LLAMADO URGENTE A LA ACCIÓN POR EL SUFRIMIENTO DE LOS NIÑOS
En su Audiencia General, el Papa Francisco se refirió al caso del niño desaparecido en 9 de julio hace siete meses y lanzó un poderoso mensaje contra la indiferencia hacia las injusticias que afectan a los niños más vulnerables. Denunció con firmeza el abuso y la explotación infantil, calificándolos como crímenes atroces que no pueden ser tolerados por la sociedad.
Francisco evocó con pesar la historia de Loan Danilo Peña, cuyo paradero sigue siendo un misterio tras haber sido secuestrado.
Una de las teorías más alarmantes es que fue víctima del tráfico de órganos.
“Esto se hace, se sabe bien. Algunos vuelven con una cicatriz, otros mueren”, afirmó el Pontífice, visiblemente conmovido. “Por eso quiero recordar hoy a este chico Loan”, agregó, subrayando la urgencia de no olvidar a quienes sufren en silencio.
El Papa también se refirió a la injusticia social que perpetúa las desigualdades entre los niños.
Reflexionó sobre cómo, en un mismo barrio o edificio, dos niños pueden enfrentar destinos completamente opuestos simplemente por las condiciones en las que nacieron. “Es una fractura humana y social inaceptable”, denunció. Mientras algunos tienen la posibilidad de soñar y prosperar, otros están condenados a sucumbir ante las adversidades.
Francisco destacó que la indiferencia ante estas “vidas perdidas” es una forma de complicidad. Instó a los fieles y a toda la humanidad a detenerse y escuchar el sufrimiento de quienes no tienen voz, especialmente los niños que carecen de educación y oportunidades.
Recordó que Jesús nos llama a construir un mundo donde todos puedan ser libres y felices, y exhortó a la comunidad internacional a tomar medidas concretas para erradicar el abuso y la explotación infantil.