Foto: La leyenda del Tatú Carreta. Ilustración digital. (26 x 21 cm.)
La batalla de los armadillos junto al antiguo Río Bermejo que espantó a los conquistadores del Chaco hace cinco siglos es recordada en la obra del artista visual Matías Gómez y la leyenda del Tatú Carreta en la muestra online de Mitología Guaraní que expone el Museo Provincial de Bellas Artes de Corrientes Dr. J.R Vidal junto a Nube Ediciones.
Además de Manuel Augusto Artigué también participan en esta muestra Eugenio Led, Bibiana Romero, Kevin Mayore, Alexander Roa, Sol Flores, Carlos Vivas Diana Aguirre, Agustina Magalí Aguirre, Fabián Roldán, Emiliano Correa, Matías Gómez, Sofía Di Pietro, Jorge Efrén Silva, Darío Ojeda, Gerardo Mansur y Marcos Billordo,.
La muestra puede apreciarse completa en
https://museovidal.wixsite.com/corrientes/mitologia-guarani
LEYENDA DEL TATÚ CARRETA
En el norte de la provincia del Chaco, cercano al antiguo Río Bermejo, hace cinco siglos, en la exuberante selva que conocemos como 'El impenetrable', se desplazaban con toda tranquilidad gran cantidad de armadillos, entre ellos el Tatú Carreta.
Pero un día ocurrió algo inesperado. Un grupo de hombres armados irrumpió en forma estruendosa la tranquilidad que allí reinaba. Después, se supo que eran los hombres de un gran adelantado español, que venían con el afán de conquistar lo que ellos denominaban 'El Dorado'.
Con sus arcabuces y ballestas disparaban casi a todo lo que se movía. La matanza de distintos animales que venían realizando les resultaba demasiado fácil, porque éstos, si bien se asustaban por los estruendos que producían los disparos, no los tenían registrados como enemigos.
Un anciano armadillo decidió darles batalla. Tomó la delantera y atacó a sus nuevos enemigos. Al verlo, los demás armadillos lo siguieron y lucharon a su lado. Con su cola de cincuenta centímetros de largo golpeaban las piernas de los invasores que caían heridos. Ya en el suelo, eran rasgados por las poderosas uñas de sus patas delanteras. Los demás animales, viendo la valentía de los armadillos, decidieron ayudarlos. Juntos vencieron a los conquistadores que huyeron espantados
TATU CARRETA
El tatu carreta es el más grande de todos los armadillos. Su cabeza y el rostro son bastante alargados. Sus extremidades son fuertes y las manos presentan largas uñas, las cuales les otorgan la capacidad de realizar profundas cuevas con gran rapidez y facilidad. La mayor de estas uñas mide aproximadamente unos 20 cm . La cola, al igual que las patas, se encuentran cubiertas por placas. La coraza cubre casi todo el cuerpo del animal (dorso, cola y extremidades). El cuerpo es bastante móvil gracias a que la coraza presenta numerosas bandas móviles. Las orejas y el escudete cefálico no son muy grandes, pero si notables.
Su coloración general es pardo oscura, el caparazón posee un borde más claro y bien delimitado. La cabeza y la cola son más claras que el dorso.
Su nombre científico es Priodontes maximus (Kerr, 1792) y tambén se lo conoce como Armadillo gigante y Tatú guazú.
En Sudamérica habita en selvas tropicales y subtropicales, sabanas arboladas, ambientes transicionales y planicies de inundación. En Argentina prefiere los montes secos y semi-secos del Chaco. La presencia de colonias de hormigas y termitas (u otros insectos suterráneos) parece ser un condicionante importante
del hábitat.
El Tatú excava formando cuevas de aproximadamente unos 50 cm de ancho y 30 cm de alto. Generalmente usa cuevas que se encuentran en proximidad de hormigueros y termiteros y se ubican en lomadas y elevaciones, lejos de sitios inundables. Su alimentación es fundamentalmente insectívora,
consumiendo principalmente hormigas y termitas.
El Tatú es solitario y mayormente nocturno, el Tatú saldría de sus cuevas sólo para conseguir su alimento o buscar pareja, haciendo este tipo de hábito muy difícil su observación a campo. Sin embargo es un buen caminador, e incluso nadador. El Tatú es capaz de plantarse sobre sus patas traseras, utilizando
la cola como apoyo para husmear el aire y adoptar una postura de defensa exponiendo sus garras. En caso de persecución, o al encontrarse acorralado, intenta huir cavando, o se aferra firmemente al sustrato con sus garras.
El tatú carreta se encuentra en la Argentina en grave situación de peligro de extinción y en peligro critico en el Libro Rojo de los Mamíferos de Argentina, amenazada a nivel nacional e internacional (Comité ad hoc SAREM, UICN, 1996, FUCEMA et al., 1997, CITES Apéndice I).
En la actualidad, los únicos registros de la existencia de ejemplares de Tatú carreta son obtenidos a través de las capturas realizadas por pobladores locales en el área de distribución de la especie. Si bien no se han realizado estudios para confirmarlo, la aparición de ejemplares de tatú carreta se debería fundamentalmente a la expansión de la frontera agropecuaria y al uso intensivo del ambiente por parte de la población local.
Cuando se encuentran animales vivos, éstos están siendo utilizados como mascotas en el ámbito local o capturados con la intención de venderlos y obtener algún beneficio económico. En cambio, cuando se encuentran los caparazones, generalmente se trata de ejemplares que fueron utilizados como alimento o para ser exhibidos como trofeo.