Corrientes, viernes 06 de diciembre de 2024

Opinión País

Una mirada al interior, por la Ing. María Elina Serrano

06-01-2021
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(Por Ing. María Elina Serrano*) El último día del 2020, el Gobierno Nacional eliminó los derechos de exportación para una gran variedad de productos de las economías regionales. Una excelente noticia para las cadenas productivas del interior de la Argentina, que sin duda alentará la exportación de productos con valor agregado local.

A partir del regreso a la democracia, hubo unas 80 modificaciones en la legislación sobre los derechos a la exportación (conocidos como “retenciones”) de los principales productos agropecuarios.

El porcentaje a aplicar en las retenciones ha llegado a ser una promesa de campaña, si bien para la rentabilidad que recibe un productor hay otras cuestiones a considerar como los impuestos, el precio internacional del producto y el tipo de cambio real.

CON LOS NÚMEROS DE MARADONA

El Decreto tan esperado lleva los números de Diego Maradona: el 1060.

Publicado en el Boletín Oficial del 31 de diciembre, es una medida que alcanza a los productores de alimentos y bebidas de las distintas regiones del país, que representan al 41% del empleo del sector.

De acuerdo a esta norma, se fijó una tasa del 0% para los productos regionales mencionados que, dice la resolución, tienen un bajo impacto en los precios internos de los alimentos.

En el mismo Decreto, se incluyen también modificaciones arancelarias para productos no agrarios.

LAS ECONOMÍAS REGIONALES

Por economías regionales se entiende un conjunto muy amplio de sectores agrícolas y de la agroindustria, de enorme diversidad, que tienen algo en común: son extrapampeanos.

Si bien algunos productos como la miel también se producen en la pampa húmeda, los productos de las economías regionales son característicos de ciertas provincias o regiones geográficas que poseen las condiciones de clima y suelo aptos, además del conocimiento y vínculo que esas comunidades tienen sobre el cultivo.

También se habla de escalas más pequeñas, pero se incluyen productos de la cadena de la carne (ovina y caprina), huevos, acuicultura, horticultura (tomate, pimientos, cebolla, ajos, puerros, esparrago, etc), frutos secos y de pepita, frutas de carozo, cítricos, frutas finas, legumbres, curcubitáceas (sandía, melón, calabaza, pepino), aceitunas, hongos, aceites, esencias, alfalfa, entre otros.

Se consideran las economías regionales también a los cultivos industriales: son cultivos que no se pueden consumir directamente, o bien que su transformación los hace mucho más rentable. En el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se los agrupa en nueve cadenas productivas: el algodón, la caña de azúcar, mandioca, maní, tabaco, quinoa, stevia, té y yerba mate. Son todos cultivos del norte del país, pero se consumen en la mesa de los argentinos de norte a sur, algunos totalmente imprescindibles.

En los considerandos del Decreto 1060, se expresa que los bienes agroindustriales se identificaron en una primera revisión de la potencialidad de determinadas economías regionales en términos de crecimiento de las inversiones.

CONSUMIDORES EXIGENTES

Los productos elaborados en las economías regionales son cada vez más sofisticados, porque no se trata sólo de materia prima, sino de productos de calidad, hechos a la medida del consumidor.

Aquí dos ejemplos, de base religiosa y fundamentales a la hora de abrir oportunidades:

El certificado KOSHER, que garantiza que un producto cumple con las normas de las religión judía. Actualmente en Europa y Estados Unidos el crecimiento de la demanda de productos etiquetados como KOSHER supera a cualquier otra etiqueta alimentaria en el mercado. Es una garantía para los consumidores de que cumple con estrictos requisitos de limpieza, pureza y calidad.

La demanda de productos Kosher en el mercado de la alimentación en Estados Unidos y Europa ha experimentado un crecimiento sostenido, manteniéndose en torno al 15% en la última década, por lo que es una de las tendencias alimentarias más destacadas y reconocidas en el mercado occidental.

La Certificación HALAL es la que exigen los consumidores del mundo islámico, tenerla abre la puerta para un mercado en franco crecimiento. Se emite en el Centro Islámico de la República Argentina, que es una Institución de carácter religioso, social y educativo, autorizada y reconocida por los principales organismos internacionales.

Emite la Certificación HALAL en Argentina desde 1978.

El área que lleva adelante el proceso de Certificación Halal, se ocupa tanto de productos cárnicos, como de productos manufacturados, siempre y cuando todos ellos estén permitidos por la Religión Islámica.

Obtener el certificado no es tan complejo, luego de la presentación de informes y la realización de auditorías se aprueba la planta, y después se certifica cada uno de los lotes a exportar. Tener este certificado da acceso a una población de 1.600 millones de clientes potenciales, solamente en España viven más de 2 millones de musulmanes.

LA OFERTA EXPORTABLE

Las economías regionales generan fundamentalmente arraigo en el territorio, condiciones de equidad social, de género y territorial.

La eliminación de los aranceles ayudará al dinamismo de las economías regionales. Apoyar concretamente a ese sector productivo, resulta en aumentar las cadenas de valor asociadas. Dinamizar el territorio, apostar al crecimiento de divisas que la economía argentina tanto necesita.

En palabras del ministro Luis Basterra, “esta medida viene a acompañar el gran esfuerzo que han venido sosteniendo los productores de estas economías para mantener la producción y abrir nuevos mercados en un contexto complejo".

Las provincias, que totalizan unos 192.000 trabajadores en estas cadenas, se preparan desde sus Agencias de Exportación y también desde las Casas de cada Provincia en Buenos Aires, participando en Ferias Internacionales, eventos de promoción de la Oferta Exportable con datos de posiciones arancelarias en un mundo cada vez más globalizado.

Una noticia potente para terminar un año complicado. Desarrollo de nuevas oportunidades, sumando creatividad e innovación, permitirán optimizar la oferta exportable.

Se abre una mirada especial al interior del país y a ese potencial productivo.

En sus manos está el desafío de ser protagonistas de la reconstrucción.

(*)melinaser@hotmail.com