Corrientes, miercoles 03 de diciembre de 2025

Opinión Corrientes

El Brexit, o los portazos británicos, por Alejandro Bovino Maciel

04-02-2020
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La Unión Europea es un excelente espejo donde mirarnos como Mercosur. Es la misma idea de un grupo de naciones que decidieron unirse en un solo bloque comercial, arancelario, monetario y aduanero conformando un grupo con poder económico similar al de EEUU. Hace 47 años empezó la construcción y, aunque con el tiempo se fueron sumando más países, desde un principio Gran Bretaña (que comprende Inglaterra, Irlanda y Escocia) fue uno de los países mentores y fundadores. Hace 3 años los ingleses empezaron a inquietarse. Los indicadores económicos declinaban mientras que la economía de Alemania seguía subiendo hasta convertirse prácticamente en líder y motor de la Unión Europea cuya sede central está en Bruselas. Ni el gobierno ni la población inglesa terminaron de digerir esta situación y, aprovechando el descontento del gobierno del premier David Cameron, la derecha empezó a agitar la idea de secesión, el abandono de la Unión Europea y la “independencia” del Reino Unido. Recordarán el plebiscito en el que ganó la opción del Brexit (salir de la Comunidad Europea) y los sucesivos traspiés de la premier Theresa May hasta que nuevas elecciones recientemente colocaron en el gobierno del Reino Unido al actual primer ministro, Boris Johnson quien fuera uno de los más activos promotores del Brexit.

El viernes 31 de enero la bandera del Reino Unido se arrió en Bruselas Oficialmente, Gran Bretaña ha dejado de ser parte de la Unión Europea. Boris Johnson de mostró triunfalista, pero, como dicen todos los analistas políticos y económicos, no hay nada para festejar. El futuro de Gran Bretaña se torna tan incierto como la visión de Londres en invierno, tras la niebla del Támesis. Hay peligros externos e internos al acecho. El gobierno pretende tener como socio comercial principal a EEUU, pero las medidas cada vez más proteccionistas del gobierno de Mr. Trump, que es liberal solo cuando le conviene, no alientan demasiadas esperanzas sobre esa salida. ¿Con quién comerciará unilateralmente en el futuro Gran Bretaña? Nadie lo sabe. Australia, su otro gran puente, está en crisis después de los incendios. Por dentro los peligros no son menores. Es bien sabido que el Reino Unido nunca fue muy unido. Escocia, por ejemplo, ayer mismo salió a proclamar que preferiría independizarse políticamente de Inglaterra para seguir siendo socia de la Unión Europea. Y el parlamento está iniciando los planes de una consulta popular al respecto. El Uslter emitió otro enigmático comunicado anunciando que podrían integrarse masivamente a Irlanda, olvidando las luchas del pasado, con tal de conseguir la independencia irlandesa y continuar, como Escocia, integrando la Unión Europea.

Por ahora son proclamas y cruces de discursos. Pero todos sabemos que los discursos están hechos de palabras, que están hechas de pensamientos, y que esto precede a las acciones en el campo de la política. Los resultados del divorcio se verán claramente en uno o dos años. Y esto será decisivo para evaluar si conviene seguir con el bloque de la Unión Europea o si a los países les va mejor separadamente. Esto servirá para saber si ese sueño de millones de ver una Europa integrada y solidaria sigue en pie o habrá que ir pensando en disolver el sueño. Y nuestro Mercosur, que es una copia de ese sueño, podrá vaticinar con claridad cuál es el mejor destino de las naciones que lo integran, si seguir con el proyecto común o jugar cada cual por su lado.

Por eso, observar el Brexit no es una tarea vana. Es mucho mejor que la astrología para conocer el futuro.