En la investigación por el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner, la Cámara Federal revocó el fallo del juez Marcelo Martínez de Giorgi y ordenó liberar a los cuatro detenidos de Revolución Federal por el ataque a la vicepresidenta en las inmediaciones de su departamento, en Recoleta.
En el caso de su líder, Jonathan Morel, lo encontraron en Paraná, Entre Ríos. Luego, a Sosa lo arrestaron en su domicilio de Villa Ballester ya que la Justicia sospechaba de ser un integrante clave en el financiamiento de la agrupación. En el caso de Guerra, como estuvo en un hecho violento cerca de Casa Rosada, lo detuvieron en su casa de Moreno. Mientras que a la hija del Coco Basile, se presentó por su cuenta en Tribunales. Hora antes, la PSA había ido a la vivienda del exdirector técnico, pero estaba él solo.
La Cámara Federal consideró, en el fallo sobre Morel, que “no existen riesgos procesales suficientes para mantener la medida de coerción personal dispuesta por el juez de grado y que el mínimo de pena aplicable ascendería a los tres años de prisión, lo que eventualmente avalaría una pena de ejecución condicional”.
Y agregó: “A lo dicho corresponde agregar que, conforme lo informado por el Registro Nacional de Reincidencia, el encausado carece de antecedentes condenatorios y que su domicilio se encuentra debidamente constatado en autos, contando así con arraigo”.
La Cámara afirmó que “el juez no identificó en concreto cuáles serían los comportamientos obstructivos que Morel podría asumir en caso de recobrar su libertad y que colaboró con la investigación porque aportó voluntariamente las claves de sus redes sociales y PC y el patrón de desbloqueo de su teléfono celular para ser peritado”. Asimismo, algo similar explicaron los camaristas respecto de las situaciones de los otros tres acusados, a quienes también ordenaron dejar en libertad.
