(Por Facundo Sagardoy) La escena contemporánea recibe este fin de semana en el Teatro de la Ciudad, a partir de las 21 horas, a "On My Knees", un poderoso monólogo que explora la vida de María Magdalena desde una perspectiva conmovedora y actual.
Yaco Barsesa, miembro estelar, y Hernaldo de Jesús Leguizamón, su director, entrevistados por momarandu.com, reflexionaron sobre la carga simbólica y los temas sensibles que aborda la obra: el abuso de poder, la justicia divina, la hipocresía y la voz de una mujer que representa a quienes han sufrido en silencio.
Desafíos escénicos en la profundidad de la soledad y la vulnerabilidad de un personaje envuelto de un entorno minimalista revelan en "On My Knees" un relato íntimo que conecta emocionalmente al público con el amor, la esperanza, la justicia y la redención, invitando a una profunda reflexión sobre la vida propia y las formas de sanar el pasado y el presente para avanzar hacia el futuro.
- Yaco, ¿qué te inspiró a escribir "On My Knees" y cómo fue el proceso creativo detrás de este proyecto?
- Yaco: El nombre “On My Knees” salió un poco por la canción *Like a Prayer* de Madonna, por la posición misma de pedir, suplicar, rezar. La Magdalena es un personaje que se desprende de la obra “Crucificción”, de la cual fui parte durante el 22/23, obra conformada por actrices y directores de La Rioja. Un obrón con el que tengo un amor profundo, sobre todo por mis compañeras de elenco. Quería que la Magdalena siga contando un poco de ese universo, de las mujeres en la iglesia, sus roles y creencias diferentes. En este caso, ella cae por primera vez a terapia y, bueno, entre el hablar con sus amigas se filtra su propia vida, de dónde viene y ese oficio de “puta” tan controversial aún en estos tiempos. El texto surge de contar la vida de sus amigas, de Piedad, Graciela y Gilda. Pensé en esto como una mujer de cincuenta y tantos que va por primera vez a terapia, a develarse, a contar de sí, dejándose ver de a poco. Las amigas la alientan a ir, al clásico “che, ¿pensaste en hablar con algún profesional?”, a poder curarse en el habla, apalabrar ahí, entre el público y este terapeuta que a veces interviene y a veces no. También surge a partir de la ira, no voy a mentirles, esto de la hipocresía en la religión, el encubrimiento, lo no dicho y los secretos, esos bronquitas que quedan y encuentran su salida en el sentarse, y como soy medio vieja escuela, lo pasé a la tinta y al papel. Derecho. Fuimos puliendo en ensayos, encontrándole la dinámica, los momentos. También el contacto directo con el público, más cercano, permite cierto clima íntimo; quien especta termina medio sumergido en ese vaivén que hace el personaje. Y el proceso creativo, personalmente, un poco en el eco de mis maestras del hacer escénico, es siempre abierto. Creo que al ser vivo, un hacer vivo, la obra crece y se transforma en cada ensayo, en cada función. Me permito mucho jugar con el texto; la improvisación me encanta y Hernaldo me deja jugar muchísimo.
- Hernaldo, como director de la obra, ¿qué retos enfrentaste al trabajar con un monólogo tan intenso y cargado de simbolismo?
- El texto ya era un texto trabajado por Yaco. Lo que hice fue trabajar algunas líneas de intensidad desde la primera mirada al texto. El texto me tomó por sorpresa una vez que lo vi en escena. Nos citamos con Yaco, él me comentó que quería que viera un trabajo suyo, pero nunca supe que era la obra en sí. Pensaba que se trataba de un texto escrito. Mi sorpresa fue que cuando Yaco salió del baño de mi casa, ya no era Yaco, sino La Magda. Desde ahí comenzó esta aventura; le hice preguntas y me enamoré del personaje. Hubo unas tareas guiadas a la distancia que luego se convirtieron en nuestro trabajo escénico con tres líneas puntualmente marcadas para Yaco: Aplastá al público con verborrea, subilos a la cima de sus interiores densos y oscuros, y después tiralos al precipicio.
INSPIRACIÓN DEL PROCESO CREATIVO
-"On My Knees" es un spin-off de "Crucificción". ¿Cómo evoluciona el personaje de La Magda en esta nueva entrega?
- Yaco: Esta vez la Magda está sola. ¡No tiene a sus amigas! Crucificción tiene muchísima carga visual, desde santuarios y velas, rosarios, pósters, un cuadro del Papa Francisco, una remera de Messi. La obra está planteada dentro de una iglesia; nació en el espacio Casa Güemes, en La Rioja. Y la casita Güemes, la sala, está literalmente dentro de una casa. Ya desde el vamos es una obra que carga en sí eso, la intimidad, la casa, laburar en un espacio no convencional. En Crucificción hay cuatro personas en escena (tres mujeres y un maricón, jajaja) con un soporte visual cargadísimo: corridas, gritos, delirios, juntas y tan diferentes las cuatro mujeres. En *On My Knees*, Magdalena está en un consultorio, frente a un profesional, sola. De por sí, ella no tiene cómo escapar en esa confesión, en ese develarse al público que juega también de psicólogo. La interacción es directa con el espectador, en quien me prendo para actuar. Es relatar en primera persona toda la historia de ella, sus amigas lejos, nostálgica y a la vez explosiva. Entonces es una Magda dispuesta, cercana, un poco desconfiada al principio, pero como habla tanto y se queda sorda de sí, bueno, se deja ver para ver si se cura un poco.
- ¿Qué significa para ustedes que la obra toque temas tan sensibles como el abuso de poder y la justicia divina?
- Tener estas temáticas no es novedoso para muchas obras de arte. Decidimos tomar estos temas porque son sumamente cotidianos, y porque tienen un punto de vista diferente. Hay redención desde el lugar de las instituciones y culpabilidad directa hacia las personas responsables, dígase humanos, específicamente hombres. El abuso de poder, ¿qué decir? Ni siquiera me genera adrenalina siendo el director, solo impotencia, como al resto de las personas que lo viven a diario. El abuso de poder me indigna, desde la casa hasta la iglesia, desde el colegio hasta la casa de gobierno. La justicia divina me encanta, ya que creo mucho en el karma. Tarde o temprano, pagamos nuestros actos en vida. (*Hernaldo*)
- ¿Qué significa para ustedes que la obra toque temas tan sensibles como el abuso de poder y la justicia divina?
- Yaco: Creo que es un modo de recordar que en todos lados y en cualquier lugar esto existe; se propaga cuando es institucional, como el caso de la iglesia y los sacerdotes abusadores. Es necesario que no se olvide lo que la misma Magdalena “denuncia” y enuncia en la hipocresía de mostrar algo que detrás esconde algo profundamente perverso. Las personas creen, eligen creer, aferrarse y, en eso, hay muchas instituciones que se abusan de ese deseo de buscar un poco de paz, de calma, de fe… y de pronto el lugar que debería ser seguro reproduce las violencias de las cuales justamente huimos o que hicieron que recurriéramos a elegir creer, confiar. Y la venganza de la Magda también es la venganza de tantas y tantos que se han callado por miedo, coerción, vergüenza. Hay muchísimas personas que han sobrevivido al abuso sexual y, también gracias a las redes de afecto, como en el contexto de la obra son sus amigas, pudieron reparar esa historia. Es un poco bardear, pero abrir a la reflexión, a recordar que esto sucedió, aún sucede; qué hacemos con esto, cómo lo prevenimos.
EVOLUCION DEL PERSONAJE
- Yaco, ¿qué aspectos de María Magdalena querías destacar a través de tu interpretación y cómo te preparaste para este papel?
- Yaco: Quería destacar de ella esto medio caniche, inquieto, entre desconfiada y maníaca. Ir viajando entre esos estados a los que va y lleva el mismo relato. Entonces lo encaro bien físico, cómo está el cuerpo cuando digo tal parte o hago tal acción, ya sea moverme, alternar la ubicación de las piernas… desde los dedos de los pies hasta la punta del pelo, cómo digo, siento, porque actuar es como zambullirse de cuerpo entero. La Magdalena es un personaje que tiene casi dos años, entonces los modos de ella los tengo, pero al estar en este formato mucho más íntimo y solitario, su particularidad está a la vista. Cómo habla, cómo se comporta, cuáles son sus mañas, la ansiedad que se refleja entre los gestos con la cartera y el abanico. Generalmente, antes de la función, acudo al viejo y confiable “estar en una”, algo que era como un ritual entre las chicas de Crucificción, poniendo musiquita, pasando el texto desordenadamente o practicando con Hernaldo en personaje, montado en la Magda. Sinceramente, quiero que la Magda, aunque muy desde la fantasía Almodóvar, sea cercana y parezca cualquier tía o abuela de cualquier ser humano… que haga acordar a alguien, a algo, y quede en el corazón del espectador. Y como dice mi maestra de Clown, Vane Ruiz, “lo que sale del corazón, llega al corazón”. El laburo y corazón, mucho corazón.
- Hernaldo, ¿cómo trabajaste con Yaco para lograr que la puesta en escena minimalista potenciara la narrativa de la obra?
- Yaco propuso mostrarme la obra, pero jamás me dijo que lo haría actuando. Cuando la vi en la oficina de mi casa, dije: “Es esto. La Magda vino a una oficina. Solo necesita que la escuche una persona en un tres por tres para que su opinión llegue a kilómetros a la redonda”. La Magda, con su dialecto cuyano, es tan fuerte habiendo entrado a Chaco como a Tabasco. Ella representa a todas las mujeres que tomaron el toro por las astas y las serrucharon para que dejen de incrustarse en las tripas ajenas. Por todo esto, La Magda no necesita más que una silla, un poncho y un escritorio para atravesar el territorio que arrasará sin temor alguno.
- ¿Por qué eligieron una estructura basada en una sesión de terapia? ¿Cómo creen que esto influye en la manera en que el público percibe la historia?
- Estos signos aparecieron con algunos escasos ensayos. La cuestión es la siguiente: La Magda tuvo confesión por años desde dos puntos de vista. El primero, siendo ella el pedestal de confesión por su oficio de sábanas, y el segundo siendo quien se confiesa, hincándose ante una persona “libre de lujuria”: el cura. Lo que La Magda ve ahora es que su confesión en estas instituciones sagradas halló fecha de obsolescencia y que la absolución de su mente, el descargo, no tendría luz en ese lugar. En cambio, guiada por sus amigas, ahora se adentra en otra institución más pequeña y austera para poder expiar sus pecados, no de manera espiritual, sino mental (si es que existe diferencia alguna entre ellas). La cuestión con la sesión terapéutica es que empatiza con todo el mundo. Desde hace años, hay más personas confesando crímenes a terapeutas que a un representante de Dios en la Tierra.
ABUSO Y JUSTICIA
- "On My Knees" se desarrolla alrededor de un acto de justicia personal. ¿Qué reflexiones sobre la venganza y la redención quisieron transmitir?
- La venganza se sirve en un plato frío, calculado, específico y comunitario. Cuando la venganza no es individual, deja de ser venganza, se convierte en justicia. No creo que se trate de una reflexión, más bien de una pregunta: “¿Si todo un pueblo se venga, se trata de venganza o de justicia?”. Para redimirnos hay que pecar, y en este caso, no hay pecado, sino un grito desesperado de un individuo o un pequeño grupo que no es escuchado por la magnánima ley. La ley es ley para unos, para los adinerados o para los hombres (varones).
- ¿Por qué eligieron una estructura basada en una sesión de terapia? ¿Cómo creen que esto influye en la manera en que el público percibe la historia?
- Yaco: Elegimos la estructura de sesión terapéutica por el espacio seguro de confesiones profundas que significan estos entornos. De todas formas, en algunas funciones nos sucedió que el público intervino, haciendo preguntas y comentarios. Esto, de alguna manera, siento que logra llegar a los espectadores y que empatizan al toque con el personaje.
Pensándolo más criollamente, en escena la mujer se muestra como alguien que recurre con preocupación, nerviosa, y muchas nos han manifestado haberse sentido así al llegar por primera vez a terapia.
- El personaje del cura abusador es clave en la historia, aunque nunca aparece en escena. ¿Qué buscaban lograr con esta decisión?
- Yaco: Como decía más adelante, en otra de las preguntas, la venganza de la Magdalena es un modo de retratar el deseo oculto de muchas que sobrevivieron al abuso. En este caso, la redención se da por mano propia, sin tanta culpa de parte del personaje, ya que en su relato busca dar razón del porqué lo hizo, entrelazado con su historia y la de sus amigas.
La venganza, muchas veces ideada y deseada, dentro de nuestro hacer escénico, nos permite la libertad de plantearlo, que genere cierta controversia pero al mismo tiempo empatía.
La justicia por mano propia, contra un abusador, dentro de la ficción hace sentido.
El personaje del que se venga la Magda, en este caso, es un sacerdote, perteneciente a una institución que es la iglesia católica, porque forma parte del universo del que se desprende ella. Pero sabemos que los abusadores existen en todas las instituciones, en las familias, grupos de amigos, en este pacto silencioso de mantener debajo de la alfombra violencias que han costado vidas e historias.
Matando al cura, simbólicamente y en lo personal, es como matar a la lista de abusadores a los cuales sobreviví. La venganza de la Magda también es mía, es nuestra.
- Yaco, ¿cómo te afectó emocionalmente interpretar a un personaje tan complejo como La Magda?
- Yaco: Le tengo un afecto enorme, disfruto hacerla, ponerle el cuerpo a esta mujer que también son las mujeres de mi familia. De hecho, todo el vestuario está armado con objetos de mis abuelas, la mamá de una amiga que ya no está, tías, no sé.
La Magdalena me significa una gran entrega; hay funciones en las que puedo ponerle ese filtro que me distancie entre el personaje y este yo, hay funciones donde estoy poseído. Jajaja.
Pero le entrego, me entrego muchísimo cuando laburo, por loco y apasionado. La actuación me permite encontrar formas, modos, maneras no sólo de decir, sino del cuerpo en estado; actuar con todo el cuerpo y no sólo con lo que sale de mi boca, sino bastante desde la tripa y el corazón.
El personaje me conecta a La Rioja y lo que significó para mí crecer, hacerme, curtirme como artista con amigas, personas que me acompañaron y guiaron para que siga eligiendo las artes escénicas como modo de ver y estar.
Mi sueño de pibe siempre fue esto: hacer reír, emocionar, transformar algo complejo en algo que sea para todos.
- Hernaldo, ¿cómo manejaste el uso de los elementos simbólicos, como los lentes oscuros de Magdalena, en la puesta en escena?
- El recurso ya fue marcado por el actor. Quise que se quede, pues es una construcción perfecta. ¿Estoy cegado mirando de este modo o estoy ocultando mi modo de mirarte?
- La música tiene un papel importante en la obra. ¿Cómo eligieron los momentos en los que La Magda canta y qué impacto esperaban lograr en esos instantes?
- Yaco: La canción “Eres” de Café Tacuba es una canción que elegí para el personaje ya en la obra Crucificción. En la letra se habla de un amor profundo, casi abnegado, del que se espera salvación y en quien también se cree con convencimiento.
Es una canción que ha marcado generaciones, ha sido dedicada en covers y forma parte del inconsciente colectivo de algún modo u otro.
Me gusta que aparezca como un punto de inflexión en el relato, buscando conmover al público, tocar esa fibra tan íntima que son y significan los amores que nos marcan a fuego, que nos transforman.
- Yaco, ¿cómo fue escribir el guión de la obra en Resistencia? ¿Influyó el entorno en el desarrollo del texto?
- Yaco: Lo escribí con mucha fiebre, la verdad. Estaba atravesando un proceso personal de mucho torbellino y encontré en la tinta y el papel ese canal para escribir y reescribir el universo de la Magdalena, mucho más feroz y vengativa.
Si bien ella en el guión se considera una mujer de mundo y relata sobre su pueblo de origen, Patquia, un pueblito muy pequeño de La Rioja, esas realidades del noroeste no son tan diferentes a las de este norte. Pienso lo geográfico como un entramado; puedo decir que la Magdalena nació en el Norte Grande, revivió en el medio del humedal, en el Chaco, donde nací y crecí antes de irme.
Para mí es muy valioso volver y traer este personaje que disfruto mucho encarnar a este otro lado. En algún punto, la temática de la obra aborda cuestiones universales, lo cual permite mayor alcance, más allá de dónde haya surgido.
Las mujeres que se retratan en el guión y en el mismo relato, tranquilamente pueden ser la tía, madre, abuela o hermana de alguien del público y esa familiaridad nos acerca.
Eso es lo fabuloso del teatro: en una obra poder traer la vida y el arte a un mismo acontecimiento, que sin la presencia del público no tendría esa fuerza, esa fuerza bien nuestra, del Norte Grande.
RETOS Y CONEXION EMOCIONAL
- "On My Knees" trata temas universales como el abuso, el amor y la esperanza. ¿Cómo creen que esta historia resuena con el público actual?
- Yaco: Son los grandes temas de la humanidad y creo que eso la hace potente. ¿Quién no se ha enamorado, a quién no le han roto el corazón o quién no ha vivido momentos en los que se pregunta si lo que vive es violencia o no?
Creo que resuena muchísimo por su cercanía, porque en su relato están los relatos de muchas, ya sea de las experiencias en los matrimonios y divorcios, en la esperanza que nos sostiene cuando todo se pone denso.
El mensaje es un poco ese: buscar los modos de salir adelante, incluso en circunstancias terroríficas. No recomendamos el homicidio, pero abrazamos a las hermanas que se han librado de sus abusadores a mano alzada.
- Yaco, ¿cómo fue escribir el guion de la obra en Resistencia? ¿Influyó el entorno en el desarrollo del texto?
- "On My Knees" trata temas universales como el abuso, el amor y la esperanza. ¿Cómo creen que esta historia resuena con el público actual?
El público empatiza rápidamente con La Magda, ya que es tu mamá, tu hermana, Doña Gladys, tu vecina o tu sobrina que nació la semana pasada. Tiene la picardía y los ovarios que tienen todas las mujeres que te rodean, sean introvertidas o no. Ella es todas ellas. Ella es la que se anima a decir lo que las otras piensan.
- Hernaldo, ¿cómo utilizaste la iluminación y el espacio escénico para intensificar la experiencia emocional del público?
- Como aclaré antes, quiero que solamente hablemos de un espacio pequeño, elementos contados con media mano para emular la simplicidad donde suceden las grandes cosas. Es como la banda de rock en el garaje. La luz cumple lo mismo. ¿Cómo te imaginás la luz del otro lado del túnel? Yo la veo como una luz cálida, como la de una lámpara a gas en el campo, que incluso tiene un sonido particular, como el sonido etéreo o angelical de las películas. Es eso lo que ve La Magda con más claridad luego de sacarse los lentes. Ve la luz. Esa que verá luego al morirse y renacer.
- Yaco, el personaje de Ricardo Jesús no aparece físicamente, pero juega un rol fundamental en la vida de La Magda. ¿Qué simboliza este personaje para ti?
- Yaco: Ricardo Jesús fue un personaje que apareció en ensayos y después lo instalamos en el guión. Él es el tipo que “la ve”; juego con esto de los rumores entre Jesús y María Magdalena, entonces es la clásica de la puta que encuentra un amor que no la juzga moralmente. La quiso como venía, sin mucha vuelta. De este pudo enamorarse. Jajaja.
Él tranquilamente puede ser el relato de amor de cualquier ser humano que encontró en otro ser humano un lugar cálido, donde ser respetado por quien se es y no por la hipocresía.
Creo que es bonito pensar en que existen esos amores: amores amigos, amores amantes, personas que nos transforman y por quienes nos dejamos transformar.
- ¿Cómo creen que la obra se conecta con la audiencia en un nivel emocional y qué esperan que se lleven consigo al final de la función?
- Yaco: Conecta por la familiaridad de su historia, por el estado en que llega y va mostrándose. Los estados de ánimo por los cuales atraviesa están relacionados con temáticas que actualmente están muy presentes, como la importancia de poner en palabras, de buscar ayuda, de sostenernos entre todos y a través de las redes que nos ayudan a salir.
Deseamos que las personas puedan llevarse la versión en primera persona de un personaje que no escatima en detalles ni emociones.
Deseamos que quienes van, se vayan con ganas de hacer teatro, donde pueda, con quienes pueda, porque así como nos ha salvado a nosotres, puede rescatar el corazón de alguien más y de algún modo contagiarles a seguir en este caminito, que tanto bien hace.
- Hernaldo: La gente se ríe y llora al mismo tiempo. La obra es potente. Es un pequeño grillo susurrando en el ojo del huracán. Con cada espiral del viento, el mensaje sube hasta agrandarse por completo y arrasar con la ciudad.
- "On My Knees" es un relato que explora la justicia y el perdón. ¿Creen que María Magdalena logra encontrar la redención al final de su viaje?
-Yaco: La verdad es que está convencida de que lleva toda una vida condenada por su oficio, su aspecto, su ser emprendedora. El acto criminal, en algún punto, es la frutilla de la torta de su propia historia, entonces creo que sí, se redime. En el apalabrar, buscar con quién hablar y ver cómo decir “hice esto pero es por esto y esto”.
Se arrepiente de alguna que otra cosa, pero de esa justicia hecha a mano, con sus propias manos, la verdad que no.
- "On My Knees" es un relato que explora la justicia y el perdón. ¿Creen que María Magdalena logra encontrar la redención al final de su viaje?
-La redención de La Magda se la da el vulgo, él es su yugo.
- Finalmente, ¿qué planes tienen para la obra después de esta temporada? ¿Piensan llevarla a otros escenarios o adaptar la historia a otros formatos?
-¡Sí! La vamos a girar. Estamos buscando fechas en CABA, otras provincias y países.