La isla ha recibido una cifra histórica de migrantes desde 2016, lo que ha provocado el colapso de los centros de acogida mientras Lampedusa reclama ayuda del Gobierno italiano
La situación en Lampedusa está, una vez más, al borde del colapso. Las llegadas masivas de los últimos días han provocado el caos en el sistema de acogida de la isla y llevado al Ayuntamiento a decretar el estado de emergencia. Solamente hubo una pequeña tregua este jueves, cuando se detuvieron bruscamente los desembarcos registrados desde la medianoche. Después de que unas 7.000 personas saturaran el miércoles el centro de acogida, con capacidad para 400, la cifra de migrantes en la estructura descendió a 4.457 por los traslados a otras localidades italianas llevados a cabo por las autoridades, según los medios locales. El Ayuntamiento de Lampedusa, situada frente a las costas africanas, pidió ayuda al Gobierno nacional que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, que llegó al poder prometiendo una mejor gestión migratoria, que, sin embargo, atraviesa un momento muy enrevesado. "Hoy el Ayuntamiento ha declarado el estado de emergencia. Hemos reclamado lo que pedimos desde hace meses, que se trate de proteger la isla con naves, ayuda y apoyo para una isla que en estos meses ha estado en fuerte estrés", explicó a los medios el alcalde de la isla, Filippo Mannino.
Además, el alcalde ha pedido a Roma que inicie un plan de rescate con barcos en el mar para evitar que todos los desembarcos se realicen en Lampedusa. "Este es un territorio pequeño que no puede hacer frente a todas estas personas que piden ayuda. En los últimos años, hemos mostrado solidaridad y acogida, pero ahora estamos cansados y no tenemos las estructuras y la logística para hacer frente a todo esto". Además, subrayó que los habitantes de la isla están agotados y que es necesaria una solución estructural para poner fin a la crisis.
Por su parte, el ministro de Exteriores y vicepresidente del Gobierno, Antonio Tajani, ha pedido a la ONU y al G-20 una mayor implicación. "Ni siquiera Europa por sí sola es suficiente para abordar un problema tan enorme, que afecta no solo a casi toda África, sino también a la afluencia procedente de la ruta de los Balcanes. Por eso hemos implicado a las Naciones Unidas y al G-20", dijo a Il Corriere della Sera.
El vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, utilizó el contexto migratorio para criticar a la Unión Europea y afirmó que esta situación confirma el fracaso del bloque. "Lo que está sucediendo en Lampedusa y hoy en Estrasburgo es solo el fracaso de la Europa del acuerdo con los socialistas", dijo el jefe de la ultraderechista Liga y también ministro de Infraestructuras. "Los desembarcos (de inmigrantes) son el símbolo de una Europa inexistente, alejada, distraída y cómplice que abandona a los países a la hora de afrontar los problemas", añadió. Salvini definió la crisis como "una acción de guerra" y reiteró que el asunto tendrá que ser tratado en profundidad dentro del Gobierno de coalición de Giorgia Meloni, de la que su Liga forma parte. "Estoy convencido de que detrás de este éxodo hay una dirección. Lo trataremos dentro del Gobierno italiano porque no podemos volver a asistir a escenas como estas".
La peor crisis desde 2016
La llegada de casi 10.000 personas en 72 horas provocó ayer grandes aglomeraciones de migrantes en el muelle de Favaloro, que tras largas horas de espera reclamaban alojamiento y que fueron contenidas por un cordón de agentes de la Guardia de Finanza (policía fronteriza italiana), entre forcejeos y momentos de tensión. La isla no se enfrentaba a cifras así desde la crisis migratoria de 2016. Esta pequeña isla, puerta de entrada a Europa desde África, sigue registrando un elevado flujo migratorio desde las costas de Túnez y Libia, acentuado por la crisis tunecina y unas condiciones meteorológicas más favorables en verano, entre otros factores. Cuando los inmigrantes llegan a la isla, normalmente son llevados a su único centro de acogida primaria, casi siempre en condiciones más que precarias y en situación de hacinamiento, por lo que las autoridades se afanan en acelerar los traslados.