(*)Los Cristianos que refrendamos en nuestra memoria año tras año la Pasión y Muerte del Hijo de Dios, tenemos presente sus palabras: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, frase que es parte de la esperanza que por vida nos acompaña, aunque el “César” sea un otario que malgasta su ambición terrenal dejándonos en él abandono.
El “cesarismo” al que hago referencia, -en el “aquí y ahora”- está encarnado en la derecha política “empayesada”, integrada por “césares ideológicos” que bardean a toda persona que muestre linaje popular, y lo más grave, es que no tienen ni Dios, ni patria, ni bandera, pisan nuestras cabezas, adueñándose del suelo donde prima el interés por la acumulación del capital en pocas manos, representando el caldo de cultivo histórico que permitió la creación de la clase social del privilegio, despótica-golpista, que generacionalmente la individualizamos como oligarquía, porque se apoderó del poder y la riqueza sin importar el medio empleado para lograrlo, éstos son los mismos que a veces la juegan de demócratas, pero reniegan de la democracia cuando “juan Pueblo” toma conciencia de sus derechos y vota pensando que ésta Patria también le pertenece, haciéndolos a un lado.
El último macaneador como jugador de truco. “garca y mago de las finanzas” lo personificó “Sí se puede”, el “cuentapropista de lo ajeno” que con sus amigos de “jerga” se patinó la “limosna” que le tiró Trump usando plata ajena, al término de su “digestión” presidencial, haciendo desaparecer por “arte de magia” la suma prestada, superior a los 45 mil millones de dólares, tomando el compromiso y obligándose a devolver 53 mil millones en un período que culmina el año 2024, hecho que generó el cuadro de dependencia y pérdida de soberanía en la que estamos inmerso hipotecando el futuro, porque a las cuentas tarde o temprano hay que pagarlas, habida cuenta que el FMI es el “sponsor” del área capitalista que financia a los países subdesarrollado para subordinarlo a sus reglas de mando imperial.
Esta es hora de repensar la Patria, de reconstrucción y liberación, porque los hacedores del “castillos de arena” con el que se nos ha querido sepultar, han perdido en parte su poder, pero conservan intactas sus “mañas”, son saboteadores históricos de nuestra institucionalidad y sus ansias de quedarse con la “parte del león” la conservan, por eso la contradicción principal sigue siendo Pueblo-Anti-pueblo, Patria o Colonia, Liberación o Dependencia.
Permítaseme en éste día, donde Cristo renace y vuelve al ruedo Resucitado con la sagrada misión de dar fe, que hay un Padre Celestial que está por sobre todo poder y es custodio de nuestras vidas, -hacer un paréntesis- y elevar una oración para pedir por la paz, el pan nuestro de cada día y trabajo, para que la justicia social sea una realidad que dignifique y hermane a todos los pueblos de la tierra, y en particular, nosotros, comprendamos que “Para un Argentino, no debe haber nada mejor que otro Argentino” como nos propuso el General.
Sepamos construir una Argentina con todos y para todos, para “lograr la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria”. Los futuros argentinos lo agradecerán.
*El Negro Salazar