Corrientes, miercoles 03 de diciembre de 2025

Opinión Corrientes

Quiénes fueron los maestros de nuestros políticos

21-12-2021
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Foto: Don Hipolito Yrigoyen. 

/Por José Miguel Bonet). Quien es un maestro, es aquel que con sus acciones promueve y fomentar el desarrollo de todas las disposiciones del hombre: intelectuales, morales, éticas- que, en cierto modo, son innatas, estimula la Habituación, mediante la recta razón.

Quien es un maestro, es aquel que con sus acciones promueve y fomentar el desarrollo de todas las disposiciones del hombre: intelectuales, morales, éticas- que, en cierto modo, son innatas, estimula la Habituación, mediante la recta razón, al ejercicio de la virtud que conduce al hombre a la felicidad o bien supremo. , la creación de hábitos intelectuales, a las que corresponde dirigir el conjunto de toda actividad humana,es el responsable que formar la personalidad total y, en primer término modelar el carácter del hombre

En 343 a. C, Filipo convocó a Aristóteles para que fuera tutor de su hijo de 13 años. Casi como si fuera una venganza contra los griegos «de pura cepa» que impidieron su nombramiento como director de la Academia de Atenas, Aristóteles dio forma al carácter del hombre llamado a concluir el trabajo de su padre y a atar la voluntad griega bajo un nudo bárbaro, esto es, macedonio.

Aristóteles, «de piernas delgadas y ojos pepequeños», aceptó la invitación de Filipo II de Macedonia y se encargó de la educación de Alejandro durante varios años. En opinión de un poeta francés medieval: «Le enseñó a escribir griego, hebreo, babilonio y latín. Le enseñó la naturaleza del mar y de los vientos; le explicó el recorrido de las estrellas, las revoluciones del firmamento y la duración del mundo. a paideia propuesta por Aristóteles es un proceso de formación integral y gradual del ser humano, a desarrollar a lo largo de toda su vida. Implica abrir caminos interiores, a través de la búsqueda del conocimiento de uno mismo y la filosofía moral, práctica consciente de las virtudes morales; y caminos exteriores, invitándonos a ejercitar nuestras capacidades intelectuales para extraer todo el caudal de conocimientos adaptándolo, con sentido práctico, a la época que vivimos.

Aristóteles consagró su vida a la formación integral del ser humano, a una verdadera educación del espíritu, y durante los tres años que estuvo con Alejandro intentó cimentar el carácter de este en la ética y la práctica de las virtudes.

Aristóteles sabía que estaba formando las ideas del heredero del reino europeo más poderoso de la época y, según Manley P. Hall, « Aristóteles enseñó a su discípulo que si un día no había hecho algo bueno, ese día no había reinado ».

Se dice que Alejandro, durante su conquista, siempre llevaba con él una Ilíada , regalo de Aristóteles, que según dicen se sabía de memoria.

Don Hipolito Yrigoyen y muchos lideres radicales entre los que sobresalen Illia y Alfonsin heredaron las ensenanzas del krausismo ,Yrigoyen dio a su movimiento una ideología que afirmaba de modo dogmático la necesidad de la participación de todos en la cosa pública a través del sufragio. La fuerza y el volumen que este reclamo alcanzó constituyen un hecho nuevo dentro de la historia cívica argentina: significaba sin duda un despertar de la fe del pueblo en sí mismo, entendido el término “pueblo” con una amplitud hasta entonces desconocida. No es de extrañar que el mismo Yrigoyen mirara a esto como un fenómeno de la historia universal y dijera que se trataba “de la primera manifestación humana que se ha realizado en este sentido” y que sus partidarios vieran en él, además, el apóstol de una nueva religión. El trascendentalismo krausista vendría a confirmar la fuerza de todo este dogmatismo fuertemente “espiritualista” y “creyente”.Yrigoyen, como conductor absoluto del radicalismo desde la muerte de Leandro Alem en 1897 hasta la caída del movimiento de 1930, impuso de acuerdo con sus preferencias filosóficas un krausismo difuso a través de cartas, manifiestos, declaraciones, participaciones parlamentarias y mensajes. Con él termina el episodio krausista argentino iniciado con cierta fuerza a partir de la década del 70 y se cierra la última manifestación de la conciencia romántica. El hecho krausista, hasta ahora desconocido dentro de los esquemas historiográficos, viene pues a romper lugares comunes y nos exige repensar nuestra historia intelectual,IEn su estilo y en su parquedad fue también un krausista. A pesar de la acusación de oscuridad que lanzaron contra él sus enemigos políticos, no fue oscuro para sus seguidores que interpretaron sus mensajes con eficaz claridad y alguna de sus páginas alcanzan a veces la soltura y la dignidad literaria que nos encantan cuando leemos a Eugenio María Hostos, el gran krausista americano.Su estilo, ya lo dijimos, es noble y elevado. Hay en ellos un eticismo fundamental que los emparenta de modo indudable con otras expresiones de la literatura krausista, española o americana. El vocabulario ha sido extraído de Krause, de Tiberghien, de Ahrens, pero recibe en todo momento una connotación muy personal, al extremo de hacer su estilo verdaderamente inconfundible. Con Yrigoyen se inició una nueva etapa del liberalismo argentino al fundar toda la política en la “solidaridad”, concepto a la vez jurídico, sociológico y religioso derivado de Krause. Esta es la otra raíz del pensamiento filosófico-político de Yrigoyen. “En el orden nacional –dice Rodríguez, nadie como él desarrolló y fomentó la solidaridad, postulado de la Unión Cívica Radical, elevándola al dogma de la fraternidad cristiana”. Este hecho significó el paso del liberalismo individualista que se había mantenido vigente desde Juan Bautista Alberdi, hacia un liberalismo solidarista. “Alem era kantiano -, la idea moral inspiró su apostolado y su acción coincidió con una época de culminación liberal. Yrigoyen es predominantemente krausista por su concepción orgánica del estado y por sus fines de solidaridad humana”. La posición de Yrigoyen suponía pues una nueva interpretación de Kant. El derecho dejaba de ser un orden social exterior, asegurado por la presión mecánica de algunos sujetos sobre otros en el estado y pasaba a fundarse en la moral, en aquella raíz vivificante de la que hablaba Giner de lo Ríos, Tratemos de ver cuál es el sentido y estructura de ese pensamiento. En 1912, en un telegrama cursado a la “Juventud nacionalista” de Montevideo, resumió Yrigoyen su credo sobre la base de tres significativas citas:

“Según los grandes preceptos de la sabiduría humana –decía- para que una obra sea buena y eficiente, es necesario que responda a sus destinos, caracterizando definitivamente las ideas que reviste del objeto que se propone.

Dice Fenelón: que la solidez de la razón consiste en instruirse exactamente en el modo en que deben hacerse las cosas que son el fundamento de la vida y de todas sus manifestaciones.

Agrega Bossuet: que la historia y la filosofía son las más sabias consejeras que deben saber los que se interesan por el bien público o tienen alguna función que llenar, para que se compenetren de la lógica de los sucesos y de los acontecimientos humanos, como de las providencias superiores que los interpretan y que en definitiva son los que presiden el universo.

Y afirma Platón: que cuando se pretende alcanzar cosas grandes es hermoso sufrir todo lo que cuesta conseguirlas.

Esas han sido nuestras visiones fijas y no ha habido poder suficiente para desviarnos de ellas por ninguna consideración”.

Alfonsin e Illia fueron dos seguidores de Yrigoyen, adaptandolas a los nuevos tiempos.

El fascismo nació al cabo de la Primera Guerra Mundial como una extraña facturación de nacionalismo tribal y socialismo antimarxista. Así lo definieron, en la década del 30, intelectuales como Gentile, Primo de Rivera, Mosley, Degüelle y La Rochelle. Mussolini había militado en el Partido Socialista italiano hasta 1914. Rompió por diferencias insalvables entre un partido de tibios y él, que se consideraba "el más tenaz creyente en la guerra". Con ese precedente nació el fascismo. Respuesta siniestra de una Italia decepcionada por haber estado entre los países victoriosos en la guerra de 1914-1918 y haber perdido, sin embargo, en la mesa de negociaciones diplomáticas lo que pedía para estabilizar las fronteras entre los Alpes y el Adriático y consumar la anexión, entre otros territorios, de la Dalmacia que sería parte de la nueva Yugoslavia.os y las realil peronismo tuvo, como se sabe, orígenes fascistas. Fascista fue la revolución militar de 1943 de la que emergió a la política nacional. La concepción de Benito Mussolini de que es un movimiento y no un partido lo que está en la esencia del fascismo penetró en las bases teóricas y prácticas sobre las que se asentó el primer gobierno del general Juan Perón.

El Peronismo, tiene como base politica , la captación de votos a través de un partido atrapalotodo, para el que llegar al lugar donde se concentra el poder es lo más primordial que la construcción de una ideología.

En segundo lugar, se trata de proyectos personalistas, con un único líder a cuya figura se subordina el movimiento. Esto puede significar no solo la promoción de una relación de dependencia —en algunos casos, incluso fanatismos— entre líder y votantes, sino también la vulnerabilidad de cualquier planificación a largo plazo al concentrar toda su simbolización y legitimidad en una sola figura.

Otro rasgo común es el verticalismo —que Perón adoptó originalmente por su formación militar— para establecer un orden rígido dentro de las instituciones gubernamentales y agrupaciones militantes, lo cual sostiene diferencias entre clases y sexos al no cuestionar la desigualdad inherente a la forma de jerarquización social.

Finalmente, coinciden en su uso estratégico de los medios de comunicación disponibles para dar a conocer su ideología y, al mismo tiempo, generar una identidad común con la que invitar a participar a otros de su movimiento político, a lo que se suma la implementación de simbolismos bien definidos con los que dar cuenta de una identidad de masas. Un ejemplo claro, además del papel del líder, es la figura que significó la esposa del general, Eva Perón, en los años posteriores al 17 de octubre de 1945, pues a dará voz y un rostro a la mujer argentina.

Y ahora la pregunta, ¿quienes fueron los maestros de los actuales?