Corrientes, viernes 19 de abril de 2024

Cultura Corrientes
ANFITEATRO MARIO DEL TRÁNSITO COCOMAROLA

La plaza llena canta con sangre chamamecera el humilde origen de sus sentimientos más puros

20-01-2023
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(Por Facundo Sagardoy para momarandu.com) La raíz ancestral y campesina que abrevia este canto folclórico brota en la sangre de una plaza en júbilo ante las historias de declaman admiración por la humildad y la paciencia de quienes sufren y jamás serán olvidados.

Y no es inusual que así sea. Así lo es porque esta composición lleva en sí la grandiosa costumbre de la inmortalidad.

Sin embargo, primero habrá que atravesar la muerte, no sin antes dar prueba de fe de tan grandes trabajos y sufrimientos como los que solo en la pobreza se conocen.

Aquí es donde se reúne el canto para homenajear el alma. En el despojo de uno mismo, los sentimientos y las pasiones son desnudados por el chamamé, y se funden al clamor ritual que reclama un pueblo sediento de mitos y de leyendas para explicar la voluntad divina.

Este rito ha dejado a los grandes maestros de este arte en el pedestal de los karai, en las vastas tierras del espíritu guaraní, gobernar el ímpetu del sapucay, como si Tupá mismo se los hubiera encomendado, como ocurre con las palabras cuando las pronuncia Mario Boffil.

Este hombre, menudo y sonriente, que encarna la dolorosa historia de los que saben amar a su tierra en el exilio dentro de ella, este día, esta noche, nuevamente, fue ungido de vida con la más sórdidas de las ovaciones.

Las historias fantásticas de los pueblos entre aguas aún siguen aleccionando a la inmadurez de los corazones duros; las pérdidas vuelven a ser pérdidas, las distracciones distracciones, el orgullo orgullo y la alegría el único recuerdo capaz de hallar refugio a través de la noche oscura del olvido, canción tras canción, cuando reúne su voz para cantarlas en el presente.

Los acertijos por cuya resolución el pueblo expresa clamor por un mundo más humano con su canto son vencidos como los miedos y las angustias que son diluidos por el cálido abrazo de un padre.



En su voz ya no hay contrarios o adversarios, ya no hay igual o distinto, hay solo una historia bella, pero tan triste que ya no es posible escapar.

Este hondo pesar es asumido por el pueblo como un desafío, y allí se encuentran, todos ellos, miles, de todas partes, en un solo abrazo, en la misma plaza, con las manos apretadas o abiertas de par en par, dispuestos a dar el pecho para que entre otra bala sin eludir cuán fuerte puede esta vez caer la vanguardia celeste a quienes reclaman valor.

Este día, en esta noche fundacional´, la celebración cumple su meta.

Entonces, los versos no son partes de sus estrofas o de sus canciones, sino vientos de un vendaval que presagian bendición: Pueblo bailando bajo la lluvia, cheãamamẽ, cuando un alma es desnundada hasta su origen para volver a la tierra.