Corrientes, miercoles 03 de diciembre de 2025

Opinión Corrientes

La Crisis de Formosa, por David Dos Santos

22-03-2021
COMPARTIR     
En los últimos días estamos viendo síntomas de insatisfacción popular que evidencian la crisis política y social en la provincia de Formosa. Un acontecimiento que ante el análisis más ligero, exhibe sus causas en la misma forma política de su gobierno. Un gobernador perpetuado desde 1995 en el poder, con reforma constitucional auto promovida donde se establece la posibilidad de reelección indefinida, con una elevada estatización y partidización de la economía, con gran dependencia ciudadana del empleo público y clientelismo político. Todo esto bajo el escudo protector de los gobiernos nacionales amigos.

La Constitución de Formosa tuvo su primera versión en el año 1957. Allá en el 91' el gobernador justicialista Vicente Joga impulsa la primera reforma logrando la reelección al cargo por única vez. Terminado ese segundo período y mediante una interpretación de la Carta Magna provincial se consigue que Gildo Insfran, su vice gobernador por dos veces consecutivas, pueda instalarse primero como candidato y luego como gobernador de la provincia.

 En 1999 vuelve aquella divina interpretación y se obtiene el segundo mandato de éste. Pero Gildo ya distanciado de su mentor, le toma el gustito al poder y en el 2003 reforma nuevamente la Constitución que ya lo habilita para la reelección indefinida, sólo con la oposición de algunos pocos Constituyentes que respondían a su antiguo jefe y al Partido Radical. Lo demás fue coser y cantar.

Gildo Insfrán nació en Laguna Blanca, Formosa el19 de enero de 1951 es veterinario  y  político, perteneciente al Partido Justicialista, el hecho que ocupe el cargo de gobernador en forma continua desde 1995 lo define con absoluta claridad. Su concepción política feudal lo guió en todas sus acciones de gobierno desde el primer día, consiguiendo que gran parte de la ciudadanía dependa económicamente de la economía y las decisiones del Rstado, que es él mismo.

 Su rumbo político pudo haber estado inspirado en otros gobiernos Justicialistas como el del clan Saadi, de la Provincia de Catamarca, que en 1988 consigue la reforma Constitucional instalando la reelección indefinida o Néstor Kirchner, que en 1998 en Santa Cruz, también consigue lo mismo. Así, es que son las únicas tres provincias argentinas con esa posibilidad habilitada por su constitución.

La población de Formosa está constituida en su mayoría por “el crisol” de razas que habita la Argentina, y también tiene casi un 8 % de población originaria integrada por las etnias Wichi, Toba (que se autodenominan Quom) y Pilagá. Los indicadores sociales provinciales nos dicen de un realidad mezquina, pero marcan algunos renglones seriamente desfavorecidos, como el Índice de Desarrollo Humano y la Mortalidad Infantil.

Durante la pandemia la dureza de las medidas de “protección” y prevención aplicadas a la comunidad por el poder provincial, mostraron el verdadero carácter dictatorial del gobierno. Una parte de la población, aquella dependiente y cliente, aceptó con resignación y dolor dicha imposición, y otra no. Los miembros de ésta última en su mayoría jóvenes, con formación y características propias de su tiempo, dijeron basta. No pueden tolerar aquello que desde la misma Justicia Nacional se dice que son excesos.

De esta forma tenemos, por un lado un caudillo con formación ultra conservadora y prácticas de gobierno retrógradas, convencido no que él gobierna, sino que manda y el pueblo debe obedecer y todo debe ser de acuerdo a lo que él entiende como normal.

Por otro lado la franja de población integrada en su mayoría por ciudadanos jóvenes, los millennials, la generación digital, aquellos que nacieron en los tiempos de su mandato pero tienen otra formación. Son fruto de la globalización y la comunicación, tienen alta comprensión de las nuevas tecnologías, mayor nivel de preparación académica, saben del mundo entero y lo conocen porque lo ven sentados en una esquina, mirando la pantalla de su teléfono, y lo pueden comparar con su provincia y les duele; por ello aspiran a que su realidad cambie y proponen como método la movilización pacífica.

Entonces, reciben como respuesta una feroz represión. Y es lamentablemente así porque entre dos “lenguajes” totalmente distintos no puede haber comunicación, y según la experiencia, cuando no hay comunicación estalla el conflicto.

Esa es la penosa realidad de la hermana provincia de Formosa. En honor a la República, la Democracia y la capacidad de generar consensos como seres racionales, no debería tardar mucho tiempo en llegar la solución, porque en el medio hay seres humanos que sufren y aspiran a una vida mejor. 

*Senador provincial.