Un incendio se desató en la madrugada de este martes en el aeropuerto de la sureña región rusa de Kursk, fronteriza con Ucrania, producto de nuevos ataques con drones por parte de las fuerzas de Kiev, el tercero en menos de 24 horas -hubo un cuarto que no alcanzó su objetivo, una planta industrial situada a 80 kilómetros de la línea limítrofe-.
"Un depósito de combustible se prendió fuego. Todos los servicios de emergencia trabajan en el lugar y las llamas están siendo contenidas'', reportaba a media mañana el gobernador local, Roman Starovoy.
Este audaz golpe en suelo enemigo -aún se ignora de dónde partieron las aeronaves no tripuladas-, volvió a desnudar la vulnerabilidad de algunos de los puntos militares del Kremlin más estratégicos, sembró dudas sobre la efectividad de sus defensas aéreas y desató una catarata de críticas internas, como blogueros belicistas que tacharon de "incompetente'' a la cúpula castrense, o el duro veterano de guerra, Igor Strelkov Girkin, condenado en Países Bajos por haber derribado el avión de Malaysia Airlines en 2014, quien confesó: "Solo espera malas noticias por la falta de estrategia de los comandantes y la total pasividad de las autoridades políticas''.
Retornado recientemente de la zona de conflicto, afirmó que "hay una profunda crisis en la planificación estratégica'', diagnóstico que fundamentó en que "los soldados y oficiales están combatiendo por inercia, sin tener idea de los objetivos finales de la actual campaña y adivinando los vagos planes del mando''.
Fuera de la Federación Rusa, también surgieron cuestionamientos, condensados en el informe diario sobre la contienda que elabora el servicio de Inteligencia del Ministerio de Defensa británico, según el cual los ataques con drones del lunes contra dos bases aéreas cercanas a Moscú -la de Engels -alberga bombarderos estratégicos Tu 95 y Tu 160- y la de Dyagilevo -acoge aviones cisterna para repostar en el aire-, representan "uno de sus fracasos de protección de sus fuerzas con mayor importancia estratégica desde su invasión'', al punto de que los bombarderos que están en "sean redistribuidos'' a otras unidades militares.
Por lo expuesto, sonó casi lógico que el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, anticipara la adopción de "las medidas necesarias'' para aumentar la seguridad de instalaciones clave ante lo que reconoció como "una amenaza'' del adversario.
Por lo pronto, las unidades de defensa territorial de la limítrofe región de Bélgorod "ya fueron conformadas y comenzaron sus prácticas militares a cargo de instructores experimentados'', anunció el gobernador local, Viacheslav Gladkóv.
