguen marginadas del mercado cambiario, lo que agrava su situación frente a competidores del exterior con acceso libre a divisas.
LLAMADO A LA REFLEXIÓN Y A UNA AGENDA DE DIÁLOGO
Finalmente, el presidente de CGERA hizo un llamado a la sociedad y al Gobierno nacional para revisar el rumbo económico actual. “Vamos a tratar de generar conciencia en la sociedad de que este plan, este proyecto no nos lleva a ningún buen puerto”, expresó.
Fernández sostuvo que las políticas implementadas hasta ahora no solo perjudican al sector empresarial, sino también a los trabajadores, al consumo interno y a la sostenibilidad económica general. “Tenemos que debatir y discutir estos temas porque la sociedad tiene que entender que este modelo realmente nos perjudica a todos”, afirmó.
A modo de conclusión, expresó su deseo de que el Gobierno reconsidere sus decisiones: “Si el gobierno no quiere cambiar de rumbo, la sociedad tiene que alertarse de esto”.
