Corrientes, viernes 06 de diciembre de 2024

Opinión País

En una democracia el rol del periodismo es insustituible

07-09-2022
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(Declaarción de Fopea-).) La virulencia de estas semanas y el intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Fernández exigen de un grito unísono de repudio y un reclamo generalizado de prudencia y respeto en el discurso público de todos los actores, sean políticos, dirigentes sindicales, funcionarios judiciales y periodistas.

La multiplicación de manifestaciones, tanto de dirigentes políticos como de comunicadores y de organismos estatales, mediante las que se intenta responsabilizar a la prensa por la violencia enquistada, en nada contribuye a la convivencia democrática y a la paz social.

La promoción de discursos de odio y la estigmatización de periodistas y de medios potencia la intolerancia y atenta contra el diálogo. En los últimos días, se sucedieron comparaciones desafortunadas y agresiones temerarias contra el periodismo. En particular, resultan cuanto menos repudiables la imagen utilizada por Télam, la agencia de noticias estatal, que equipara a un micrófono con un arma de fuego; y la amenaza del periodista militante Ezequiel Guazzora, quien dijo que “esta vez la sangre no va a ser la nuestra.

Lo preocupante es que no se trata de hechos aislados, sino que surgen a partir de una campaña de estigmatización del periodismo por parte de las más altas autoridades del país, que implica un claro mecanismo de limitación de la libertad de expresión y que representa una práctica propia de los gobernantes autoritarios.

Las voces hostiles se potenciaron en los últimos meses, al punto que el presidente Alberto Fernández llegó a decir que los medios intoxicaron la mente de los ciudadanos y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, apeló a una comparación repudiable: “Lo que antes se hacía a través de las botas, hoy se hace con los medios de comunicación".

A estos agravios se suman las voces que proponen discutir una ley que, con el pretexto de combatir los discursos de odio, podría implicar un grave deterioro en la libertad de expresión en la Argentina.

En más de una ocasión, FOPEA alertó que la hostilidad y la descalificación generan un efecto de intimidación sobre la expresión pública y que pueden tener una repercusión directa en la calle. Esa advertencia cobra mayor dimensión en la actualidad, cuando organismos estatales, medios oficialistas y dirigentes políticos afines al Gobierno contradicen los valores de libertad de expresión con agresiones que pueden generar mayor violencia.

FOPEA reitera una vez más que en una democracia el rol del periodismo es insustituible, por lo que es responsabilidad de todos practicar la tolerancia y el diálogo.

-Foro de Periodismo Argentino