“…Debemos desarmar el andamiaje creado por casi 35 años
de una lenta pero sistemática estatización socializante, ….La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para lograr así los fines propuestos que en definitiva son los grandes objetivos nacionales” (de la solicitada publicada por la Sociedad Rural Argentina el 24 de marzo de 1977, en el diario Clarín).
(*)El 24 de marzo de 1976 un nuevo golpe de Estado interrumpía el proceso democrático sustentado en la Constitución Nacional y en el voto legitimante de las mayorías populares, para abrir cauces a una de las etapas más oprobiosa del devenir histórico de la Nación. Sería una falacia afirmar que, el golpe de Estado de marzo de 1976 fue una asonada golpista simplemente militar a la cual fueron ajenos sectores políticos y sociales, como también sería falaz afirmar que, aquél golpe militar careció de impronta ideológica y que, fue ajeno a la lucha histórica de nuestro pueblo contra la oligarquía tradicional dominante, asociada desde siempre al imperialismo de turno.-
Es difícil sino imposible, comprender las razones del golpe de
Estado de marzo de 1976 sin bucear los antecedentes históricos, y en particular, la influencia del Peronismo en las masas populares a partir del 17 de octubre de 1945. Los cambios estructurales que se produjeron a partir de febrero de 1946, el proceso nacionalizante e industrializador, la dignificación y la participación política de la clase trabajadora y por fin, la política exterior de integración latinoamericana y de autodeterminación que signó a la Tercera Posición Peronista, marcaron a fuego un modelo de país distante e incompatible con el modelo agroexportador colonizante de la oligarquía tradicional, identificada ideológicamente por sus intereses de clase con el liberalismo económico y sus variantes.-
No es accidental que, ya siendo Ministro de Economía Martinez de Hoz (conspicuo exponente de la Sociedad Rural Argentina y de las clases dominantes) sentenciara: “Un lustro, pensábamos, era el tiempo necesario para revertir los treinta años de atraso a los que el peronismo nos había sometido”.-
El objetivo del golpe de Estado de marzo de 1976, no fue erradicar el estado insurreccional que supuestamente amenazaba la paz y el orden institucional. Virtualmente extinguida y en dispersión la guerrilla urbana (producto de sus errores y falto de apoyo popular); López Rega en el exterior desde julio de 1975 (tras el paro y movilización de la C.G.T.); funcionando a pleno el Congreso, los partidos políticos, los sindicatos, y los Jueces de la Constitución, habiendo convocado Isabel Perón –por presión de los mandos militares- a elecciones anticipadas para el último trimestre de 1976, nada justificaba la asonada golpista de marzo de 1976 como no fuera restablecer a pleno el poder oligárquico pro-imperialista y el modelo agro-exportador dependiente, y liquidar –mediante el exterminio físico- lo mejor de la conciencia nacional y revolucionaria de nuestro pueblo. De lo primero (restablecimiento del orden conservador-dependiente), se encargaría Alfredo Martínez de Hoz (confeso “gorila”) y su programa del 2 de abril de 1976, y de lo segundo, los mandos militares de la época, culturalmente forjados en la escuela de “la doctrina de la seguridad nacional”.
El lock out patronal de la
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oligarquía agro ganadera de la Sociedad Rural Argentina y de la CARBAP nucleadas en la APEGE a partir de febrero de 1975, sus declaraciones golpistas y por fin, la costosa solicitada del 24 de marzo de 1977 (diario Clarín) exigiendo la profundización de la política reaccionaria y antinacional del mentado “Proceso” y el exterminio físico de una generación, son datos históricos que revelan que, Isabel Perón no cayó por sus errores políticos –que por cierto fueron muchos- sino porque, la instancia democrática que se avecinaba (los comicios anticipados para diciembre de 1976), no le aseguraba a las clases dominantes y al imperialismo la posibilidad de que su proyecto tuviere viabilidad electoral. El tiempo demostraría que para lograrlo se necesitarían siete años de represión criminal, de censura inquisitiva, de desmovilización política y sindical y de un brutal vaciamiento cultural, funcional a la prédica consumista y pasatista del stablishment dominante.-
Es importante consignar que, aquél golpe criminal no fue ajeno a la política imperialista de Estados Unidos en el continente, cuya complicidad se patentizó con las declaraciones del entonces Embajador Robert Hill y con el triste mérito de haber sido la potencia del Norte la primera que reconoció a la dictadura militar como gobierno legítimo de los argentinos.-
En este 24 de marzo –frente al hipócrita negacionismo del NUNCA MAS por parte del anarco capitalista Javier Milei- rendimos nuestro homenaje a Nestor Kirchner, quien hizo de los Derechos Humanos una cuestión de Estado, que no solo bajó del Colegio Militar el cuadro del dictador Rafael Videla sino que, gracias a su gestión se dejó sin efecto las leyes de Obediencia Debida y del Punto Final de Alfonsín y los indultos de Menem y que, le dio a los crímenes cometidos por la dictadura el carácter de delitos de lesa humanidad cuya imprescriptibilidad hizo que sus autores y responsables fueran juzgados por la Justicia de la Constitución. Ello no fue lo que ocurrió con miles de compatriotas que bajo el régimen de la Doctrina de la Seguridad Nacional y del Plan Cóndor, fueron secuestrados, vejados, torturados y criminalmente desaparecidos.-
Frente al avance político de la ultraderecha del anarco capitalista Javier Milei, la consigna de la hora es recuperar la memoria y la identidad perdida. Volver a las fuentes del Peronismo de la justicia social para enfrentar al liberalismo oligárquico de La Libertad Avanza y sus socios de la derecha neoliberal del PRO y del Radicalismo. Recuperar la mística de la militancia de los 60/70 y la liturgia del bombo, de los símbolos y los sones marciales de la Marcha Peronista y por fin, la dinámica de la movilización popular y de su participación en los grandes momentos de la historia nacional tal como ocurrió en aquél 17 de octubre de 1945 y en el Cordobazo de 1969.-
Hoy como nunca está presente aquella sentencia de nuestra querida Evita: “Los tibios, los indiferentes, las reservas mentales, los peronistas a medias, me dan asco” y aquella del Gral. Perón: “Los pueblos marcharán con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”.-
Más temprano que nunca nuestro pueblo aletargado y descreído por la deserción de gran parte de nuestra dirigencia (la de la dedocracia y del posibilismo del no se puede), despertará con fuerza vital y seguramente hará tronar el escarmiento.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO A LA RESIGNACION FATALISTA. LA
PATRIA NO SE VENDE. VIVA LA LIBERACION NACIONAL Y LA JUSTICIA SOCIAL!!!!!!!!!!
CORRIENTES, 23 de marzo de 2024.-
* Por el Centro de Estudios y de Investigaciones
Históricas “JUAN DOMINGO PERON”
Norberto S. Soto, Hector O. Castillo, Ramón A. Gomez, Juan M. Roldan, María G. Perez, Daniel A. Bordon, María C. Preckel
