ENTREVISTA A LA ACTRIZ Y BAILARINA INTÉRPRETE DE GALERIA DE NADA
La actriz y bailarina, Lorena Ludmila González Fiorini, dialogó con momarandu.com sobre el desafío de asumir la interpretación de "Galería de Nada", unipersonal de danza teatro performático, basado en la dramaturgia de Aníbal Friedrich, con más de veinte años de trayectoria en teatros y espacios no convencionales del norte argentino.
Describió a la interpretación de su personaje "Chichita Beltrán" como un sello único, bajo la dirección de Facundo Sagardoy, enfocado en técnicas teatrales de la obra Lecoq, Meyerhold, Pina Bausch y Peter Brook, combinando teatro físico y danza contemporánea.
Afirmó que el proceso de preparación incluyó un intenso desgaste físico, con una exploración profunda del personaje, influenciada por experiencias en danza clásica, urbana y contemporánea, que reflejó en su interpretación, para representar su evolución desde la rigidez heredada hacia una liberación artística.
La obra, con cuatro funciones cumplidas en Museo Arqueológico y Antropológico de Corrientes, como parte del laboratorio de artes Ñande Ñemity, que impulsa el Museo de Arte Contemporáneo Ñande MAC, y estreno con localidades agotadas, con el aporte de los artistas textiles Pedro Gaúna y Eduardo Lazos, el artista escénico y maquillador Ricardo Moriena, y la coffiur Yuli Benitez, volverá a presentarse los días 31 de agosto y 14 de septiembre en el Teatro de la Ciudad, ubicado en Pasaje Villanueva 1470, Corrientes, y en el mes de octubre en la Ciudad de Resistencia, seleccionada por el Breve Fest.
- Loly, sobre “Galería de Nada”. ¿Qué nos puedes decir sobre tu personaje y cómo te preparaste para este unipersonal? ¿Cómo ha sido trabajar bajo la dirección de Facundo Sagardoy en esta obra desde un punto de vista performático?
- El personaje de “Chichita Beltrán” me pareció muy interesante, nunca elaboré un personaje con esas características: dramático, con frustraciones heredadas de su madre, enamoradiza pero a su vez que no se juega, logrando así amores frustrados, que la obra presenta de una manera absurda, la búsqueda de esa fama o reconocimiento que no llega. ¿Pero qué hizo Chichita al respecto? La propuesta de Facundo Sagardoy fue muy interesante, fue lo que me llevó a decir “sí, quiero hacer esta obra”, buscando la máxima expresión a través del movimiento, más por el lado del teatro físico, contemporáneo, y la danza-teatro. Me inspiré en diferentes técnicas teatrales de la obra de Lecoq, Meyerhold, Pina Bausch, el espacio vacío de Peter Brook, en la respiración y trabajar con el público. Fue un desafío, pero el texto y el personaje lo permiten, el poder jugar al máximo con lo que propone o trae el actor y las pautas del director. Los ensayos fueron varios y con mucho desgaste físico, pero siempre fue una búsqueda constante a través de la danza, el espacio y la expresión. Creo que esa búsqueda aún sigue y cada vez me sorprendo más de lo que sale de este personaje, ya sea en los ensayos o de función en función.
CREAR, ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN
- “Galería de Nada” narra la historia de la hija de una célebre bailarina clásica. ¿Hay aspectos de tu propia vida que influyeron en tu interpretación?
- Sí, yo soy bailarina y puse mucho de mi propia experiencia con la danza. Atravesé un proceso por diferentes técnicas, siendo la clásica una de las primeras en mi formación, una de las que más me marcó, ya que al no tener el cuerpo “ideal” para ser intérprete en esta disciplina, me llevó a la búsqueda de mi propio estilo y expresión, encontrándome más en la danza contemporánea y las danzas urbanas. Cuando empecé a investigar el movimiento de este personaje, dije “tengo que usar mis puntas de clásico” (zapatillas de ballet) y allí logré la transición de un personaje contenido y estructurado por seguir la herencia de su madre y la liberación con la danza contemporánea. En mi vida personal fue un poco así. Y eso ayudó un montón en crear a Chichita bailarina.
LA INFLUENCIA DE LA IDENTIDAD EN EL ARTE
- Eres oriunda de Corrientes Capital y te has formado en diversas instituciones. ¿Cómo influye tu origen en tu arte y cómo te ha enriquecido tu formación en diferentes lugares?
- Yo creo que el ser correntina y estar nutrida desde muy niña por la cultura del carnaval y el chamamé despertó en mí el querer ser bailarina. Eso me llevó a la curiosidad de tomar todas las clases de baile que existían en Corrientes. Siempre estuve rodeada de gente de ambientes artísticos, eso me permitió ser desenvuelta y sociable. Creo que el correntino es muy así, amiguero y cálido, eso me facilitó poder irme y hacer amigos, meterme en varios ambientes y rodearme de artistas. También creo que la falta de información o de técnicas que en ese momento, al inicio de mi adultez, me llevó a querer seguir descubriéndome y formarme en diferentes lugares e instituciones, para luego poder traer el conocimiento y compartirlo con mi gente.
- ¿Podrías comentar como fue tu experiencia en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y cómo esta formación ha impactado en tu carrera?
- Arranqué cuando la hoy conocida UNA era conocida como IUNA, un instituto universitario, y viví su proceso de transformarse en universidad nacional; fue muy lindo. Creo que eso fue un paso más para la validación de sus carreras ante la sociedad. El “IUNA”, porque ya me quedó así, fue una hermosa experiencia como artista en formación, ya que no solo te forma técnicamente en danza, sino que también te da un marco teórico que te planta como artista, ya sea a la hora de interpretar, crear y enseñar. Amplía tu conocimiento para poder desenvolverte en diferentes áreas del arte y lo laboral, además de una conciencia del cuidado del cuerpo para el movimiento que en otros lugares no encuentras. Te abre la cabeza para no solo quedarte con ser un intérprete, sino que puedes ser investigador, teórico, coreógrafo, director, jurado o docente. Me dio muchas herramientas.
HERRAMIENTAS PARA SUMERGIRSE EN EL MUNDO DEL ARTE
- En numerosas entrevistas, has mencionado tu versatilidad como bailarina urbana, contemporánea, latina y de theater jazz. ¿Cuál de estos estilos disfrutas más y por qué?
- A mí lo que más me divierte son los ritmos latinos y afrodescendientes. Me pones una salsa y mi cuerpo baila solo. Pero a la hora de improvisar, donde soy y expreso al máximo es en el contemporáneo. En el theatre jazz soy más actriz de teatro musical; me siento Liza Minnelli. Y el urbano se puede decir que es lo que más bailé, ya está en mi cuerpo.
- Como coreógrafa, ¿qué te inspira a crear y cómo abordas el proceso creativo en tus coreografías?
- Las imágenes me inspiran mucho en las artes visuales. Cuando no me siento tan inspirada voy a museos, veo obras de arte, cuadros, visuales, o busco objetos. Pienso en calidades del movimiento y creo imágenes en mi mente. Después viene la música. Improviso y la paso por mi cuerpo o llevo la pauta de investigación y lo pruebo con mis bailarines o alumnos. Creo en el ida y vuelta entre un intérprete y el coreógrafo; la búsqueda es mutua. Luego voy fijando o lo dejo abierto. Me gusta crear e investigar el espacio, rompiendo un poco las estructuras del espacio escénico.
FORMACIÓN Y PERSPECTIVA, UN PASAJE OBLIGATORIO
- ¿Cómo influyó tu formación en la Fundación Julio Bocca en tu desarrollo como artista?
- La Fundación fue mi filtro como artista, el poder bancarme lo estricto, la disciplina que cada artista tiene que tener para lograr sus objetivos y poder sobrevivir en un ambiente que es muy competitivo y hostil. Creo que fue un pasaje obligatorio. Soportar la presión, el poder de resolución y la autogestión, moverte y buscar lo que quieres y, si no hay o existe, crearlo. Además de una gran formación en el teatro musical. También me permitió romper miedos con el canto, padecerlo y superarlo. Me llevé muchas herramientas, conocí colegas del medio, tomé clases con altos maestros como Ricky Pashkus, entre otros, y hice amigos que tengo en mi vida hasta hoy en día.
- Participaste en el Summer Dance Camp en Brasil en 2017. ¿Qué aprendiste de esta experiencia y cómo ha influido en tu trabajo posterior?
- A ese viaje me mandé sola, sin conocer a nadie. Fue la primera vez que salí sola del país. Allí aprendí un montón de danza urbana y jazz contemporáneo, apareció la curiosidad en la improvisación y despertó en mí las ganas de seguir viajando con el baile. Aprendí sobre diferentes culturas, métodos a la hora de componer e interpretar. Me adapté al idioma y conocí gente de otros lugares.
- ¿Qué significó para vos estudiar en la Escuela de Danzas La Plata y en programas especializados en Broadway?
- Empecé en plena pandemia la Escuela de Danzas; necesitaba conectar con mi bailarina y formarme como docente. Di clases desde muy chica, pero sentía que me faltaban herramientas didácticas. Averiguando, me dijeron que me tomaban equivalencias de la UNA y que podía arrancar más avanzada y era todo online. Me sirvió un montón física y mentalmente para el contexto de encierro y pandemia. Al volver al aula me gustó ser alumna y seguir investigando sobre mi danza; fue allí que me metí de lleno en la danza contemporánea y terminé mi tecnicatura. Estudiar y viajar a Broadway con TEB me cambió la vida. Primero, porque al estudiar teatro musical, mi sueño siempre fue viajar, estudiar y poder trabajar allá. Con TEB viajé, tomé clases y pude bailar en un escenario de Broadway. Me falta trabajar nomás. El programa es súper completo, y poder hacerlo gracias a una parte de beca y la ayuda de mis seres queridos hizo de ese viaje aún más valioso.
- Para cerrar, sobre tu experiencia en el TEB (Tu Experiencia en Broadway) y en el PMT House of Dance en Nueva York. ¿Cómo fue vivir y aprender en el corazón del teatro musical?
- Fue un sueño, sentía que no caía que estaba allí; era una película constante. Pude formarme con profesores que están trabajando en los grandes musicales, formadores de formadores, aprender técnicas nuevas en grandes escuelas como Broadway Dance Center y Peridance. Bailaba desde que me despertaba hasta que dormía nuevamente. Se respiraba arte por todos lados. Ese viaje también lo hice sola, pero la contención y la comunidad que crea TEB hizo que me llevase varios amigos con los que vibramos en la misma sintonía. Hoy seguimos en contacto. El programa fue muy completo, con clases de diferentes estilos, música, ver musicales, filmar un video reel de danza en conjunto por Brooklyn y mi reel personal, ir a recitales de jazz, bailar en la calle y conocer gente de varias partes del mundo. También viajar a NYC fue muy importante porque me reencontré con una amiga de Julio Bocca, Micaela Butnar, quien hace un tiempo se mudó a la gran ciudad a cumplir su sueño. Hoy es dueña de un estudio junto con su marido. Así fue como llegué a tomar clase de jazz y contemporáneo en PMT House of Dance.
LLEVAR LA CREACIÓN A LA ESCENA
- Has trabajado en producciones teatrales y musicales. ¿Cuál ha sido tu experiencia más memorable y por qué?
- Sí, trabajé varios años en la compañía de teatro musical infantil “La Galera Encantada”, fue donde más aprendí como actriz de teatro musical, primero por tener como director a Héctor Presa y segundo por estar en una compañía que lleva más de 40 años en el rubro. El poder trabajar casi todo el año, ya que su temporada arranca en marzo y termina en noviembre, es muy grato para un actor. No solo por el hecho de estar arriba del escenario, sino también porque es un buen ingreso económico. Además de conectar con el público infantil, es hermoso. Se trabaja en equipo desde el día uno. Es una gran familia que te une a su clan de una manera hermosa. También tuve la experiencia de crear mi propio musical “Arte, Arte, Arte”, inspirado en la vida y obra de la artista Marta Minujín. Fue presentada en sus diferentes instancias de proceso y formato, como obra musical corta para varietés, instalación en espacios no convencionales y el musical completo como temporada en el teatro “Gargatúa”. Allí fui creadora, directora y pasé como intérprete en sus primeras instancias. Y fue muy importante poder llevar mi creación a escena y generar trabajo para los intérpretes y para mí.
- ¿Cómo comparas la escena teatral y de danza en Argentina con la de otros países en los que has trabajado?
- Existen muy buenos artistas y bien formados, aunque no bien utilizados. Creo que se lograría formando más al público y a la sociedad, los productores apostando más a nuevos artistas y los mismos artistas creando espacios propios. Si tengo que comparar con Estados Unidos, que fue lo que vi, creo que ellos cuentan con el capital para crear esas grandes producciones, y además forman a sus ciudadanos en arte y musicales desde la escuela, logrando así un gran mercado y circuito teatral. Destaco que en sus producciones, en las audiciones no buscan caras famosas como en Argentina, sino que quien obtiene el papel es quien realmente está preparado para cumplir ese rol, sea famoso o no.
- Finalmente, ¿qué esperas que el público se lleve después de ver “Galería de Nada” y cuál es tu mayor satisfacción al presentarla?
- Quiero que el público se deconstruya, sienta incomodidad; ya desde el inicio la disposición del espacio en la obra es diferente, cambian los frentes, el público tiene que moverse, dejarse pensar, que cada uno encuentre su significado, pero principalmente que la expresión y lo performático le llegue. Que vean otras expresiones poco frecuentes en la región y que apuesten a lo diferente. Lo más satisfactorio es ver sus caras al terminar; se quedan movilizados. Y en mi cuerpo, al terminar la función, es ese agotamiento y cansancio físico por darlo todo. El dolor lindo, el dolor del trabajo.