Corrientes, jueves 28 de marzo de 2024

Opinión País

Larreta, la dictadura y Evita, por Norberto Alayón

03-07-2021
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Foto: Larreta y Migliore. 

El larretismo creó la agrupación política “La Popular”, la cual “reivindica a Evita y conmemora el Día de la Memoria, Verdad y Justicia en busca de sumar a jóvenes de barrios y villas del sur de la ciudad de Buenos Aires”. Norberto Alayón sostiene en este artículo que Larreta y su equipo nada tienen que ver con la visión y con las acciones realmente populares de Evita, ni tampoco pueden negar que la opción política a la que adhirieron y representan ha constituido el sostén principal de la inhumana dictadura cívico-militar iniciada el 24 de marzo de 1976.

Andrés Fidanza y Martina Noailles dan cuenta (“Sur capitalino” – 12/5/2021) de la creación, por parte del larretismo, de la organización “La Popular”, la cual “reivindica a Evita y conmemora el Día de la Memoria, Verdad y Justicia (por el 24 de marzo) en busca de sumar a jóvenes de barrios y villas del sur de la ciudad de Buenos Aires”.

Afirman que la “ideóloga” es María Migliore, la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la ciudad, y Gabriel Salas el referente central en la puesta en marcha de dicha organización partidaria.

Migliore, de 35 años, licenciada en Ciencia Política graduada en la Universidad Católica Argentina (UCA), asumió como ministra el 10 de diciembre de 2019, en reemplazo de Guadalupe Tagliaferri que pasó a ocupar el cargo de senadora nacional. Previamente, la flamante ministra fue la Gerenta General del Instituto de la Vivienda de la ciudad y mano derecha de Juan Maquieyra, titular de ese organismo y actual Jefe de Asesores de Rodríguez Larreta.

Gabriel Salas es un activo militante de vasta y versátil trayectoria. De origen peronista, fue puntero de Carlos Grosso, el ex intendente menemista que gobernó la ciudad de Buenos Aires entre el 8/7/1989 y el 26/10/1992.

Como titular de la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS) dependió de otro tránsfuga político, el peronista-macrista-peronista Juan Pablo Schiavi, cuando éste fue Subsecretario de Mantenimiento Urbano y Servicios de la municipalidad. Estuvo a cargo, asimismo, de la Comuna 8 que integran los barrios populares de Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo. Precisamente es la Comuna 8 el ámbito territorial principal donde los militantes de la agrupación larretista y migliorista despliegan su labor de proselitismo, con vistas a las próximas elecciones de este año y especialmente al 2023.

En el portal “Minuto de Cierre” (13/3/2020) se refleja una caracterización más severa de Gabriel Salas: “formalmente empleado de planta permanente en la Legislatura porteña (el viejo Concejo Deliberante), es amigo de Gustavo Hernández Siri, un abogado que aparece como socio de Daniel “El Tano” Angelici en la empresa off shore Corbalan Service. Gustavo Siri, junto a Juan Sebastián “El Enano” Destéfano, fue acusado de “apretar” al juez Luis Carzoglio para encarcelar a Hugo y Pablo Moyano, sin importar si había o no pruebas para ello”.

Peronista con Carlos Grosso, kirchnerista con Juan Pablo Schiavi y macrista con Larreta y Migliore, “Salas, a cargo de la obra pública en villas de emergencia, es un resabio del punterismo peronista en el Sur de la Ciudad, militante histórico, un político que exhibe un nivel de vida superior al de sus ingresos declarados”.

En Villa Soldati, Salas mantiene una marcada confrontación con Gustavo Mola, otro importante referente de Larreta, militante radical, ex gerente del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), hombre de Daniel “Tano” Angelici. En julio de 2020, en el marco del Operativo Detectar del Covid-19, en la disputa por el liderazgo en el barrio se produjo un enfrentamiento armado con el saldo de tres heridos de bala. Los nombres de Chaleco y Mauro por un lado y de Sarni y Kechu por el otro, aparecieron involucrados en las diferencias “intelectuales” que portan Mola y Salas, los referentes barriales del alcalde Horacio Rodríguez Larreta.

¿Qué tiene que ver con “lo popular” el bárbaro proyecto del macrismo, que Larreta sostuvo y sostiene a pesar de que intenta disimularlo para capturar la adhesión de ingenuos y también de aquellos que consideran que Macri y Patricia Bullrich representan una suerte de “salvavidas de plomo” para las aspiraciones presidenciales futuras de su espacio?


La popular, la agrupación política larretista.

En concreto, Macri y Larreta representan los mismos intereses y son apoyados por los mismos sectores de lo antinacional, más allá de las formas externas que adoptan, emulando aquellos dichos del “carcelero malo y del carcelero bueno”.

Como dijera el escritor Mario Goloboff en el 2020, “El estilo Bullrich, el estilo Carrió, el estilo Alonso, son fáciles de detectar y, habiendo fuerza política, de combatir. Pero el estilo Peña, el estilo Vidal, el estilo Stanley son mucho más sutiles y, por ende, peligrosos”. Podríamos agregar nosotros que el “estilo Larreta”, el “estilo Migliore” distorsionan u ocultan su verdadero perfil que, en definitiva, colisiona con la consolidación de una sociedad más justa, más igualitaria para el conjunto de los habitantes y no para preservar los intereses clasistas de los sectores más acomodados económicamente que constituyen el sustento objetivo de la gestión antipopular que despliegan.

¿Por qué, entonces, Larreta y Migliore adoptan el nombre de “La Popular” para su organización política? Una denominación que apunta a captar adherentes apropiándose de una identidad diferente a lo que ellos son y representan. Objetivamente, el larretismo como el macrismo y sus diversos aliados, expresan el ideario de los sectores sociales que impulsaron y se beneficiaron con la dictadura cívico-militar de Martínez de Hoz y Videla y con Menem y Cavallo luego.

Larreta, Migliore y Salas le asignan a su organización un nombre opuesto a lo que son; contradictorio con su proyecto político. Si fueran sinceros consigo mismos, en vez de “La Popular” podrían haberle puesto “La Neoliberal”, o bien si quisieran homenajear a nombres de su afinidad ideológica y política podrían haberla denominado “La Martínez de Hoz” o “La Cavallo”. Más aún, si quisieran representar a los sectores más recalcitrantemente despiadados podrían ponerle “La Aramburu” o “La Videla”.

Pero no. Le ponen un nombre ajeno a sí mismos. Con picardía y falta de honestidad, le pusieron “La Popular”, alaban a Evita y aparentan despegarse de la dictadura del 24 de marzo. En un paredón, con letras amarillas, pintaron “La Popu es trabajo y dignidad”, trágica mentira del oprobioso accionar macrista que ellos pusieron en práctica.

En definitiva, aunque finjan descaradamente, Larreta y Migliore nada tienen que ver con la visión y con las acciones realmente populares de Evita. Ni tampoco pueden negar que la opción política a la que adhirieron y representan ha constituido el sostén principal de la inhumana dictadura cívico-militar iniciada el 24 de marzo de 1976.

Buenos Aires, 1° de julio de 2021.

*Profesor Consulto y ex Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA)