El compositor, vocalista y guitarrista de Pelo Blues & Amigos dialogó con momarandu.com sobre su obra personal, anécdotas en sus más de 40 años en la escena musical con grandes figuras del blues en su extensa trayectoria, y reveló que ante cada presentación aún mantiene la misma emoción que en sus primeros días
El músico consideró que aún queda mucho por hacer para promover otros géneros musicales en su región, más allá del chamamé y el carnaval, y se siente agradecido por las oportunidades que ha tenido.
Destacó experiencias y numerosas anécdotas incluyendo presentaciones en países como España, Cuba, Brasil y Paraguay, y señaló que una de sus memorias más preciadas es haber compartido escenario en Tecnópolis con grandes músicos como Litto Nebbia
Indicó que la creación musical es un proceso de aprendizaje constante y colaboración, valoró el aporte de otros músicos en sus composiciones, y calificó a la poesía como un elemento esencial en su música.
- Javier Vallejos Amil, Pelo Blues. Desde el viernes estás celebrando tu cumpleaños, y este sábado con un recital junto a la Estación en la Casa de los Martínez, Fray Quintana 971. ¿Qué sentís, con un año más, y tantos con el género del blues sobre tus espaldas?
- Con un festejo especial preparándose para la Casa Martínez. No solamente es un recital de Pelo, Blues y Amigos, sino que también voy a darme el gusto de festejar mi cumpleaños en este evento, junto con amigos. Tengo amigos invitados para acompañarme y estoy tratando de hacer un recorrido por nuestros temas, presentando nuevos temas, que es algo que también los músicos queremos cada tanto: ir variando nuestro repertorio. O sea, hacer los viejos, pero también algunos temas nuevos que vamos a estar presentando y mezclándolos con algunos clásicos del blues argentino. Vamos a estar en Casa Martínez, y es una linda oportunidad. Creo que es la tercera vez ya que tocamos en Casa Martínez.
¿Con qué te quedás de todo lo que viviste con el blues hasta hoy?
- Tengo muchas anécdotas, son más de 40 años de estar haciendo este género en la región, de haberlo llevado, haber tocado en España, en Cuba, en Brasil, en Paraguay y tener esa posibilidad de tocar también con esos músicos que yo escuchaba cuando era chico y que yo los tenía allá lejos y para mí eran mis héroes. Y de repente, tener la posibilidad de tocar con ellos, de estar con ellos, de conversar con ellos. O sea, son muchas las anécdotas, no sé realmente en este momento con cuál quedarme. Sí me quiero quedar con una experiencia muy linda hace exactamente 10 años con el amigo Tony Salazar y el amigo Seba Ibarra cuando fuimos a actuar a Tecnópolis, invitados por la organización de ese año, y tocamos previo al espectáculo de Litto Nebbia en el escenario. Estábamos en el camarín y mi amigo Tony, en un momento, me llama y me dice: "¡Pelo, vení, vení!" y estaba desesperado. Y yo le digo: "No, pará, vení, quédate acá, que acá nos sirvieron para comer y vamos a aprovechar porque después no sé si nos van a sacar a las patadas o vamos a comer". Y él me dice: "No, no, vení, vení, Pelo". Al final salí, fui a ver el camarín de al lado, y estaba Litto Nebbia. Pasamos al camarín, estuvimos con él, nos sacamos fotos, comimos con él, mientras Seba se quedó solo en el camarín que nos correspondía. También, por ejemplo, haber llenado el Teatro O'Gara con Claudio Gabis, el guitarrista de Manal, y ser parte de la banda de él con la que recorrimos el Nordeste. Esas son anécdotas que te puedo contar ahora.
QUEDA MUCHO POR HACER...
- Si bien la humildad es algo que te caracteriza, todos los grandes tocaron con vos. ¿Cómo te sentís hoy con tantos años arriba del escenario?
- Me siento igual, pero con un poco más de experiencia. Igual en el sentido de que cada vez que uno se va a presentar está nervioso, no sabe si va a salir bien, no sabe cómo va a estar uno. Espera que todo esté bien, que los que lo acompañan también estén bien, que todos disfrutemos, que el público se vaya contento. Entonces, esa inseguridad ante lo que va a pasar es muy linda. La adrenalina que se secreta en ese momento previo a un espectáculo es la misma, por suerte. No es algo que uno ya tiene como mecanizado, sino que cada evento es uno nuevo. Yo agradezco si alguien en algún momento me invita. Puedo tener la oportunidad, por ejemplo, con el Festival Blues en el Río. Tuve muchas oportunidades con muchos músicos de blues de diferentes lugares, con muchos que, como decía, eran mis parámetros. Poder tocar, poder invitarlos, mostrar también lo mío, y que ellos lo valoren, eso es impagable. Pero falta mucho, creo, falta mucho por hacer, sobre todo acá, donde tenemos que mostrar que hay otros géneros, más allá del chamamé, más allá del carnaval. Se hacen otros géneros musicales y hay muy buenos músicos en la región. Yo no me considero uno de esos buenos músicos, yo me considero que hace tiempo que estoy y que tengo cierta experiencia en el medio. Pero falta mucho por hacer, por suerte.
"EL ARTE ES UN APRENDIZAJE CONSTANTE"
- Como músico, siempre se busca tu voz sobre el escenario, al igual que estar abierto a la obra de otros artistas, siempre tener un invitado. ¿Cómo creas música?
- El arte es abrirse, abrirse y poder sacar lo mejor de uno, pero también el hecho de aprender constantemente, y uno aprende de los demás. Los demás también quizás algo aprendan de uno, pero nutrirse de otras personas, de otros artistas, de artistas que hacen otras cosas diferentes a las de uno, son muy buenos. Por eso siempre trato de invitar a viejos compañeros de grupo, para ver también qué traen ellos. Aparte, porque sé que siempre trato de rodearme de buenos artistas, entonces quiero poder disfrutar de su arte y enriquecer el mío. O sea, lo que yo pueda dar siempre, por supuesto, por ejemplo, cuando uno hace un tema, el tema me pertenece, pero muchas veces nos olvidamos de decir que las riquezas por ahí en arreglos y todo le pertenecen quizás a un músico que se acercó y dijo: "¿Por qué no le hacemos esto ahí en tal parte?". Y eso queda bueno, eso enriquece, eso le da mayor valor a la obra. Y sí, la poesía, la poesía es importante siempre en mi vida. Por eso también en cierto momento, ahora estoy un poco dejado al respecto, pero siempre cubro momentos de mi vida importantes. Sigo leyendo, sigo escribiendo algo, no me estoy dedicando tanto, sobre todo posterior al deceso de mi amigo. No es que sentí muchas ganas de crear por ese lado, pero van saliendo cosas, por más que uno no quiera, salen, aparecen cosas. El asunto es que por ahí las musas están un poquitito más a las ganas que en otros momentos. Y me gustaría algún día continuar. Yo siempre explico que mis canciones son poesías musicalizadas, o trato por lo menos de que así sean, sobre todo cuando no puedo tener una poesía que por sí sola tenga su propia música.
"CANTO A LAS COSAS QUE ME PASAN"
- ¿A qué cantás? ¿A qué escribís?
- Le canto a las cosas que me pasan, a lo que siento, trato principalmente de expresar lo que pienso, no me sale muy bien el relatar lo que pasa a los demás. Puedo contar lo que le pasa a alguien, como ese amigo que se fue, pero yo trato de volcar más lo que me sucede, y por ahí es lo que uno tiene que volcar porque si no se envenena, no es muy bueno para la salud. Entonces, es una terapia eso, ¿no? Es más allá del hecho de tratar de expresarme y que los demás lo escuchen y lo disfruten, es algo de descarga, es como gritar o insultar, aunque suene mal la comparación, es algo que uno saca. Pero principalmente es lo que uno lleva dentro. Si bien la mayoría de las canciones se refieren a cuestiones sociales y amorosas, no me dedico tanto a la cuestión del amor. Son temas que más bien expresan mis situaciones personales, vivencias.
