Al menos doce personas han muerto en derrumbes y desbordamientos causados por las lluvias en los estados de Río de Janeiro y Espírito Santo, en el sureste de Brasil, informaron este sábado 23 de marzo fuentes oficiales. Las autoridades han desplegado un fuerte operativo para intentar reducir los daños.
Hasta este sábado 23 de marzo se reportan al menos doce muertes por una serie de tempestades se desataron durante la noche del viernes y castigaron diversas zonas del sureste de Brasil, especialmente la región serrana situada a unos 100 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro.
En el estado de Río la cifra de muertos asciende a ocho y en vecino estado de Espírito Santo confirmaron al menos cuatro fallecidos y siete desaparecidos.
Tragedias como estas "se intensifican con el cambio climático", señaló el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en un mensaje publicado por la noche en la red social X, en el que se solidarizó con las familias de las víctimas y puso equipos a disposición para colaborar.
"El sufrimiento de las familias que pierden parientes, propiedades y sus hogares a consecuencia de las fuertes lluvias afecta al país", añadió.
Cuatro de las muertes en Río se produjeron como consecuencia del derrumbe de una casa y un pequeño edificio en la turística Petrópolis, ubicada a unos 70 kilómetros de la capital estatal.
Una niña fue rescatada con vida junto al cuerpo de su padre tras pasar más de 16 horas bajo los escombros.
"Estamos con dolor, pero agradecidos por ese milagro", dijo Luis Claudio de Souza, de 63 años, vecino y dueño de un bar del lugar.
Además, en el estado de Río hubo dos muertes adicionales en Teresópolis y otras en Santa Cruz da Serra y Arraial do Cabo.