Corrientes, miercoles 24 de abril de 2024

Política País

El “blue” alcanza el mismo valor que cuando echaron a Batakis

27-11-2022
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Cuando el jueves el dólar “blue” alcanzó los 319 pesos Sergio Massa debe haber recordado aquella frase famosa atribuida a Albert Einstein:“La locura es hacer una y otra vez lo mismo y esperar resultados diferentes”.

Aunque probablemente no la haya recordado, porque ese día estaba ocupado explicándole al “establishment” económico en el Plaza Hotel que la devaluación que reclama destruirá el valor de las empresas o, puesto en otros términos, que los hombres de negocios más poderosos de la Argentina no saben lo que les conviene, pero por suerte él está ahí para que lo entiendan.

La situación parecía extraída de una escena del hoy olvidado teatro del absurdo. Rodeado por el círculo rojo en los lujosos salones del hotel el ministro juraba por enésima vez que no devaluaría, mientras en la calle el peso se devaluaba sin parar hasta los niveles que habían forzado en julio último a Cristina Kirchner a llamarlo para evitar el colapso. Un colapso acelerado por el interinato de la irrelevante Silvina Batakis, ministra que estuvo al frente de Economía menos de un mes antes de que le consiguieran otro empleo público de menor exigencia.

Massa también admitió que si el peronismo no baja la inflación perderá las elecciones, pero los precios siguen aumentando por encima del 6% mensual. En sus cuatro meses en el Palacio de Hacienda no logró perforar ese piso, por lo que llevar el costo de vida al 3% para marzo/abril suena utópico.

La situación de Massa es paradójica: no aplica un programa de estabilización para evitar el costo político del ajustazo necesario, pero él y su mandante, Cristina Kirchner, lo terminan pagando igual, sólo que en cuotas, con la inacabable sangría en trámite. A lo que hay que sumar otros factores negativos como la falta de confianza y el freno a la actividad económica que empezó a registrarse en septiembre. Todos los índices alertan sobre la precariedad de la presente situación. Lo llamativo sería que se mantuviese un año más.

En pocas palabras, no hay solución económica, porque no hay solución política. Y esto ocurre porque en el partido de gobierno el liderazgo de Cristina Kirchner, aunque parcial, traba tanto la renovación del programa económico como la de candidaturas que permitan vislumbrar un cambio.

Fuente: La Prensa.