Corrientes, miercoles 15 de enero de 2025

Opinión Corrientes

Almanaques vencidos

30-12-2024
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(Por Alejandro Bovino*) La sociedad en su conjunto entra en un estado de ansiedad generalizada la última semana del almanaque. Todos/as corremos detrás de algo que no sabemos qué es, pero intuimos que es urgente.

Adjudicamos una importancia trascendental al cambio de almanaque o calendario como si fuese a suceder algo importantísimo en nuestras vidas en ese mágico anochecer del 31 de diciembre para amanecer el 1 de enero.

No pasa nada.

Es simplemente una convención, como la de las semanas, los meses y los años, el horóscopo y otras fruslerías sin la menor importancia real.

La fijación de siete días, los meses, y los años son arreglos convencionales para tratar de marcar el tiempo, ya que lo desconocemos. Una forma de domarlo es por medio de fechas que arreglamos “entre nosotros”.

Nadie sabe bien qué es el tiempo, si acaso es algo.

La gente lo confunde fácilmente con elementos que sirven para medir el tiempo (los cuadros de Dalí con esos relojes derritiéndose, las clepsidras de las estatuas de mármol que nos indican que se nos va el tiempo) y miles de artificios más. Pero eso no es el tiempo. Un reloj es apenas un aparato que sirve para medir un plazo. Pero no es el tiempo.

Esa desesperación cuasi sagrada impregnó de misterio el cambio de año. Depositamos grandes esperanzas en el año que se viene, como si todo lo que dejamos atrás fuesen desechos.

Este convulsionado siglo XXI ha reducido el tiempo al futuro.

El presente siempre ha sido fugaz, los XXI’s (personas nacidas a partir del año 2000) en su mayoría desconocen e ignoran la historia por igual. Creen nebulosamente que el mundo comenzó el día en el que nacieron, todo “lo de atrás” no les interesa. Están desarraigados de la propia historia por elección, y el único tiempo que conocen en el futuro que creen interminable.

De esta manera, compartimos el escenario del mundo varias generaciones, y cada una con su propia mitología que, por supuesto, nos hace ver las cosas de un modo muy diferente. No obstante, el pasado nos da espesor, nos vuelve a colocar en el camino del que somos una baldosa y no la piedra fundamental que lo inició.

Una utilidad le encuentro a estas “Fiestas”: La posibilidad de hacer un pequeño balance personal. Ver qué dejamos atrás y qué podríamos hacer en adelante para mejorarnos a nosotros mismos, que es el mejor modo de mejorar la sociedad en su conjunto.

*Talomac@gmail.com
www.alejandrobovinomaciel.webador.es

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