El Presidente de la Federación de almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA) y vice presidente de Confederación General Almacenera nacional, advirtió, entrevistado por momarandu.com una grave agudización de la venta en minorista Remarcó que tanto consumidores como comerciantes ven limitada su capacidad y enfrentan difíciles dificultades financieras.
El referente explicó que esto ocurre aunque los precios de los alimentos se han mantenido relativamente estables. Remarcó que las ventas han disminuido significativamente en parte a la reducción del poder adquisitivo de los consumidores, quienes ya no tienen suficiente dinero para cubrir todas sus necesidades básicas, y al aumento de los costos de servicios e impuestos.
Savore comentó que muchos consumidores están utilizando tarjetas de crédito para compras pequeñas, lo que indica que se han quedado sin efectivo y no tienen fondos suficientes en sus cuentas bancarias. Además, indicó que los clientes están priorizando el pago de servicios e impuestos antes que la compra de alimentos, lo que agrava aún más la situación económica de los almaceneros.
- Preocupa caída del consumo, sobre todo el consumo minorista.
- Digamos que en cuanto al tema de suba de alimentos, Raúl, este mes que ya terminó no tuvimos prácticamente subas de alimentos. Es decir, los alimentos mantienen el precio, más allá de que ya sabemos que se encargó el 9 de diciembre de ponerlos bien caritos. Inclusive, hubo mucha mercadería que cayó en precio porque no se vendía, porque la gente no la compraba; algunos porque no tenían plata y otros porque decían que no la compraban porque lo veían como un gasto innecesario. Entonces, uno se pregunta, si la mercadería no está subiendo, ¿por qué las ventas empiezan a caer? Lo que vimos es que el mes pasado, el 15, Raúl, ya sentimos el fin de mes en función de la conducta de compra y de pago de los clientes. Uno se da cuenta de que la plata del trabajador se terminó en el bolsillo y en el banco, ¿cierto? Entonces, evidentemente, creo que mucho tiene que ver con el impacto de los impuestos municipales, provinciales y nacionales, y por otro lado, los insumos: la luz, el gas, el agua, todo ha triplicado y en algunos casos ha cuadruplicado su valor.
- ¿Es exclusivamente a efectivo o también a tarjeta de crédito, Mercado Pago, lo que sea?
- La gente está permanentemente, como quien dice, financiando lo más que puede o tratando de hacer rendir el dinero lo más posible. Entonces, uno empieza a ver conductas que tal vez no eran muy frecuentes en nuestro negocio. Por ejemplo, el tema de la tarjeta de crédito: creo que la gente la destina más para la compra de un calzado, una vestimenta, ¿cierto?, o para hacer una compra grande en el hipermercado, pero en nuestro negocio la compra es siempre un poco más pequeña. Tal vez viene un cliente, obviamente con respeto, y pregunta: "Perdón, ¿te puedo pagar con una tarjeta de crédito?" Sí, señor, ningún problema. Compró 7.000 pesos, Raúl, es decir, compró puré de tomate, un paquete de fideos, azúcar y alguna otra cosa más, y esos 7.000 pesos los pagó con una tarjeta de crédito. Entonces, uno deduce que sí, hizo esa pequeña compra y la pagó con una tarjeta de crédito porque literalmente ya no le quedó más plata ni en el banco ni en el bolsillo.
- Después de pagar las cuentas, ¿a la gente le queda muy poco para la compra en los comercios de cercanía?
- El otro día estaba hablando con una señorita cajera de un mayorista y le hice esa pregunta, ¿no? Le dije: "Mirá, vos cobrás tu sueldo, no importa cuánto sea porque es algo privado. Vos empezás, pagás la luz, la tarjeta, los impuestos, el gas e internet, y pagás todo lo que tenés que pagar. ¿Qué porcentaje de ese sueldo te queda para vivir?" Y me dice, "Me queda un 40%". O sea, toda la otra parte del sueldo se fue en todo, desde el alquiler hasta pagar la luz. Entonces, cada vez los impuestos o las obligaciones o los saltos que han dado, desde un pasaje en colectivo —que sé que en Buenos Aires teníamos privilegios sobre ustedes, es cierto—, y hoy, digamos, estamos un poco más parejos, todo es dinero que sale del mismo bolsillo, del mismo sueldo. Claro que se hace más complicado para el trabajador. Y a eso, Raúl, entendé que nosotros somos un espejo de nuestro cliente. O sea, si a mi cliente le va bien, yo le voy a vender una picada o un rico vino para el domingo, pero si a la gente no le va bien, evidentemente, mis ventas caen. O sea, buscan cómo arreglarse: "¿Qué podemos hacer esta noche?", y tal vez con un paquete de fideos y un puré de tomate hacen una comida. Ahora, si yo no genero la venta durante la frecuencia del mes, y sé que mi trabajo fuerte comienza a partir del 5 hasta el 15, después trato de zafar como puedo, pero hoy no me da el tiempo tampoco para juntar el dinero para cumplir con mis obligaciones, porque las tengo igual que el cliente. Tengo que pagar valor, tengo que pagar el gas, tengo que pagar todo. Ahora, si yo no llego, evidentemente me empiezo a endeudar. Entonces, me pasa que las facturas que me llegan, trato siempre de llegar al segundo vencimiento, cosa que antes no hacía. Es como que todos vamos para atrás.
- En 2023 había un cambio de metodología en el consumidor: Abandonó las primeras marcas, fue a las segundas, a las terceras, a las cuartas y ¿ahora compra lo estrictamente necesario para alimentarse?
- El tema de lo que era la marca prime versus la primera marca, bueno, eso sigue estando, ¿no es cierto? O sea, cada vez se agudiza más. Y digamos que a mí no me molesta, ¿no es cierto?, porque en definitiva, si una prime, la gente tiene la oportunidad de llevarla a su casa y probarla, hay un montón de empresas pyme que han logrado calidad en sus productos, ¿cierto? Eso es una realidad y la estamos viviendo. Pero bueno, es esto lo que decís,la gente busca cómo acortar el gasto del día, y bueno, creo que mucha gente ha dejado de ir al hipermercado, por eso es que también veo las caídas de ventas que están teniendo los colegas más grandes, porque usted sabe que una compra semanal, quincenal, mensual, en función de la cantidad de integrantes de la familia, llenar un changuito cuesta más de 200 mil pesos, no es para cualquiera.
- ¿Hay cierres, hay despidos, hay suspensiones, Fernando?
- El tema es que cuando fue hace tres meses atrás, con el tema de la suba de la energía eléctrica, nos dejó una preocupación grande. Inclusive, pensaba yo al principio que esta suba, que a mí, por ejemplo, me pasó de pagar 97 mil pesos con 92 metros cuadrados a pagar 239 mil, me triplicó. Hay colegas de 120 que pasaron a 400, sabiendo nosotros, Raúl, que el interior de la provincia de Buenos Aires y las otras provincias ya estaban pagando mucho más que nosotros. Yo pensé que este golpe era un poco para nivelar, ¿no es cierto?, que no tuvieran esa ventaja los que vivimos en el AMBA o los que viven en Capital, pero resulta que también se lo aumentaron a ustedes.