Corrientes, miercoles 03 de diciembre de 2025

Cultura Corrientes
ARTE CONTEMPORÁNEO

Karina El Azem: "En mi obra confluyen una tradición artesanal muy marcada, junto a la tensión del mundo digital"

22-07-2024
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(Por Facundo Sagardoy)  Karina El Azem eligió Corrientes para celebrar sus tres décadas de trayectoria en el arte contemporáneo, con la exposición de su autorretrato del gauchito Antonio Gil, una obra significativa creada en 1997, junto a la cual presentó un libro conmemorativo que ilumina sobre los pasos que ha dado por algunos de los más importantes museos argentinos.

Emocionada por la evolución y reconocimiento que, desde entonces, la imagen del gaucho cimarrón cosechó en todo el mundo, la artista reflexionó sobre los días en los que su obra "Ceremoniales Iconográficos", desarrollada junto a Patricia Rizzo, vistió de gala a la sala principal del Museo de Bellas Artes Dr. Juan Ramón Vidal.

El Azem, además, expresó su fascinación por la tradición museística de Corrientes, especialmente reflejada en la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Corrientes, Ñande Mac, por Luis Niveiro, y valoró el esfuerzo y dedicación del artista visual y coleccionista y la importancia de contar con un espacio que legitime y perpetúe la obra de los artistas.

Karina El Azem, celebraste tres décadas de trayectoria en el mundo del arte visual, el arte contemporáneo, en el norte argentino, precisamente en Corrientes. ¿Por qué?
- Sí, y me siento muy feliz, porque saqué el libro sobre los 30 años de mi trayectoria, y lo presenté en el Museo Nacional de Bellas Artes y luego en Corrientes. Me parece que tiene mucho sentido, porque una de mis obras fundamentales ha sido el autorretrato del gauchito Antonio Gil en el año 97. La posibilidad de traerlo a Corrientes me emocionó muchísimo, porque cuando hice esa obra en Buenos Aires, la imagen del gauchito Gil no era conocida para nada. La hice para un premio que tenía la Embajada de Francia. Yo estaba en Italia recorriendo por primera vez Europa, fascinada con los murales bizantinos, y tenía la estampita del gauchito Antonio Gil que me habían dado en un tren. La tenía guardada pensando que algo haría con esa imagen en algún momento, porque me fascinaba ese dios argentino, gaucho, toda esa iconografía. Pensé que era el momento ideal para hacerle un homenaje de mural bizantino a nuestro dios argentino. Y ahí estuve tres meses trabajando en este gauchito de mostacillas. Con el correr de los años, en ese momento fue muy sorprendente, porque todo el mundo decía: ¿qué es esa imagen? Todavía casi no había internet, era muy incipiente. Y hoy, se hacen muestras enteras del gauchito Gil. Muchos artistas empezaron a trabajar con su imagen y a manifestar incluso devociones al gauchito. El gauchito creció exponencialmente, como todos sabemos, y hoy todos sabemos quién es. Ha sido un quiebre inmenso en estos más de 20 años. Así que eso, de por sí, es muy emocionante, y esta muestra, que abrí en Corrientes, "Ceremoniales Iconográficos", fue una propuesta de muestra antológica que desarrollamos junto a Patricia Rizzo. Empezó en 2023 en el Museo Caraffa, en Córdoba, y va a seguir presentándose en distintos museos de todo el país, adaptándose a cada sala. Muchas de mis obras nacen pensando en un espacio arquitectónico donde serán montadas. Como una de ellas, que es un ángulo que se adapta a un accidente arquitectónico, y es una pieza de mostacillas, y también tiene una impresión digital. Hay muchas obras que tienen mucho que ver con la arquitectura. Patricia conoce mucho de mi trabajo, y juntas tenemos una dinámica fabulosa que nos permite ver un espacio y saber cómo pensar una exposición.

LA OBRA, ORNAMENTAL Y ARTESANAL

- En "Ceremoniales Iconográficos" es posible también ver hechos que marcan la esencia y la identidad nacional de Argentina, Malvinas, las armas resignificadas en la fuerza creativa, en obras que también tienen que ver con tu ascendencia en tapices de látex, o bidimensionales, en composiciones que remiten al bit. Todo confluye en tu obra.
- Sí, es verdad, y se debe a que hay una tradición artesanal muy marcada, y a la vez esa tensión de ponerlo junto a lo digital. Lo digital fue una solución para completar y darle más capas a mi trabajo desde que supe de la existencia de esta herramienta en los 90. La empecé a usar porque, si bien construyo desde esta situación, incluso semejante al bordado, una labor tradicionalmente adjudicada a las mujeres, de unir una mostacilla con la otra, como lo hago con las balas, también al digitalizarlo se multiplican los sentidos. Una de las series que empecé con las balas fue la serie justamente de Malvinas, que son fotografías que se superponen con una grilla escaneada de cápsulas FAL, y de acuerdo a la distancia que tomes de la obra, se tienen distintos momentos de percepción de esa imagen de fondo, de figura entre figura y fondo, de esa balacera o de esa sumatoria de bits a una imagen que se arma cuando se toma distancia. Sí, hay un recorrido de usar las balas como elemento de bordado y la ornamentación como lenguaje, porque la ornamentación para mí fue siempre una manera de hablar. Después descubrí que muchos autores de psicología de la imagen y de historiadores del arte hablan de esto también. Gombrich, por ejemplo, este gran historiador austríaco, cuando en el año 2000 publica "El sentido del orden", está hablando de cómo opera en la psicología de la percepción el descubrimiento de determinados motivos ornamentales que son usados por todas las culturas. En todas las culturas, por ejemplo, se usa la aldaba con cabeza de león o se usan las columnas con hojas de acanto. Hay motivos recurrentes que Gombrich considera necesarios en la psicología humana y que transmiten una serie de ideas, conceptos y significados místicos y simbólicos. Eso, de alguna manera, siempre estuvo intuitivamente en mi aproximación a lo que después fui descubriendo en historiadores. Mis orígenes están en mi ADN, y cuando veo mi obra me doy cuenta que ese lenguaje de la ornamentación está presente a lo largo de estos 30 años.

EL ARTISTA ES UN VIGÍA

- Además del goce estético, tu obra remite a procesos globales, como la migración, los estereotipos, las guerras, la violencia, en la vorágine de una pulsión creativa, una celebración de 30 años.
- Son todas cuestiones que yo comunico desde mi trabajo, buscando siempre que el resultado sea estético, que la belleza sea una puerta de entrada para hablar de temas difíciles, fuertes e importantes, que para mí hay que tener en cuenta. Desde temas tradicionales y devociones hasta temas como la guerra de Malvinas y la violencia urbana y doméstica en las grandes ciudades, que por ejemplo Buenos Aires en eso lamentablemente tiene un destaque que a veces no miramos porque, de estar tan repetido y tan asumido con esa frecuencia, no nos detenemos a mirar que es altísimo e importante observarlo. Esto que empecé a trabajar hace más de 20 años, lamentablemente, es un fenómeno en crecimiento, no en decrecimiento. Me gusta la idea de Griselda Gambaro que dice que el artista es un vigía, no puede cambiar, pero puede pararse, ver con un poco de antelación ciertas cosas que están pasando, mirarlas con un poco de distancia y, si bien no puede hacer mucho más que señalar, es mi vocación y me alegra mucho esto que decís y estos encuentros.

"La colección que ha logrado Niveiro es realmente impresionante"

- El norte argentino te recibió con los brazos abiertos. En 2021 tu obra fue incorporada al Museo de Arte Contemporáneo de Corrientes Ñande MAC. ¿Qué opinas de este proceso en materia de política cultural, museística?
- Estoy fascinada, maravillada. Hoy justamente me acerqué a ver el edificio en el que se va a emplazar el Museo de Arte Contemporáneo que fundó Luis Niveiro. Es extraordinario porque hacer el primer Museo de Arte Contemporáneo de la región es inmenso, es maravilloso. La colección que ha logrado construir Luis Niveiro es realmente de una calidad impresionante. Me siento muy honrada, muy contenta y agradecida de formar parte de esa colección que es un lujo. Realmente todo está buenísimo en Corrientes. Es algo inmenso, de una jerarquía muy profesional, y Luis, junto a la asociación que lo respalda, ha tenido un esfuerzo tan sostenido y un deseo tan ferviente de generarlo, de producirlo, que hoy es muy emocionante ver que se está concretando y que va a ser una realidad en un edificio extraordinario.

- Junto a vos, otros 265 maestros en artes visuales que están radicados en distintas partes del país y del mundo, entre ellos Luis Felipe Noé, León Ferrari, que ya no está pero también dejó una obra, Seguí, van a estar exponiendo en Ñande MAC. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
- De lo que se habla muchísimo entre nuestros colegas, artistas visuales y de numerosas áreas y disciplinas del arte, es de esta obra maravillosa de Luis porque realmente es un ejemplo de cómo focalizar en una idea y poner amorosidad, trabajo, dedicación y el compromiso de ser amigos de todos nosotros y colaborar en esto que nos beneficia a todos. Para un artista, un museo de arte contemporáneo siempre jerarquiza el trabajo y lo perpetúa. Estar junto con León Ferrari y tantos artistas tan importantes, montones, porque estamos hablando de más de 200, que es un número en espiral ascendente. Es un beneficio inmenso para todos, pero es un esfuerzo enorme el de Luis. Es un ejemplo, es una maravilla. Realmente merece que pase esto tan lindo que está pasando con su colección.

"LOS MUSEOS JERARQUIZAN LA OBRA DE LOS ARTISTAS"

- ¿Qué tiene distinto el museo para vos, como punto de encuentro al desplegar tu obra?
- Los museos tienen una jerarquía diferente de otros espacios por muchas razones, porque legitiman la obra, porque albergan todo el legado. Siempre es una emoción muy grande. Un museo de bellas artes es un lugar muy particular. No es lo mismo una galería privada con fines comerciales a lo que significa en la construcción de una carrera de artista un museo de bellas artes. Así que es una alegría inmensa y también un esfuerzo grande porque para todos los que trabajamos en cultura ponemos mucho más que nuestro trabajo, desde embalar y acarrear las obras, contribuir y acompañarlas. Todos desde nuestro lugar estamos derribando barreras a veces económicas y financieras que por ahí decís, no, bueno, no se puede hacer. Lo hacemos igual y con alegría, con pasión y con este llamado de la vocación. Me siento súper honrada y agradecida al Museo de Bellas Artes que me está recibiendo.

Karina El Azem es egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” (actual UNA), 1992. Recibió la Beca Fundación Pollock-Krasner y el Subsidio a la Creación de la Fundación Antorchas. Fue Artista en Residencia en los programas Art/Omi en Nueva York, Braziers en Oxford y Wasla en Sinaí, Egipto. Sus obras forman parte de numerosas colecciones públicas, como el MOLAA (Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles, California), MNBA (Museo Nacional de Bellas Artes), MAMBA (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires), Colección Amalia Lacroze de Fortabat, MUNTREF (Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero), MACRO (Museo de Arte Contemporáneo de Rosario), Museo de Arte Contemporáneo de Salta y de Bahía Blanca, Colección Fundación Alon para las Artes, Balanz Contemporánea, Fundación Konex, Imago Mundi-Fondazione Luciano Benetton Studi Ricerche (Véneto, Italia), Francis J. Greenburger Collection New York (Estados Unidos), Centro Cultural São Paulo, Fundación Migliorisi (Asunción del Paraguay). Entre sus recientes exposiciones colectivas podemos destacar: BIENALSUR 2021 (Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur, Museo Palacio Ferreyra Córdoba y Centro Cultural Paco Urondo, curado por Diana Wechsler, Florencia Qualina y Leandro Martinez Deprieti; Los Hilos del Ritual, envío argentino a la 14º Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Curitiba (Museo Oscar Niemeyer), curado por Gabriela Urtiaga y Massimo Scaringella.