Ocho jóvenes completaron su formación y están listos para sumarse a competencias de freestyle que hay en diferentes puntos de la ciudad todos los fines de semana.
Se capacitacron a través del programa MuniJoven, que permite generar espacios de recreación y brindar oportunidades a los j´venes.
Con cantos y batallas, en el parque Cambá Cuá se realizó el cierre de la segunda edición de la Escuelita de Freestyle de MuniJoven, que impulsa la Municipalidad de Corrientes
En el espacio verde de la sala Adolfo Mors, ubicado en el mencionado paseo público, los alumnos tuvieron su última clase, oportunidad en que pudieron demostrar las herramientas que han adquirido gracias a la escuelita. En esta edición, que se desarrolló en 7 clases (teóricas prácticas), los jóvenes aprendieron a improvisar y armar rimas.
La escuelita fue dictada por EXE, competidor de freestyle reconocido nacionalmente, con varias competencias ganadas y participante de las finales nacionales de la Copa CAMET 2v2 en 2021. También participó de la formación Nicolás Ávalos, actor y streamer local, que se sumó para dictar clases de expresión corporal.
“Estamos muy contentos con estos resultados porque reivindicamos lo que nos dimos cuenta con la primera edición, que claramente este es un espacio que se difunde mucho entre los jóvenes”, comentó la subsecretaria de Modernización, Innovación y Tecnología del municipio, Gabriela Gauna.
Por su parte, EXE destacó la propuesta desarrollada por la Municipalidad, “le dieron en el blanco” –se sinceró- “realmente hay apoyo a la gente joven en este movimiento que está creciendo; hace poco Corrientes fue sede de un evento nacional y demuestra que en la ciudad el freestyle crece a pasos agigantados en poco tiempo lo que nos alienta a seguir evolucionando”.
UNA FORMA DE EXPRESIÓN
Contentos al recibir sus certificados y obsequios, los jóvenes coincidieron que la escuelita de freestyle les ayudó a poder expresarse. “Al comienzo era muy tímida, después empecé a integrarme y soltarme más”, confesó Lourdes Navarro, del barrio Juan de Vera. Para la joven, durante este tiempo “aprendí a desenvolverme con mayor fluidez, me ayudaron las clases de expresión corporal, pude seguir el ritmo y mejorar las técnicas de batallas”.
En tanto que Guillermo González, del barrio Parque Cadenas, contó que la escuelita fue “una buena oportunidad para entrar al mundo del freestyle; además que me ayudó a dejar la vergüenza de lado y ejercitar la mente para encontrar las palabras que me permitan poder rimar; fue una ayuda para poder expresarme”.
