La presencia de un cazador armado, que huyó al ser descubiro, fue informada el lunes por una guardaparque del área protegida de Santa Catalina. La Comuna reforzó la seguridad y dio aviso a la policía de la jurisdicción.
El Municipio recuerda que el ingreso y la permanencia en el lugar en actitud de caza es un delito y es penado por las normativas vigentes.
La Reserva Natural Municipal Santa Catalina es área de protección ambiental -Ordenanza Nº 6020- y está incluida en el Sistema Municipal de Áreas Protegidas -Ordenanza Nº 7145- que prohíbe actividades que atenten contra la conservación de su patrimonio natural, cultural e histórico.
El lunes se detectó la presencia de una persona en actitud de caza furtiva. Llevaba un rifle y cuando fue advertido por los guardaparques, se dio a la fuga.
La Ley 22.421 de Conservación de Fauna Silvestre prevé pena de prisión para este delito.
Esta situación se suma a casos de tala indiscriminada de árboles que se detectó dentro de la reserva por lo que la Comuna ha dispuesto reforzar la seguridad en el predio.
La Reserva Natural Municipal Santa Catalina está compuesta por 275ha que están afectadas a este uso y se ubican al sur de la ciudad, limitando con el Riachuelo y el río Paraná, contando con bosques nativos y fauna silvestre cuya caza está penada por ley.
“La normativa establece que no es necesario que el intruso mate a un animal, basta con encontrarlo en busca de cazar o persiguiendo a alguna presa, para consumar el delito que tendría agravantes si llegara a hacerlo con alguna especie declarada monumento natural de la provincia con las que se cuenta en la Reserva Natural”, manifestó Calvano.
