Boca y Racing no se sacaron ventajas en La Bombonera e igualaron 0 a 0 por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores.
La serie quedó totalmente abierta y se definirá el próximo miércoles 30 de agosto en el Cilindro de Avellaneda.
Así como los nombres suelen engañar, los planteos también. Es imposible hacer conjeturas puesto que, al final, todo lo que se pueda suponer, termina siendo una ilusión óptica. De antemano, con las formaciones cantadas (durante la semana Jorge Almirón y Fernando Gago jugaron al misterio), lo que se intuía, no pasó. Boca salió a la cancha con un solo delantero, su as de espadas Edinson Cavani y Racing, con tres de punta. Pero el Xeneize fue el dueño de gran parte del duelo y, la Academia, casi no visitó el arco de Romero
Pelota y espacios resultaron dominio del dueño de casa, de entrada. Con Barco por la izquierda y Advíncula subiendo por la derecha, Boca presionó cerca de Arias y Racing se dejó arrastrar contra su arquero. Seguro que ese no era el plan de la Academia, pero estaba claro que no lograba hacer pie. Entonces, el que manejó las acciones fue el local.
Boca tuvo varias, no muy claras, pero las fabricó. La mejor fue la que Arias le sacó volando de manera espectacular a Cavani, quien despachó un cabezazo furibundo antes del cuarto de hora. Después no se diluyó pero tampoco logró quedar cara a cara con el arquero. Forzó varias. Inclinó la cancha, pero le faltó la puntada final. Así se fueron al descanso. El cero era un premio para los de Avellaneda y un castigo para los de La Ribera.
Tras el descanso, el Xeneize tuvo una baja en Barco pero más potencia con el ingreso de Merentiel. El duelo siguió en la misma tónica aunque con menor intensidad. Mientras, el tiempo se consumía… Racing soportaba las embestidas cada vez más tibias de Boca y soñaba con un empate que lo dejaba bien posicionado para la revancha de la semana que viene.
Entonces Almirón movió el banco. Promediaba la segunda parte y el empate ya no le causaba gracia ni al DT ni a los hinchas que empezaban a ponerse cada vez más nerviosos. Entraron Zeballos y Janson y Boca fue. Gago lo mandó a la cancha a Juanfer Quintero por Hauche pero nada cambió, pese a que el colombiano mostró destellos de su calidad. Boca quiso acelerar al final pero chocó contra su falta de puntería. Y Racing cerró su negocio pensando en la revancha.
