Así se desprende de un trabajo de investigación y tesis presentado por la arquitecta Mónica Luisina Sosa
Desde la UNNE, el Instituto para el Desarrollo de la Eficiencia Energética en la Arquitectura (IDEEA), de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, puso en marcha un estudio para el desarrollo de alternativas tecnológicas de elementos constructivos basados en materiales sustentables.
Luego la ahora arquitecta Mónica Luisina Sosa desarrolló investigaciones sobre “Guadua chacoensis”, para determinar sus propiedades como material constructivo, su aporte a la sustentabilidad y a la mejora de las condiciones de habitabilidad de las edificaciones.
“Guadua chacoensis” es una de las 3 especies de guadua, que habitan las riberas y bosques en galerías a lo largo de los ríos Paraná e Iguazú. Conocida como “tacuara” o “tacuaruzú”, presenta una altura de 10 a 20 m, cañas huecas de 8 a 15 cm de diámetro.
Se encuentra en el norte de Argentina (Chaco, Corrientes y Misiones), sudeste de Bolivia, Brasil y sur de Paraguay.
Desde la UNNE, el Instituto para el Desarrollo de la Eficiencia Energética en la Arquitectura (IDEEA), de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, puso en marcha un estudio para el desarrollo de alternativas tecnológicas de elementos constructivos basados en materiales sustentables.
Luego la ahora arquitecta Mónica Luisina Sosa desarrolló investigaciones sobre “Guadua chacoensis”, para determinar sus propiedades como material constructivo, su aporte a la sustentabilidad y a la mejora de las condiciones de habitabilidad de las edificaciones.
Recientemente se presentó el Trabajo Final de Carrera “Propuesta de aplicación de Guadua chacoensis, una especie local de bambú, a la construcción de vivienda rural”.
El prototipo de diseño de vivienda con uso de Guadua chacoensis, fue aplicado a un contexto real de pobladores de la Isla Tacuaní de la provincia de Chaco, una comunidad de aproximadamente quince familias que viven en zonas cercanas al río Paraná.
El trabajo fue transferido a la Fundación Cacique de la localidad de Puerto Vilelas, entidad que buscará la construcción del proyecto como solución habitacional para familias ribereñas.
“En el trabajo se corrobora la viabilidad de la Guadua chacoensis como elemento constructivo de calidad y con prestaciones iguales e incluso mejores que otros materiales tradicionales” destaca la ahora flamante arquitecta Mónica Luisina Sosa.
Señaló que para el proyecto se enfocó el uso de este material para la vivienda rural, pero en realidad se considera su versatilidad para diversos tipo de construcciones.
El prototipo diseñado
La propuesta elaborada por la Arq. Sosa, para su aplicación en la comunidad rural, plantea el uso de la Guadua chacoensis para cerchas y pórticos, complementando a otros materiales.
Se hizo un prototipo de módulos de 3 x 3 metros, divididos en un módulo de servicios (cocina y baño), un módulo de dormitorio y un módulo de usos múltiples. Por la disposición, los módulos se pueden acomodar según las necesidades y realidades de cada familia.
Entre las características del modelo diseñado, se propone el uso de techo de chapa, por razón de facilidad constructiva para la zona rural, pero como estrategia para contrarrestar el calor se plantea un doble techo, para generar una cámara de aire con el fin de minimizar lo más posible el ingreso del calor.
Para el piso se propone un entablonado con madera, y revestido con latillas o listones hechos con el bambú local. En el módulo de servicios se utiliza un material impermeable.
Los cerramientos se hacen con ensambles de la Guadua y se revisten con esterillas del mismo material. Del lado exterior se propone revoque de cemento por una cuestión de menor mantenimiento para la familia rural.
Perspectivas
“Este es un prototipo de uso de la Guadua chacoensis para una población rural en particular, pero lo importante es reflejar que es un material adaptable a distintas edificaciones” reiteró la Arq. Sosa.
Así, indicó que desde el espacio de trabajo que integra se propicia el uso de esta especie de bambú local no como competencia de la madera, el cemento y otros materiales, sino como un complemento, como elemento estructural o para cerramientos, pisos, aberturas y otros fines constructivos.
Sostuvo que el bambú es considerado de gran versatilidad para la construcción, y que en otros países tiene un gran aprovechamiento, por lo que con el trabajo que realizan desde la UNNE buscan determinar en la especie Guadua chacoensis, las características constructivas que ya están estudiadas para otras especie de bambú.
Ensayos realizados
En el marco del trabajo realizado por la Arq. Sosa, se realizaron ensayos de compresión en Laboratorios de Vialidad Provincial de la Provincia de Chaco.
También se hicieron estudios de flexión estimativos en laboratorios privados, y ensayos higrotérmico en el Departamento de Termodinámica y Máquinas Térmicas, Facultad de Ingeniería de la UNNE.
“Construir con Guadua Chacoensis es como construir con madera, pero con niveles de resistencia superiores”
Así lo indicó la autora del estudio en relación a las conclusiones obtenidas en los ensayos y acotó que la utilización de esta especie local de bambú abre las puertas a una activación productiva en el sector y un incremento en nuestra economía regional.
Además, agregó que se comprobó la resistencia de este material, con prestaciones superiores al concreto como se conoce para otras especies.
Relevancia del proyecto
Sosa asegura que esta variedad de bambú absorbe en promedio 150 toneladas de dióxido de carbono (CO2) por hectárea al año, más del doble que el pino (72tn x ha) y otras especies de uso habitual en construcción.y además tarda 5 años en poder talarse a diferencia de otras especies, como el pino que tarda 15 años en poder talarse
Destaca también que los tallos de bambú alcanzan la madurez a los 2-5 años frente a los 10-20 años de la mayoría de las maderas blandas (por ejemplo, pino).
A diferencia de otras especies, el bambú, tras ser talado no muere, ya que vuelve a crecer después de la cosecha sin necesidad de replantarlo, lo cual es una gran ventaja.
También se considera el aporte a la sustentabilidad, pues cada año se pierden a nivel mundial cerca de 30 millones de hectáreas de bosques como resultado de la deforestación. En ese aspecto, como sustituto versátil de la madera dura, el bambú ofrece la oportunidad de reducir drásticamente esta cifra y proteger los bosques tropicales en peligro de extinción.
“Esperemos que el proyecto pueda plasmarse en una construcción real con aplicación de Guadua chacoensis, lo cual servirá como experiencia demostrativa de la gran utilidad de esta especie local de bambú” , desea la arquitecta. Sosa.
Fuente UNNE Medios