Un importante grupo de productores se ha manifestado nuevamente en contra las medidas regulatorias y la presión impositiva.
Como en el año 2008, los productores van marcando la cancha a su dirigencia. También, en aquella época asaltaba una sequía feroz y la presión impositiva –como ahora- no daba respiro, acosado por el mal aliento del desdoblamiento cambiario.
Al igual que aquella vez, el Gobierno ha vuelto a dictar medidas limitativas del libre comercio de exportación de carnes. Prohibió hasta fines de 2023 sus ventas en siete cortes bovinos con demanda interna, a saber: el asado, la falda, el matambre, la tapa de asado, la nalga, la paleta y el vacío.
Comparado con el cierre inicial de exportaciones de mayo último, se ha flexibilizado –paliativamente, sin mucha incidencia comercial-, sumando la posibilidad de vender carne de categorías de vacas viejas o de conserva.
El Gobierno prohibió hasta fines de 2023 sus ventas en siete cortes bovinos con demanda interna
En Roberto Feletti se encarna el dicho atribuido a Albert Einstein respecto intentar lo mismo –cada vez- y esperar resultados diferentes. La medida ya costó al país u$s800 millones. De la anterior experiencia y por entonces, cerraron 130 frigoríficos dejando miles de empleados en la calle. El stock vacuno se redujo en 10 millones de cabezas, y se relegaron lugares en el ranking de países exportadores de carnes, por fuera de los 10 primeros. Uruguay y Paraguay han sabido aprovechar, como esta vez, tomando destinos de exportación que Argentina deja de abastecer.
Para Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), fue "una reiteración, tan antigua como el peronismo mismo, de trasvasar recursos del campo a la industria". La bonaerense Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) advirtió que es "otro reflejo más de lo difícil que resulta confiar en el Gobierno, pues no se cumplió con la promesa de concluir las restricciones el 31 de diciembre de 2021".
Asoma por rigor regulatorio la eventual creación de un fondo fiduciario destinado al subsidio de la venta de harina, fideos, pan y pollos. Los productores estiman que se haría sobre la base de $14.000 millones que saldrán de sus propios bolsillos. Serían el equivalente a 3,3 millones de toneladas de trigo y 1,5 millones de toneladas de maíz. Es demasiado lo que se toma y nula la compensación.
FUERTE MALESTAR EN EL AGRO
Los excesos tienen nula compensación. Los productores hicieron catarsis en una asamblea en Armstrong, Santa Fe, y sobre el cruce de las rutas 9 y 178 de la que el ministro Domínguez y el jefe de Gabinete Manzur acusaron impacto.
Trascendió que la organización inicial prevista y confirmada en el galpón del club de la localidad recibió la sugerencia de suspensión por parte de la intendente local, de tal manera que se realizó en el cruce de rutas.
Mientras, el clima, ese factor independiente que golpea o acaricia, está mostrando su peor cara: la sequía.
"Tenemos problemas y estamos muy atentos, siguiendo la evolución que está teniendo esta ola de calor, nos está preocupando el maíz de primera y la soja", dijo el titular de Agricultura, Julián Domínguez, luego del encuentro. El impacto se medirá en abril próximo. El año 2018, la última gran sequía, estimó una pérdida equivalente a u$s 7.500.- M.
Más allá de los planes y las formas del ministro están los productores y sus realidades productivas. Lo cual convierte al combo de temas en prioritario porque expresa un ánimo de malestar contundente.
Más de 300 productores, dijeron presente en el encuentro de Armstrong, con la presencia completa de la Comisión de Enlace: Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA); Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA); y Lucas Magnano, consejero de Coninagro, fueron parte de la comitiva que acompañó a los manifestantes.
Alberto del Solar, titular de la Sociedad Rural de Rojas, en una asamblea que se expuso a mano alzada hizo saber que "no se puede estar distrayendo con problemas menores a ver qué se exporta y qué no. Lo que producimos no es ni un bien público ni del Estado, sino que pertenece a los productores que arriesgan, invierten y trabajan en el campo argentino. Necesitamos libertad de comercio".
En tanto, en Colombia el presidente Iván Duque, promulgó como ley una iniciativa que aplica aranceles 0% a las importaciones de insumos para la producción agrícola y ganadera. La medida busca abaratar costos de la producción debido a los aumentos de precios globales de esos insumos. Razones para evitar un malestar que la política pone al alcance, en otro país.
Fuente: Ipro.
