El Licenciado en Economía (UBA) y Máster en Desarrollo Económico defendió la flexibilización del cepo cambiario. Destacó que el nuevo esquema con bandas cambiarias, sumado al superávit fiscal y al respaldo de organismos internacionales, sienta las bases para un peso más fuerte, menor inflación y condiciones propicias para la inversión externa, y enfatizó que la inflación actual es producto de la incertidumbre previa y que tenderá a la baja hacia fin de año.
Etchebarne remarcó que el salto del tipo de cambio oficial no implica una devaluación, ya que la eliminación del cepo unificó el mercado cambiario y permitió una baja en otras cotizaciones como el MEP, el contado con liquidación y el dólar blue.
Explicó que este nuevo esquema elimina los incentivos a prácticas especulativas como la demora en liquidación de exportaciones o el adelanto de importaciones.
A su vez, enfatizó que la estabilidad del peso será sostenida por un superávit fiscal que "mata la causa de la inflación" al detener la emisión monetaria, y consideró que con los 19.600 millones de dólares acordados con el FMI y otros organismos, hay liquidez suficiente para respaldar el circulante.
El economista dijo que la salida del cepo debe complementarse con reformas estructurales: reducción de impuestos, desregulación, reforma laboral y sindical.
Criticó fuertemente los sobrecostos generados por convenios sindicales y deficiencias logísticas, argumentando que estas cargas se traducen en precios más altos para los consumidores.
Apuntó a los empresarios beneficiados por la economía cerrada, señalando que la apertura comercial permitiría abaratar el costo de vida, y pronosticó una tendencia descendente de la inflación en los próximos meses y estimó que hacia 2025 podrían verse índices mensuales inferiores al 1%.
- ¿Podemos considerar una devaluación? ¿Podemos considerar que el dólar oficial, el salto —pequeño salto que tuvo— de un poco más de 140 pesos se va a trasladar a los precios?
- No, un placer charlar con ustedes. La verdad es que fue un día muy bueno. Salir del cepo implica que la Argentina es un país más normal, y eso va a ser muy bueno para la Argentina.
Imagínense que hasta el viernes pasado, si un inversor internacional quería invertir en Argentina y traía sus millones de dólares para hacer una empresa de cualquier tipo, no podía llevarse las ganancias. Entonces, la pregunta es: ¿quién va a venir a invertir en un país donde no podés llevarte las ganancias? La respuesta es nadie. Por lo tanto, este salto del día de hoy es un salto fenomenal, muy positivo. Además, por supuesto, fue así recibido por los mercados: subieron los bonos, subieron las acciones, y no se puede hablar de una devaluación. Es un error conceptual hablar de una devaluación porque, en realidad, Argentina tenía varios tipos de cambio. Teníamos el tipo de cambio con el que nos manejábamos todos nosotros, que en realidad bajó. Estaba en 1.385 y hoy está bastante más abajo. El contado con liquidación está más abajo, el MEP está más abajo, el blue está más abajo. El único que subió es el dólar de los importadores. Entonces, efectivamente, cuando uno mira qué va a pasar en el supermercado, bueno, ahí tenés varios componentes. Obviamente, el componente de importados sí tiene una pequeña suba, pero todos los demás que están influidos por el tipo de cambio... Porque recordemos cómo pensamos los argentinos, ¿no? Cuando hay incertidumbre, ¿qué es lo primero que hacemos? Compramos dólares y subimos los precios. Bueno, esa incertidumbre ahora desaparece y ya sabemos cuál es el nuevo esquema. El nuevo esquema es el de estas bandas, pero también sabemos que no se va a escapar, porque en realidad ahora ya no hay un incentivo para demorar las exportaciones o para adelantar las importaciones, como había antes, especulando con que va a venir un cambio de sistema. Esto está para quedarse. Y yo creo que, en realidad, el riesgo que hay ahora es que el tipo de cambio siga bajando, no subiendo demasiado. Puede haber volatilidad en estas semanas, pero a mediano plazo lo que vamos a ver es que el peso es una moneda fuerte. Y es una moneda fuerte a partir de ahora porque tenemos superávit fiscal —no por casualidad— y ese esfuerzo gigante que hicimos durante todo este año de tener superávit fiscal se va a traducir en tener un peso fuerte.
"ES UN ERROR CONCEPTUAL HABLAR DE DEVALUACIÓN"
- ¿Cuánto se necesitan esos dólares, o con lo que llegue del Fondo Monetario debe ser suficiente para solventar el plan que comenzó hoy?
- No, con lo del Fondo Monetario alcanza y sobra. Porque, en realidad, si vos tomás todo el circulante en pesos, lo que hay con el superávit fiscal va absorbiendo los pesos que sobran.
Entonces, a partir de ahora hay pocos pesos en la economía, entonces no hay ninguna posibilidad de que se escape el tipo de cambio. Con los 19.600 millones de dólares que van a llegar por el Fondo Monetario, más el Banco Mundial, el BID, etc., vas a tener 19.600 millones de dólares. Y eso te alcanza prácticamente para comprar todo el circulante.
Entonces, por supuesto, es imposible que todo el circulante se vuelque a dólares, porque vos necesitás pesos para tus actividades diarias, para comprar para tu empresa, capital de trabajo, etc. Entonces eso es imposible. Lo que va a pasar ahora es que vas a tener un mercado con oferta y demanda. Entonces, la pregunta es: ¿quién va a comprar dólares y quién va a vender?
¿Ahora tenés más gente comprando dólares? Yo creo que no. O sea, tenés menos gente comprando dólares. Porque cuando vos tenés un peso fuerte y la gente se vaya dando cuenta, poco a poco, que el peso es una moneda que va a ser más fuerte que el dólar —y no porque lo diga yo o lo diga el gobierno, sino porque tiene superávit fiscal... ¿Por qué se devalúan las monedas? Por déficit fiscal. Si tenés muchos déficits, imprimís muchos billetes, y por eso tenés una inflación que está ascendiendo. Nosotros veníamos con una inflación muy alta, altísima, gigantesca, pero dejamos de imprimir. Entonces eso demora un tiempo. Puede ser un año, 18 meses, o tal vez un poquito más o un poquito menos. Hemos matado las causas de la emisión monetaria. Es decir, ya no hay motivo. Es como si hubiéramos roto las máquinas de imprimir billetes, porque ya no tenés déficit fiscal.
- ¿Usted estima que el anuncio era una medida pensada por el gobierno para esta fecha? ¿O lo que pasó con el índice de inflación el viernes anticipó o aceleró alguna cuestión?
- No, en realidad esto lo venimos esperando desde hace mucho tiempo. Nosotros decíamos el año pasado —creo que alguna vez lo hemos hablado contigo— que había que salir del cepo. Hubo una oportunidad en agosto, que se cerró mucho la brecha, y hubo otra oportunidad que fue en diciembre, porque bajaba ese impuesto PAÍS. Y ahora sabemos, porque lo contó Caputo, que no lo podía decir antes, pero el ministro contó que efectivamente en diciembre querían salir del cepo, que no pudieron salir en ese momento no porque no estaban dadas las condiciones en Argentina, sino porque no estaba acordado con el Fondo Monetario el monto. Y el monto que nos querían dar del crédito era muy pequeño en ese momento. Creo que hablaban de 5.000 o 6.000 millones, y ahora pasó a ser 20.000. Entonces, prefirieron demorar ese tiempo y les dijeron: “Miren, nosotros entonces necesitamos más tiempo porque, si no nos dan el crédito, no se sienten cómodos financieramente”. Con el crédito sobra la plata. O sea, alcanza la plata para comprar toda la base monetaria —o el circulante, en realidad, que es la base monetaria menos los encajes que quedan en los bancos. Entonces, la realidad es que eso va a funcionar bien. Y lo que tenemos que ver ahora son el resto de las cuestiones. Porque lo que va a quedar en Argentina es que te quede una Argentina cara en dólares. Y eso es lo que hay que solucionar. Pero no se soluciona devaluando. Eso se soluciona —y lo vamos a ver en los próximos trimestres, incluso algunos años porque va a llevar bastante tiempo— yendo a las cosas reales: A bajar impuestos, a desregular, a flexibilizar la reforma laboral, a hacer la reforma sindical. Los sindicatos nos cuestan un montón de plata. Todo esto de tener sindicatos ricos lo pagás vos en el supermercado. Cuando el sindicalista obtiene prebendas permanentemente —y no para el sueldo del trabajador, sino prebendas para los sindicalistas—, por ejemplo: el convenio de los plásticos se lleva un 10% del salario de todos los trabajadores para el sindicato. Eso no tiene ningún sentido. Después, por supuesto, el empresario te pasa ese costo y lo traduce en el precio. Cuando vas al supermercado, estás pagándole las panzas a los sindicalistas.
"CUANDO VAS AL SUPERMERCADO, ESTÁS PAGÁNDOLE LAS PANZAS A LOS SINDICALISTAS"
- ¿Pasa también con el tema de los combustibles, con los trabajadores del sur? ¿Tienen un seguro que se traslada directamente al precio de los combustibles para los trabajadores del petróleo y el gas?
- Absolutamente, y eso pasa en todo. En las ineficiencias que tenés en la logística del "polo llano", que te dicen en algunas provincias que vos transportás el camión lleno hacia un lugar y, cuando querés volver, volvés vacío. Bueno, ese es un sobrecosto que duplica el costo del transporte y no tiene ningún sentido. Ese tipo de cosas hay que mejorar. La Argentina tiene demasiadas cargas. Y, por supuesto, seguir bajando impuestos —no solo nacionales, sino también provinciales y municipales— y seguir desregulando y abriendo la economía. Porque también hay mucha gente que se ha beneficiado muchos años por la economía cerrada. Pero los que se han beneficiado son los empresarios. Ese beneficio que obtienen algunos empresarios significa que, cuando vas al supermercado, pagás más caro. Entonces, cuando querés comprar unas zapatillas o unos pantalones, te cuestan el doble de lo que deberían costar.
- ¿Usted entiende que el índice de inflación del día viernes fue puntual? ¿Va a volver a la baja? ¿El precio del dólar de hoy es lo que nos debemos acostumbrar o vamos a llegar solo a los 1.400, que es el techo de la banda de flotación?
- Nosotros estimamos todos los meses el índice de inflación, y esta es la primera vez que hubo una diferencia.
Nosotros estimamos 2,4% y salió 3,7%. En nuestra opinión, eso ocurrió precisamente por la incertidumbre. Por lo que te decía: la gente tiene incertidumbre, no sabés cuál va a ser el esquema cambiario, el que se acordó con el Fondo Monetario, sabés que va a cambiar, que va a ser diferente... Entonces, ¿qué hacés? Por las dudas, subís los precios, y por las dudas comprás dólares. Entonces se vaciaban las reservas y subían más los precios. Eso todavía ocurrió durante abril. Así que abril todavía va a ser un mes que puede reflejar un índice de inflación alto, pero ya a partir de mayo y junio va a volver a bajar. Y yo creo que hacia fin de año la inflación va a estar muy bajita. Vas a tener una inflación del 211% en 2023, del 117% en 2024; ahora el primer trimestre anualizado dio 39%. O sea, fuiste de 211 a 117 a 39... Pero el año va a terminar más abajo, probablemente algo debajo del 30%. Y el año que viene, yo creo que vamos a tener un peso fuerte y, por lo tanto, la inflación tiene que seguir bajando mucho. Y en algún momento del año que viene vamos a ver inflación mensual por debajo del 1%.