En el último día de reuniones del Foro de Davos, los líderes mundiales reforzaron sus discursos para buscar opciones en torno a la guerra en Ucrania, el reciente conflicto en Medio Oriente, los desafíos climáticos y el escenario de incertidumbre ante la inteligencia artificial (IA).
En el cierre del encuentro, se habló del expresidente de Estados Unidos Donald Trump y la alta probabilidad que tiene de volver a estar al frente de la mayor economía del mundo y de uno de los principales actores en los conflictos bélicos aún sin resolver.
El evento que concentró a las élites empresariales y políticas en las frías montañas suizas de Davos (Suiza) culminó con la discusión sobre varios de los problemas geopolíticos actuales.
El congreso económico se realizó bajo el lema de “reconstruir la confianza”, con un panorama marcado por la guerra entre Rusia y Ucrania y el estallido de hostilidades en Gaza luego del ataque del grupo islamista palestino Hamás a Israel, el 7 de octubre de 2023.
La magnitud de estos conflictos y el abordaje que se hace de ellos en Davos es una de las razones que hace concluir a algunos expertos que el evento solo se enfoca en anuncios que pocas veces pueden terminar en acuerdos que trascienden, así como explicó Rich Lesser, presidente de Boston Consulting Group a la agencia AP:
"No es realista pensar que Davos, o cualquier reunión, en cualquier parte del mundo, pueda reconstruir la confianza, cuando está fragmentada en tantas dimensiones”, dijo Lesser, aunque reconoció que en la esfera del sector privado y social se lograron “puntos de partida" para lograrlo.
Otros críticos incluso fueron más tajantes y aseguraron que la lujosa reunión que se realiza hace más de medio siglo es un congreso reservado para los jefes empresariales que ansían aumentar su riqueza y los políticos que quieren perpetuarse en el poder.
“Lo que me resulta sorprendente, de hecho escandaloso, en Davos, es este extraño compromiso por parte de los participantes de adoptar una mentalidad optimista”, afirmó Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. “Pero optimismo con el fin de mantener el statu quo y conservar mi privilegio, no es optimismo”.