Corrientes, jueves 18 de diciembre de 2025
Esta vez, con homenajes a los grandes que dejaron a la tradición de esta cultura un repertorio de innumerables piezas y de composiciones musicales, poéticas y coreográficas, y una propuesta abierta al mundo para sumergirse en la experiencia vital del chamamé, con sus ritos y costumbres, sus cortejos y bendiciones, sus mensajes a la tierra, al amor, a la memoria y al futuro, y entre ellos, el tradicional saludo al bienvenido chamamecero por el Padre Julián Zini, con apartado breve para los lectores de este diario.
Momarandu.com: Comenzó la vigésima octava edición de la Fiesta Nacional del Chamamé, y como siempre, en su apertura, su bendición al pueblo chamamecero. ¿Qué mensaje puede dejar a quienes leen sus palabras en momarandu.com cada vez que sube al escenario?
-Padre Julián Zini: Muchas gracias por convocarme e invitarme. Un saludo grande a toda su gente, a toda la audiencia de momarandu.com. Y sería bueno pensar todos un poquito, un poco como intenté en la oración de bienvenida, poder pensar que hay experiencias que vivimos como pueblo, como sociedad, como familia y como personas, que son importantes porque transforman cuando tienen un respaldo de Chamamé, de música nuestra y que notemos como la música redondea la experiencia humana que estamos teniendo. No queremos filosofar mucho. Queremos que la gente viva, sienta y exprese y que el Chamamé siga siendo una manifestación del pueblo.
M: Usted acostumbra decir que la cultura hace al hombre más humano y que nos acerca los unos a los otros. ¿Cómo debe vivir su cultura un chamamecero en esta fiesta?
-Padre Julián Zini: Cuando surgió allá por el 84, 85, la novedad de que federal, Entre Ríos, hacía el Festival Nacional del Chamamé, alguna gente quedó mal acá porque parece que la iban a hacer allá en Entre Ríos y que tenía que ser en Corrientes. Yo me acuerdo que todo un grupo que reflexionó sobre lo nuestro dijo “¡no! ¡alegrémonos de que haya muchos festivales del chamamé y que en todas partes se goce y se celebre con el chamamé! Vamos a hacer otra cosa, vamos a agrandar la apuesta, lo que en base a nuestra cultura era el areté guasú, de los guaraníes, tenemos una raíz, de la fiesta grande de la comunidad, y acá podríamos decir ahora de la nación chamamecera”. Y, entonces, la fiesta, abarca mucho más que un festival, no es un desfile de artistas, nada más, sino que una celebración que se repite y que se multiplica en los distintos ámbitos de la vida de este pueblo, del pueblo de esta región, y por eso estos títulos que se le van poniendo, “Universo Chamamé”, “ADN Chamamé”, “Experiencia Chamamé” , como para ir encontrando esa cantidad de valores que todavía existen en el pueblo chamamecero y que se expresa en una forma especial cuando está el chamamé.
M: Padre, Está el chamamé, su mensaje, la intención de que sea patrimonio para todo el mundo pero el Papa Francisco I advierte que sobre la cultura del descarte. ¿Cómo interpreta este pedido? ¿Cómo debe interpretarlo un fiel amigo del chamamé?
- Padre Zini: Lo hemos cantado de muchas formas, en nuestro chamamé tenemos una serie de chamamés donde siempre, el tema de la pobreza y de la miseria, de la exclusión, de la gente, nos hiere, hoy yo lo decía en la oración: “Padre, vos sabés, padre Dios, lo que nos duele y nos ofende la desigualdad, la injusticia, el menosprecio, el acomodo, todos esos defectos que vemos en nuestra sociedad y que nos duelen tanto”. Eso, desde siempre, el pueblo con dignidad lo rechazó siempre, pero, hay un mundo globalizado en este momento, que nos agarra desde distintos lados y nos imprime lo que quiere, sobre todo, a través de los medios de comunicación, y en este remolino endiablado, en el que se llevan nuestros viejos valores, con el ñandereko -nuestro modo de ser-, al que estamos agarrados todavía, recuperando algunos valores de nuestra identidad, estamos preparados para pelearle a la cultura del descarte.
M: Algo que va a hacer el Papa es recibir a pueblos originarios. Los pueblos guaraníes están muy pendiente usted. Hoy ¿qué podrían decir esos pueblos a través de su obra personal?
- Padre Julián Zini: Seguramente vamos a tener que volver a pedir, públicamente, perdón a nuestros pueblos originarios. Yo, cada vez que rezo siempre pido perdón a los chamanes que estuvieron antes y en las fiestas de sus pueblos, que hablaban a Dios en nombre de su pueblo. Yo no soy digno, pero les pido permiso y les pido perdón por lo que se haya hecho mal, que tiene que ver mucho con la cultura reinante en ese momento, con la pedagogía que se usaba, por la fuerza, por las buenas, por las malas, por la imposición, por el sistema colonial en el que se metía a toda la nueva sociedad que se creaba acá. Y, entonces, sí o sí hay que pedir perdón. Pero tampoco podemos dejar de lado las cosas buenas que se hicieron y que están en nosotros y que nos permiten gozar, como el chamamé. El chamamé es una mezcla, un mestizaje de barroco guaraní, de varias cosas. Hubo gente que puso su vida a pesar de sus defectos, a pesar de sus pecados y creo que es re importante que tengamos en cuenta eso, y que, viste que a veces cuando estamos bañando chicos en una palangana y queremos tirar el agua, no nos damos cuenta y tiramos el chico también. Creo que lo que es lo que no tenemos que hacer con la historia. Tenemos que ser críticos y tenemos que reconocer lo que fue error, lo que fue maldad, lo que fue pecado, lo que fue injusticia y, a su vez, tenemos que valorar a su gente que dió lo mejor de sí, para que la gente estuviera mejor.
M: ¿Qué debemos hacer para prepararnos para encontrarnos con el mundo ante esta cultura globalizada a la cual se refiere a casi tres décadas de este festival?
- Padre Juián Zini: Y, estar atentos. Estar atentos a la realidad. La vida nos dicta que hacer y qué pensar. Yo pienso que vivimos muy distraídos, aturdidos, nos cuesta pensar. La fiesta es un tiempo para pensar que podemos recuperar valores con los cuales seguir siendo nosotros mismos, no quedar a la antigua, a un costado , sino, servir para la construcción de una sociedad mejor.