Mantenerse en movimiento con ejercicios diarios, una dieta saludable, y asistir a las consultas de diagnósitco son vitales para prevenir el accidente cerebro vascular -ACV-, señala el cardiólogo hemodinamista Matías Arévalo, médico del Instituto Cardiológico de Corrientes y del equipo de profesionales en
Anima Fit&Health este jueves Día Mundial de Lucha Contra el ACV.
El Dr. Arévalo dijo que si se llevan a cabo controles periódicos de presión arterial, azúcar y colesterol y se practica ejercicio contínuo, es posible prevenir hasta "el ochenta por ciento de los ACV", calificó "fundamental" ejercitarse, y remarcó en que la campaña mundial contra el ACV lanzada este año apunta precisamente a que la población tome conciencia en torno a este punto.
El Dr. Arévalo explicó que el ACV es "una interrupción del flujo sanguíneo en una arteria" lo que causa que el oxígeno no llegue al cerebro. También puede ocurrir una "ruptura de una de las arterias", lo cual ocasiona un derrame "dentro del cerebro". El primer caso se llama "ACV isquémico", el segundo "ACV hemorrágico". Una vez ocurrido, el ACV también puede dejar secuelas graves como "la inmovilidad de algunas partes del cuerpo", subrayó.
El Dr. Arévalo dijo que las personas deben estar atentas a los síntomas de ACV, y llevar a cabo las consultas pertinentes, o retomarlas de inmediato si ya han sido diagnosticados en riesgo. "Las consultas deben hacerse a tiempo", remarcó.
"El tiempo en que se demora la consulta aumenta el riesgo de que ese infarto o ACV empeore y ya uno cuando llega al tratamiento, lo haga tarde. Hoy por hoy las consultas están mejorando y eso es bueno, nosotros decimos hay que protegerse en la pandemia pero hay consultas que deben hacerse a tiempo”, dijo el médico cardiólogo hemodinamista, integrante del Instituto Cardiológico y del equipo de profesionales en
Ánima Fit & Health entrevistado en el programa "Hay algo más", con Noelia Maciel.
EL ACV
Según la Organización Mundial de la Salud -OMS- las causas más importantes de cardiopatía y de los accidentes cerebrovasculares son la inactividad física, una dieta malsana, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol.
El síntoma más frecuente de los accidentes cerebrovasculares es una debilidad muscular repentina en el rostro, el brazo o la pierna, casi siempre de un solo lado del cuerpo.
Otros síntomas consisten en la adormecimiento del rostro, el brazo o la pierna, especialmente de un solo lado del cuerpo, confusión, dificultad para hablar o comprender lo que se dice, dificultad para ver con uno o ambos ojos, dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o de coordinación, dolor de cabeza intenso sin causa aparente, y desmayo o pérdida de conocimiento.
Los efectos del accidente cerebrovascular dependen de la parte del cerebro que se haya afectado y del grado de afectación. Los accidentes cerebrovasculares pueden dañar únicamente una parte del cuerpo, por ejemplo, la cara, un brazo o una pierna, pero también pueden paralizar todo un lado. Si el accidente es muy intenso puede ocasionar la muerte de forma inmediata.
Cuando la zona del habla se ve afectada debido a una falta de riego sanguíneo, se produce una dificultad para hablar.
Los accidentes cerebrovasculares menores, también conocidos como accidentes isquémicos transitorios o AIT, se manifiestan de forma semejante a los accidentes cerebrovasculares mayores, pero son más leves y duran poco tiempo, generalmente menos de una hora. Por lo general el paciente se recupera sin necesidad de tratamiento. Estos «miniaccidentes» son síntomas premonitorios; la mayoría de los pacientes que han sufrido uno o más accidentes menores sufrirán más adelante un accidente mayor.
Si alguien presenta signos de sufrir un accidente cerebrovascular, se debe llamar de inmediato al médico, pedir una ambulancia o conducirlo a urgencias. Esto debe ser así aunque los síntomas no sean muy intensos, pues el accidente cerebrovascular puede seguir progresando.
El nivel de asistencia médica recibida puede variar de un lugar a otro, pero la atención es necesaria siempre y debe ser evaluada por un especialista que evalúe gravedad del accidente sufrido.
En las tres horas siguientes a la aparición de los primeros signos de accidente cerebrovascular, es posible que proporcionen rápidamente un medicamento trombolítico para disolver los coágulos que pueda tener en las arterias. No obstante, el tratamiento elegido dependerá de la causa exacta del accidente cerebrovascular.
Para diagnosticar el tipo de accidente cerebrovascular de que se trata, los médicos deben tomar nota de antecedentes médicos, hacer exámenes y llevar a cabo pruebas por ejemplo, una tomografía computadorizada o una resonancia magnética que pondrán en evidencia si ha sufrido un accidente cerebrovascular isquémico (por obstrucción de un vaso) o hemorrágico (debido a la rotura de un vaso sanguíneo del cerebro).
Posiblemente esto derive en la prescripción de medicamentos para aliviar los síntomas y evitar accidentes cerebrovasculares en el futuro, además de consejos para llevar adelante un estilo de vida que aporte a reducir riesgos.
En algunos pacientes, procedimientos quirúrgicos especiales que desobstruyen las arterias del cuello, como la endarterectomía carotídea o la inserción de endoprótesis, pueden ayudar a prevenir futuros accidentes cerebrovasculares.
REHABILITACIÓN Y ASISTENCIA A LARGO PLAZO
Los pacientes que han quedado paralizados a consecuencia de un accidente cerebrovascular necesitan cuidados hospitalarios especiales que los ayuden a recuperarse y contribuyan a evitar tanto las complicaciones como la discapacidad a largo plazo.
La mayoría de los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular padecen un cierto grado de discapacidad física y pueden necesitar asistencia a domicilio durante mucho tiempo.
Gran parte de la rehabilitación tras un accidente cerebrovascular consiste en enseñar al paciente a realizar ejercicio físico sin peligro, esta también incluye: Ayuda para caminar, comer, vestirse, bañarse, cocinar, leer, escribir e ir al cuarto de baño, Logoterapia (tratamiento de los trastornos del habla), comprobación de que el paciente puede vivir en su casa sin correr peligro, ayuda para organizar y planificar la asistencia médica y la rehabilitación, y asesoramiento al paciente y a sus familiares, incluidos los consejos en materia de administración de dinero y asuntos financieros y jurídicos.
Los accidentes cerebrovasculares pueden manifestarse de forma súbita y causar la muerte si no reciben atención médica inmediata.
Quizás también sea necesario practicar terapia ocupacional para ayudar a los pacientes a mantenerse activos y ocupados y con seguridad deberá tratarse con fisioterapia para recuperar la movilidad.
Los medicamentos para tratamiento siempre deben ser utilizados bajo supervisión médica.
Según la OMS, entre el 10% y el 15% de los accidentes cerebrovasculares se producen por un derrame de sangre en el cerebro (hemorragia), debido a la rotura de un vaso sanguíneo.
En algunos casos ello se acompaña de hipertensión arterial.
Cuando se producen accidentes cerebrovasculares a causa de una hemorragia cerebral, el diagnóstico se realiza habitualmente por tomografía computadorizada o resonancia magnética. Luego se administra un tratamiento, por lo general alguno de los descritos anteriormente –excepto que no se administran anticoagulantes ni antiagregantes plaquetarios–, y ello comprende la rehabilitación del paciente.
El control de la tensión arterial es sumamente importante en este tipo de accidente. Conviene, además, que el paciente sea atendido en una unidad especializada (unidad de ictus); lo mismo se aplica a otras formas de accidente cerebrovascular.
Según el estado del paciente, a veces puede ser necesario practicar una intervención quirúrgica.
Es posible recuperarse de un accidente cerebrovascular, pero el grado de incapacidad a largo plazo depende de si el daño ha sido permanente o no.
Muchas personas que sobreviven a un accidente cerebrovascular necesitan el apoyo de sus familiares y amigos para afrontar la situación, y deben ser incluidos.
Para evitar que un accidente cerebrovascular se repita es muy importante ejercitarse, mantener un estilo de vida sano y cumplir meticulosamente el tratamiento prescrito.
Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular son más propensas a padecer otro.
Si se sufre de latidos irregulares del corazón (fibrilación auricular), también es importante que saber reconocerlos y busque asistencia médica para prevenir accidentes en el futuro.
EJERCICIOS "CARDIO"
El aeróbic o ejercicio aeróbico, hoy mejor conocido como ejercicio "cardio", es un tipo de ejercicio físico de intensidad variable programado para generar y desarrollar energía aeróbica, es decir, energía que nace del uso libre de oxígeno, elemento esencial del metabolismo aeróbico.
El aeróbic es uno de los pilares de la cultura moderna del fitness y una de las disciplinas privilegiadas por fisioterapeutas y especialistas en medicina preventiva por los amplios beneficios que aporta a la preservación de la salud.
Con pequeñas dosis de ejercicio cardio o aeróbico es posible agrandar el músculo cardíaco, mejorar la eficiencia de bombeo del corazón y reducir la frecuencia cardíaca en reposo, mejorar la eficiencia de la circulación y reducir la presión arterial, aumentar la cantidad total de glóbulos rojos y facilitar el transporte de oxígeno a nivel sanguíneo.
El ejercicio cardio o aeróbico fortalece los músculos involucrados en la respiración y facilita el flujo de aire en el sistema respiratorio y acelera la velocidad con que se activa el metabolismo aeróbico en los músculos.
El ejercicio cardio o aeróbico mejora la capacidad de los músculos para utilizar lípidos y conservar el glucógeno intramuscular, estimula la neovascularización, y tiene grandes beneficios neurobiológicos ya que también mejora las conexiones estructurales del cerebro, aumenta la densidad de la materia gris y favorece el crecimiento de neuronas nuevas.
Los ejercicios aeróbicos de alto impacto también estimulan el crecimiento óseo y reducen el riesgo de osteoporosis.
Los ejercicios aeróbicos se estructuran de miles de formas muy estimulantes y divertidas.
Algunas de las secuencias de cardio o aerobic más comunes hoy incorporan circuitos de fuerza aeróbica con sentadillas, estocadas, lagartijas y giros, cinta de correr, bicicleta estática y máquinas elípticas, o se desarrollan en sistemas como el Power Jump, el Body Pumpy y la Zumba.
La American Heart Association recomienda realizar ejercicio aeróbico cinco o más días a la semana, como mínimo por 30 minutos, tiempo ideal para incorporar a tu vida diaria una sesión de gym completa e intensa con beneficios innumerables.
