El analista político, Carlos Lazzarini, reflexionó sobre el impacto del Pacto de Mayo en Tucumán y su impacto en la retórica del presidente, que adoptó un tono más conciliador. Consideró que el evento fue políticamente útil para el gobierno, y subrayó que, aunque la aprobación del paquete de leyes fue acotado, también fue crucial para demostrar gobernabilidad ante los mercados y organismos internacionales.
Por otra parte, se refirió a la Iglesia, que ha asumido un rol crítico hacia el gobierno. Remarcó que su voz ha ganado legitimidad y protagonismo, contrastando con la oposición política fragmentada y desorganizada.
- Se está hablando de la comisión de mayo, ¿sirve políticamente al gobierno lo que pasó en Tucumán entre el 8 y el 9 de julio?
- Sí, yo creo que por ahí no es el ideal que se habían planteado cuando el presidente propuso en el Congreso este pacto, llamado pacto de mayo, ¿no? Tuvo que ir bajando un poco las expectativas; de hecho, no fue en mayo, fue en julio. No fue la totalidad de los gobernadores, no fue la Corte Suprema, bueno, no estuvieron todos los representantes que hubiera querido. Y se produce después del primer semestre de gobierno y la ley base es mucho más acotada de lo que el gobierno hubiera deseado, pero entiendo que le sirve. Tampoco, bueno, estuvieron todos los expresidentes, ¿no? Hubo solamente dos, pero creo que lo que se resalta de ese discurso, de ese acto en Tucumán, fue más que nada un cierto cambio, ¿no? Después de esta primera etapa del gobierno, hay que ver si después eso se traduce en la práctica, pero en el discurso fue bastante más conciliador de lo que nos tiene acostumbrados el presidente, ¿no? De ser tan beligerante, tan por momentos agresivo y confrontativo, de tener un estilo de comunicación política muy de confrontación, de polarización, se dio otro tipo de discurso. Pero bueno, se sabe que muchos de los gobernadores que asistieron lo hicieron un poco, algunos a regañadientes, ¿no? Diciendo, bueno, por la imagen que puede tener el presidente en sus provincias, porque la mayoría de las encuestas muestra que uno se ve con buenos ojos oponerse a todo lo que gusta publicar, a todo lo que propone el presidente, pero eso no quiere decir tampoco, creo yo, un cheque en blanco, ni que la relación del presidente con las provincias marche por buenos andariveles. Eso se va viendo en el camino, y cómo se vayan produciendo algunas cuestiones que tienen que ver con los recursos, con la coparticipación, con las obras y demás.
- ¿El gobierno necesitaba aprobar algo?
- Es lo primero que aprueba desde que es gobierno, ¿no? O sea, desde que Milei es presidente. Es lo primero que el Congreso le sanciona. Está bien, podemos decir que no es algo menor, que es un paquete de leyes, no es una ley. Pero evidentemente hay muchas cuestiones, y lo ligo, digamos, lo que pasó en el Congreso con esta necesidad del Pacto de Mayo, firmado ahora en julio, que tiene que ver con la necesidad del presidente de mostrar tanto a los mercados como a organismos como el Fondo Monetario y a otras instituciones que tiene cierta gobernabilidad, que puede conseguir cosas del Congreso y que consigue cierto respaldo, que no se enfrenta con todo el mundo. Y en ese sentido le sirve, y le sirve más que nada porque ellos lo que querían últimamente a fin de término era el RIS y no era tratar de conseguir algún tipo de inversiones. En ese sentido, bueno, lo lograron, lograron lo de ganancias, el Senado lo había rechazado, hay discusiones constitucionales y demás, pero bueno, ya la Cámara de Diputados lo sancionó.
- ¿Cómo toma eso ante la luz de lo que plantea la Iglesia con mucha seriedad, con mucha tristeza, que muchos argentinos en esta época de ola polar la están pasando muy mal en situación de calle?
- Bueno, evidentemente la Iglesia desde hace un tiempo ha tomado el rol que por ahí no logran encarnar los espacios políticos de oposición, ¿no? Esa preocupación, como vos bien señalás, por los que van quedando al costado del camino en esta política que lleva adelante el Gobierno, en reiteradas ocasiones, o por lo menos cuando tiene la posibilidad, la Iglesia marca ese tipo de diferencias con fuertes críticas hacia la política en general, pero sobre todo hacia este Gobierno y a la política liberal que intenta llevar adelante, se los recuerda cuando tiene oportunidad. Me parece que ahí la voz de la Iglesia es importante, tiene un protagonismo importante, porque por ahí hay espacios de la oposición que por haber gobernado hasta hace días, hasta hace pocos meses, no tienen la legitimidad frente a la opinión pública que sí puede tener la Iglesia para poder levantar la voz en estas instancias, ¿no? Y otra cuestión es porque hasta acá hablamos de oficialismo, que puede cometer errores, pero tiene una agenda y la marca. Vamos a la verdad enfrente, ¿Milei puede hacer lo que hace? ¿Porque no hay liderazgo enfrente? O sea, el radicalismo está en una suerte de confrontación interna que no se sabe qué pasa. Por un lado la conducción política, por otro lado los gobernadores.
- ¿Quién conduce el país desde el punto de vista ya de lo que es gestión? ¿Quién hoy está, quién tiene el rol de presidente?
- Yo tengo la posibilidad de hablar con algunos miembros del gobierno y ellos mismos te dicen que no les interesa. Yo no creo que eso se pueda sostener durante mucho tiempo porque se plantearon como único objetivo, y me digo que no debe ser prioritario, pero el tema de bajar la inflación. Tal es así que la inmensa demora en nombrar funcionarios, en cambiar funcionarios permanentemente, en la falta de ejercicio en la gestión, en la falta de conocimiento, eso se traduce todo el tiempo en todos los ámbitos. Por lo tanto, como bien vos marcás, no hay una gestión. Digamos, el objetivo es bajar la inflación.
- ¿Durante cuánto tiempo puede durar eso?
- La verdad es que está bien que se enfoquen en bajar la inflación, pero si eso es a costa de otros daños colaterales tan graves como convivir con la inflación y desatender toda la gestión, tal cual como lo señalás, no tenemos un presidente que jefe la gestión. Además, él mismo se autodefine como un topo infiltrado que va a destruir el Estado desde adentro, ¿no? Dos términos complicados, topo e infiltrado en tiempos de democracia, pero bueno. Sí, ahí se suma la imagen de los tanques ayer que, bueno, algunos entendieron que no fue la mejor imagen, otros sí. Veo que Argentina nos va de un lado a otro, siempre lo encontramos, y esto es histórico, pero desde 1810 a esta parte, inclusive en la primera junta ya había una grieta, imagínense un poco más de 200 años después.