Corrientes, miercoles 03 de diciembre de 2025

Cultura Corrientes
DOCTOR HONORIS CAUSA DE UNNE

Barboza: "Esta distinción la acepto con mucho cariño, con mucho respeto"

30-01-2024
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El célebre chamamecero, galardonado con la máxima distinción que otorga la Universidad Nacional del Nordeste, en plena Fiesta Mundial del Chamamé, expresó su profundo agradecimiento a quienes impulsaron su postulación. "Esto no ha sido inspiración de una sola persona", señaló. 

En un emotivo acto, el maestro chamamecero, Raúl Barboza, fue distinguido en la Fiesta Mundial del Chamamé que se vive en Corrientes con el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional del Nordeste.

La distinción fue entregada en reconocimiento al enorme aporte realizado por este artista de trascendente obra, a la difusión del acervo musical del litoral argentino en el mundo
.
En el mismo, se destaca, además, la grabación de más de treinta álbumes originales en Argentina, Francia, Brasil, Japón, Alemania, España y Holanda, además de su participación en nueve películas y que, en 1987, el consagrado músico se instaló en Francia, donde difundió por primera vez el Chamamé, constituyéndose en un referente de la música litoraleña en Europa.

Luego del otorgamiento, el célebre músico fue entrevistado por FM Facundo Quiroga.

Así transcurrió parte del diálogo vía telefónica.

Este reconocimiento llega por tu extensa trayectoria en la música.
-Yo salí de Francia para hacer una actuación en Brasil. Allá hay un joven músico que se llama Renato Borghetti, que ha puesto una fábrica con su propio dinero para construir acordeones de dos hileras a los chicos con poca posibilidad y se los presta. Pasa un año, pasan dos, pasan tres, y alguien que tiene mucho dinero logra comprarles un acordeón, el niño devuelve el acordeón, y Renato Borghetti inmediatamente busca a otro que lo necesite. Ese es el trabajo de este muchacho. Yo fui a hacer ese trabajo. Y ahora estamos haciendo conciertos por la Argentina, y vamos a viajar porque, en principio, lo único que estaba previsto era hacer un concierto, un concierto, una actuación en el festival, como se hizo siempre. Luego vino este agregado, que yo no lo sabía, pero mi señora lo encontró en el diario y me dijo: 'mira lo que salió acá', y yo miro y veo mi foto y me enteré que me iban a otorgar ese título honorario, Doctor Honoris Causa. Evidentemente, yo nunca espero ese tipo de cosas ni las estoy deseando con el alma, pero no puedo no agradecer la gentileza de mucha gente porque esto no es la inspiración de una sola persona. Esta distinción me ha tocado a mí, y yo la acepto con mucho cariño, con mucho respeto sobre todo.

¿Qué traes para 2024, como propuesta en obra musical?
-Cuando era muy chico, lo recuerdo muy bien, fui invitado a tocar en una grabación con Francisco Casís, bandoneonista que fue de Cuarteto Santa Ana, que entró al cuarteto cuando se fue Isaquito Abitbol. Él es de La Paz, Entre Ríos. Y yo fui a tocar, había otro bandoneonista, un tal Pedro Sasso, bandoneonista de Buenos Aires, y el guitarrista. En la época era un joven muchacho de muy bien parecido, con 22 o 23 años de edad, yo tenía 10, y era Ramón Ayala, el guitarrista. Yo lo había conocido ese día. Con el tiempo yo me di cuenta quién era porque era muy amigo de mi papá. Y bueno, yo comencé a tocar el acordeón. Ya los nueve años tocaban en la radio. Y así seguí todo hasta que grabé un disco. Para el primer disco que grabé llamé a Domingo Cura, para que pusiera un instrumento de percusión en un raguido doble teniendo en cuenta que el raguido doble tiene cuatro tiempos y que es una música de origen afro. Yo pensé que estaba muy bien colocado un instrumento de percusión y sobre todo con un músico como Domingo Cura, pero no cayó bien en algunas personas. Luego yo hice otro disco. Yo pienso que sí, pero haciendo más corta la cosa, porque no me pasó solamente con ese disco, sino yo después estaba tan molesto, no molesto mal, sino yo tengo la capacidad de tocar y entonces hice un disco de tangos y lo grabé para Japón, y de Japón me llamaron por teléfono, pero para tocar chamamé yo fui tres veces a Japón desde la Argentina y siempre ese problema hasta que yo fui prohibido a tocar en uno de los festivales en Corrientes, entonces nunca más fui a tocar a ese lugar específicamente, pero mi idea fue que yo siempre escuché música. Yo escuchaba música clásica. Escuchaba a Carlos Gardel. A Piazzolla. Escuchaba a Piazzolla, sin ninguna duda. Escuché a Fiódor Chaliapin, ese músico ruso, el cantante ruso que era un bajo maravilloso. Escuché música. Entonces un día decidí partir con mi señora que me acompañó, dijo: 'sí, vamos, vamos, vamos y nos fuimos a Europa'. Pero cuando yo llegué a Europa, en París, nadie sabía que era el Chamamé. Nadie sabía que había una provincia que se llamaba Corrientes y que había músicos de un enorme valor. Montiel Isaco, Comarola, Esquivel, Damasio Esquivel, Julio Luján, Ramona Galarza, Roberto Galarza, pero nadie lo sabía. Yo comencé a tocar chamamé solo con el acordeón. Solo con el acordeón. Yo me preparé un repertorio para tocar como si fuera un bandoneonista que toca tango en solo. Nadie había tocado chamamé solo y yo fui a tocar y salí con mi acordeón a los lugares donde me podrían, teóricamente, contratar.

¿En qué año es eso, Raúl?
-1986. Yo tenía 50 años, 49 por ahí.

¿En qué países llevaste por primera vez esta forma de tocarlo así de manera individual?
-Lo primero fue en Francia. Fue en Francia y en varios lugares. También fui a tocar solo a una iglesia que me llamaron para tocar en Alemania. No recuerdo cuántos kilómetros estaba de Berlín. Fue un invierno. Yo creo que hacía no sé cuántos grados bajo cero. Pero fui y toqué en una iglesia yo solito. Y la gente se paró a aplaudir.
¿Te acordás alguna canción de ese repertorio que vos armaste para tocarlo solo?
-En Alemania, cuando terminé de tocar el concierto, era un concierto, yo tocaba como un concertista. La gente se paró y aplaudió con mucho recato por el lugar en que se estaba haciendo el recital. Entonces yo me senté y me pregunté, ¿y ahora qué toco, ahora qué toco? Y me acordé que en el año 1947 yo tenía nueve años y escuché tocar al cuarteto Santa Ana. Se había bajado Montiel del escenario, lo dejó a Isaaco y tocó la calandria. Yo nunca más me olvidé desde ese día. La forma de tocar el bandoneón de Isaco era muy distinta de todos los bandoneonistas que yo había conocido antes. Y entonces pensé, voy a tocar la calandria. Y toqué la calandria. Terminé de tocar, viene una señora muy mayor y me preguntó en alemán, si yo hablaba alemán. Y yo le dije que no, en mi escueto alemán, Nein, Madame, no sé, no. Entonces ella me preguntó, ¿Usted habla francés? Sí, francés hablo. Y dígame, dice, señor Barbosa, me hablaba en francés, esa música que usted acaba de tocar, le hablo de una viejita que tendría por lo menos 90 años. Claro. que a lo mejor nunca fue hija de una señora que fue prisionera francesa en Alemania y que luego se casó con un soldado alemán pero no era nazi y nació ella, dice yo soy alemana y francesa y me habló, me contó la historia y entonces ella me pregunta, ella me dice, “Barboza, esa mujer”. Se refería a “La Calandria”. ¿De dónde es el autor? ¿Es un músico argentino o no? Y yo le digo, sí, señora, es de un músico argentino. Pero la señora me dijo, dígame, señor Barboza, ¿ese señor quiénes son sus ancestros? ¿De dónde llegaron a la Argentina? Porque yo hice, imagino otra cosa y yo me acordé de lo que habíamos hablado con Isaacito. Yo era muy joven, yo tendría 18 años, 17 por ahí. Y me dice Isaaco, a mí me llaman del turco Isaaco. Pero yo no soy turco de origen, yo soy libanés. Además, dice, yo soy judío. Yo soy judío de origen judío. Lo que pasa es que la gente que nació en esa zona, mis bisabuelos, mis abuelos, cuando llegaron a la Argentina entraron con pasaporte otomano. Entonces yo soy turco.

HONORIS CAUSA

La propuesta para el otorgamiento del título de Doctor Honoris Causa de la Unne al notable músico Raúl Barboza, fue presentada por el Consejo Directivo de la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura y aprobada por absoluta mayoría del Consejo Superior de la Unne en mayo pasado.

En los considerandos, se deja sentado que tanto el Presidente del Instituto de Cultura de Corrientes, la Sociedad Argentina de Escritores -Filial Corrientes-, el Director del Museo de Imaginería Guaranítica y el Centro Cultural “La Casa Azul”, realizaron la postulación del músico y compositor para recibir este tìtulo honorífico de la UNNE, fundada en su extensa trayectoria a nivel nacional e internacional como eximio ejecutante del acordeón de cuatro hileras, creando una nueva sonoridad en el Chamamé.

Se subraya también que su álbum “Raúl Barboza”, lanzado en Francia en 1993 ganó los premios Grand Prix Charles Cross, 4 ciefs événement Télérama, Diapason d’or y Choe Le Monde de la Musique.

En 1985 y 2005, la Fundación Konex otorgó el Diploma al Mérito de los Premios Konex a la Música Popular como uno de los 5 mejores “Solistas Masculinos de Folklore” de la década en la Argentina y nuevamente en 2015, esta vez en la disciplina “Instrumentista”.

La Universidad Nacional de Rosario le otorgó además en 2022 el título de Doctor Honoris Causa, en reconocimiento a su extensa trayectoria en la música y en este 2024, será la Universidad Nacional del Nordeste la que distinguirá a este destacado embajador mundial de la música chamamecera.

La Facultad de Artes, Diseño y Ciencias la Cultura de la Unne argumentó en la Resolución 300/22 de aprobación de Doctorado Honoris Causa, que esta postulación se enmarca en los lineamientos y el perfil institucional de esa Unidad Académica.

Esta nominación, aporta además al fortalecimiento de la Declaración del Chamamé como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, por parte de la Unesco.