Corrientes, viernes 19 de abril de 2024

Opinión Corrientes

Nuestro planeta así de sobreexplotado y desigual es una fábrica de virus, por Conrado Rudy Pérez

01-10-2020
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Imagen: “Menestralía del Aire”, de Teresita González Ocantos, artista visual, propietaria del espacio de arte “Galería Jacarandá”, de Goya, Corrientes

1.- El actual estado crítico de Pandemia global ha puesto en las marquesinas internacionales, como viene desde hace largo tiempo nuestro mundo de sobreexplotado, injusto y desigual; como el medio ambiente, los recursos naturales y los recursos económicos, son usufructuados y explotados en forma absolutamente indiscriminada, desigual e ilegal.

Los seres vivos dependemos de la naturaleza para nuestra supervivencia; y el medio ambiente natural y sano, es un Derecho Humano y la única forma de lograr un desarrollo sostenible.

En el mundo ocurre que pocas personas de alto poder económico, explotan indiscriminadamente los Recursos Naturales que son de todos y contaminan el medio ambiente que es de todos; y ello produce que muchísimas personas de escaso poder económico -la mayoría del mundo-, estén expuestas sin sus consentimientos, a sustancias y desechos tóxicos y peligrosos que dañan a nuestra naturaleza, y que aumentan el desarrollo de virus y enfermedades endémicas y epidémicas.

Se produce así una sobreexplotación extractiva, contaminante e insostenible que deteriora cada vez más el medio ambiente y nos expone a virus y enfermedades.

No se necesita más que la simple observación, para advertir que en todo nuestro Planeta, existe una enorme desigualdad en el uso y explotación de los Recursos Naturales y Económicos.

Unos pocos depredan la naturaleza y elevan al máximo sus ganancias, y esto produce destrucción del medio ambiente y desigualdad.

El desarrollo debe ser sostenible, es decir cuidando al máximo a la naturaleza, a la tierra y al medio ambiente, ya que si los dañamos afectamos el derecho de todos y destruimos la biodiversidad, como los animales, vegetales, etc.

Estas personas y/o empresas que explotan indiscriminadamente la tierra, luego de erosionarlas y depredarlas, en muchos casos con monocultivos que destruyen la biodiversidad, la flora, la fauna, etc., luego las descartan y buscan nuevas tierras fértiles.

La principal forma de hacerse de nuevas tierras es la Deforestación de selvas y bosques, que son Recursos Naturales de todos y que cumplen una función vital para la salud de la naturaleza y de todos los seres vivos que dependemos de ella.

Deforestar es extinguir las plantas forestales de un terreno, en muchos casos con fines agrícolas, industriales o urbanos, con las consecuencias de la perdida de los bosques y de la biodiversidad, con la destrucción de la flora y fauna del lugar.

2.- Existen múltiples estudios e informes que sostienen que el aumento progresivo de incendios en todas las principales zonas de bosques y selvas del mundo, como en Rusia, en China, en el Amazonas, en Europa, en California, en Canadá, en Australia, en Argentina, y en muchísimos lugares más, se deben en mayor medida a las Deforestaciones realizadas por la voracidad económica inescrupulosa, mediante incendios producidos por personas, ayudados por el calentamiento global y las sequias.

Rusia es uno de los pocos países del mundo que tienen todavía grandes áreas de bosques vírgenes. Pero no obstante ello la deforestación y los incendios forestales de la inmensa región de Siberia, han aumentado exponencialmente año tras año por la voracidad económica; y según grupos ecologistas, es el país del mundo en que desaparecen más bosques a mayor ritmo. La tala indiscriminada de árboles pone en peligro valiosas especies del lugar como robles, hayas, fresnos y carpes. Según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza, Rusia pierde cada año por la tala de árboles y los incendios provocados, medio millón de hectáreas de bosques vírgenes, y en forma inversamente proporcional aumenta cada año la superficie forestal con Monocultivos de árboles de crecimiento rápido. Rusia es el país que a mayor escala destruye sus selvas primarias, seguido de Brasil y Canadá. Los últimos incendios forestales de este año 2020 en la región de Siberia, fueron terribles.

En China la voracidad económica primero se tragó los bosques primarios del país. La tala desenfrenada llevó a la pérdida irreversible de sus riquezas naturales; y la consiguiente desertificación acelerada, produjo el deterioro de la biodiversidad, quedando el suelo expuesto a la erosión y a feroces tormentas de arena, que han provocado la pérdida de sus principales bosques a tal punto que no quedan bosques primarios en el país. Los pocos bosques que quedan se hallan cada vez más en peligro debido a la forestación y a los incendios forestales. Según estudios de ese país las principales causas de los incendios son de origen humano, siendo su primer causa el desbroce agrícola. A partir de este nuevo siglo las quemas con fines productivos y el uso del fuego para el desmonte de la tierra han aumentado exponencialmente. China posee la mayor superficie de plantaciones del mundo, aproximadamente el 40% del total de las plantaciones mundiales. En su mayoría monocultivos de árboles como Eucaliptos y Álamos, que son de crecimiento rápido, o la soja o el caucho, que como Monocultivos destruyen la biodiversidad. Los últimos incendios forestales de China en 2019 y 2020 -en las Provincias de Sichuan y

Yunnan- fueron desbastadores, con 27 bomberos muertos en 2019 y 19 bomberos muertos en 2020.

El monocultivo de árboles como el eucalipto y el pino, están arraigados en distintas partes del mundo, como en Australia, Brasil, Portugal, etc., y relacionados directamente con los incendios que se producen en selvas y bosques, que son pulmones vitales del planeta.

Los monocultivos causan la erosión de la tierra, y alteran el ciclo hidrológico de la tierra, que destruye la biodiversidad (flora y fauna).

El Amazonas no solo es considerado el pulmón del planeta, sino que alberga el 50% de las especies de plantas y el 20% de las especies de aves de todo el planeta; y naturalmente afecta en forma directa a las distintas comunidades que viven en las proximidades de la selva amazónica.

Existe una Red Latinoamericana Contra Monocultivos de Árboles (RECOMA) y en Brasil existen varias Organizaciones que luchan contra el monocultivo de árboles como el Eucalipto, conocidos como “desiertos verdes”, que afectan negativamente a la naturaleza y la población.

3.- La deforestación de la región llamada Gran Chaco que abarca Argentina (Provincias de Salta y Chaco), Paraguay y Brasil, que es el segundo bosque más grande de Sudamérica, es impulsada en muchos casos por el monocultivo de la soja.

En nuestro País en los últimos 30 años, puntualmente en las Provincias de Salta, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Santa Fe y Córdoba, se talaron más de 8 (ocho) millones de hectáreas de bosques nativos, por pocas personas ricas latifundistas, que no trabajan la tierra en forma sostenible, sino que explotan y contaminan, produciendo múltiples consecuencias negativas a las comunidades y pueblos originarios, migraciones de campesinos que terminan en villas miserias, destrucción de la flora y fauna autóctonas, aumento de enfermedades y muertes, etc.; transgrediendo de punta a punta la Ley Nacional de Bosques Nativos 26.331/2009.

En Argentina los incendios forestales han ido aumentando progresivamente al ritmo de la voracidad económica de intereses particulares, tanto en las zonas del Norte, Este y Centro del País, como en la Patagonia Norte.

Estos incendios afectan negativamente y con cierta frecuencia a las zonas del Delta del Río Paraná; y a las Provincias de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Mendoza, San Luis, Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco y Formosa.

Según investigaciones del Conicet, el 90% de los incendios forestales en nuestro País están asociados a la actividad humana.

Es imprescindible destacar la labor incansable que viene realizando hace muchos años en la Provincia del Chaco, la Fundación Dr. Ramón Carrillo, promoviendo la Agroecología y la producción con respeto a la naturaleza, en camino hacia una Soberanía Alimentaria.

Es una obligación del Estado mediante programas concretos y además una obligación de todos: “Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y el perfeccionamiento o la reforma de los regímenes agrarios de modo que se logre la explotación y la utilización más eficaces de las riquezas naturales”, conforme lo establece el art. 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, con jerarquía constitucional, art. 75 inciso 22 de nuestra Ley Fundamental.

4.- Ya desde nuestra Revista Nº 2 de Criminología y otras ZONCERAS, que la Codirigimos con el Dr. Miguel Ángel Achor, de Marzo de 2003 (Moglia Ediciones), la Ecóloga Beatriz Vásquez, advertía la necesidad de: “… evitar la comisión de Delitos Ecológicos. La humanidad debe tomar conciencia de las limitaciones ambientales de la Tierra, nuestro hábitat, que responde a nuestras agresiones con mayores signos de fragilidad… El bien jurídico ambiental es colectivo porque afecta a la comunidad en forma directa o indirecta y en forma mediata o inmediata… es vital un compromiso a asumir por parte de todos y la actuación ecuánime, firme y equilibrada del Poder Judicial”; quien además nos transmitió las enseñanzas de la Ecóloga María Beatriz Schroh, que en su trabajo “En Defensa de Nuestro Planeta”, advertía ya a fines del siglo pasado que: “Desde épocas históricas ha sido una práctica común quemar incontroladamente (por el fuego o con uso de productos químicos) la cobertura vegetal de ciertas áreas, justificando ese hecho ya sea por la necesidad de aumentar las tierras para la agricultura o ganadería, para la explotación industrial y la ocupación humana, o por utilidad inmobiliaria. Como consecuencias de este proceso se producen la extinción de especies vegetales y animales, la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera por la quema, y la erosión al quedar el suelo expuesto al viento y la lluvia…. Los bosques y selvas ocupan aproximadamente el 12% de las tierras del Planeta y albergan cerca del 75% de todas las especies vegetales y animales…”.

El fuego en sí no es el problema, de hecho muchas comunidades originarias de todo el mundo dependen del fuego para su subsistencia; y además el manejo sustentable de la vegetación, incluye quemas controladas y responsables.

El verdadero problema global es que un altísimo porcentaje de los incendios que se descontrolan, son producidos intencionalmente por explotadores que aprovechan las épocas de sequías para deforestar gratuitamente sus tierras, y luego en muchos casos son trabajadores públicos (bomberos rentados) o bomberos voluntarios en un total estado de precariedad laboral, los que tienen que apagarlos arriesgando sus vidas o salud.

La Ley Nacional Nº 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, es una norma que regula la conservación de los bosques nativos, y el manejo responsable y sostenible de los recursos forestales; que a su vez tiene en cuenta el valor que las Comunidades Indígenas y Campesinas dan a las áreas boscosas, en los términos del art. 75, inc. 17 de nuestra Constitución Nacional y en el marco de la Ley Nacional Nº 26.160/2006 de Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas y la Ley Nacional Nº 24.071/1992, que aprueba el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales.

5.- En todos los países donde se han instalado los Monocultivos, los resultados son iguales, mayor riqueza para pocas personas y/o empresas y mayor pobreza para las comunidades.

Advertimos así una distribución injusta y desigual de la tierra y de los recursos, hay muchos Recursos Naturales en manos de pocas personas.

Cada vez que una persona o grupo de personas, utiliza o explota la tierra y los Recursos Naturales, más de lo necesario o produce una contaminación, crea un desequilibrio que afecta al medio ambiente en que vivimos todos.

Cuando distintas empresas pagan a la gente del lugar para deforestar un bosque, la gente no solo pierde los árboles que mantienen la salud del suelo y el medio ambiente, y que les brindan protección contra las tormentas, sino que pierden también recursos vitales para su supervivencia diaria. Las empresas pueden ofrecer trabajos temporarios pero su interés es solo explotar los recursos naturales, ellas se irán cuando estos se hayan agotado y la gente se quedará en una situación peor de pobreza y con un medio ambiente degradado y tóxico.

Cuando se elimina y no se puede reemplazar un recurso natural vital como un bosque, es como si se lo hubieran robado, robado de la naturaleza que es de todos, robado a la gente que depende de ese recurso y robado a las generaciones futuras.

No se trata solamente de luchar contra un virus. Nuestro planeta así de sobreexplotado y desigual es una fábrica de virus.

El 1% del mundo más rico consume lo mismo que necesita el 60% más pobre para sobrevivir.

Solamente en lo que va de este nuevo siglo ya tuvimos una cantidad de virus que se cobraron miles de vidas: a.- el SARS-Cov2 en 2002/2004 (Síndrome Respiratorio Agudo Grave): Coronavirus que también empezó en China y se propagó a Europa, Asia y América; b.- la Gripe Aviar en 2005 que empezó en Asia y se propagó a Europa y África; c.- la Gripe porcina o gripe A en 2009 que empezó en México y se propagó a toda América, Europa e India; d.- el MERS-Cov en 2012 (Síndrome Respiratorio Coronavirus de Oriente Próximo): Coronavirus de Oriente Próximo que por el Golfo Pérsico se propagó a Europa, que también como el actual Coronavirus-COVID19, causaba fiebre y neumonía; e.- el EBOLA en 2014/2016 que surgió en una aldea africana cerca del Río Ébola; f.- el Coronavirus-COVID19, que en lo que va del 2020 ya ha causado una Pandemia mundial, con miles de muertos.

Esto no cambiará en la medida en que se siga explotando indiscriminadamente y destruyendo el medio ambiente y en la medida en que siga el estado actual de sobreexplotación, desigualdad y pobreza.

6.- Nuestra Constitución Nacional, en el art. 41 establece expresamente que: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales…”.

Los Derechos Ambientales comprenden tanto el derecho a vivir en un medio ambiente sano, como el derecho a contar con Servicios Públicos Básicos indispensables para el desarrollo y bienestar de las personas.

Desde el Estado (Nacional, Provincial y Municipal), desde sus tres Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, existe la obligación de respetar y garantizar los Derechos Ambientales, no solo absteniéndose de violarlos e impidiendo que otros los violen, sino que además deben tomar todas las medidas necesarias con el máximo de sus recursos económicos, con programas y políticas concretas y activas, para garantizar un medio ambiente sano y el uso sostenible de los Recursos Naturales, sin comprometer a las generaciones futuras.

El Estado desde sus tres poderes, debe controlar que no se deforesten los bosques y selvas que están en zonas protegidas, que las prácticas agrícolas sean regenerativas de la tierra, que no se contamine el medio ambiente con tóxicos, que se preserve y respete la biodiversidad de la zona, que no se afecten a las comunidades locales, etc.

El Estado desde sus tres podres debe controlar particularmente que no se violen las Prohibiciones de generar Incendios y Quemas, aplicando el art. 186 y siguientes del Código Penal, la Ley Nacional de Manejo del Fuego Nº 26.815/2013, la Ley Nacional de Defensa de la Riqueza Forestal Nº 13.273 (t.o. Decreto 710/95), la Ley Nacional de Control de Actividades de Quema Nº 26.562. En la Provincia de Corrientes, la Ley Provincial Nº 5.590/2004 y su Decreto Reglamentario Nº 316/2006.

Los Derechos Ambientales integran el Derecho a la Salud, a tener condiciones ambientales y laborales saludables, a la protección contra enfermedades endémicas y epidémicas, etc.

El respeto al Derecho a la Salud y al Medio Ambiente Natural, Sano y Sostenible de todos, es lo justo y legal. El simple respeto al Derecho ajeno. En rigor de verdad, el mundo está como está, así tan inequitativo y desigual, porque los poderosos están acostumbrados a pisotear Derechos ajenos.

- El aire, esa partícula invisible e insignificante, que siempre la damos por hecha, es pura magia de la naturaleza, es la obra maestra de nuestro Planeta, es el resultado maravilloso de un complejo engranaje que pone en funcionamiento el mundo vegetal, el mundo animal y el mundo mineral, día tras día, polinización, filtración, fotosíntesis, y al fin el oxígeno, la partícula de la vida, el primer alimento del ser humano.

No obstante lo damos por sentado, lo subestimamos, lo contaminamos hasta límites inimaginables. Hasta donde puede aguantar la naturaleza este destrato, no lo sabemos. Si sabemos que ella es muy resistente, y además sabemos que cada tanto ella se manifiesta de diversas formas y que muchas veces le damos vuelta la cara.

El aire contaminado enferma y mata prematuramente.

“La contaminación del aire es el mayor riesgo ambiental para la salud… la degradación ambiental es responsable del 23% de todas las muertes del mundo...”. Organización Mundial de la Salud.

Las personas más vulnerables, son las más afectadas por la degradación ambiental.

Necesitamos de la biodiversidad que posibilita una multiplicidad de plantas que deben ser polinizadas por otra multiplicidad de insectos como hormigas, moscas, mariposas, abejas, mosquitos, etc., y con los rayos solares hacer la fotosíntesis que nos da el oxígeno; la naturaleza hace a la perfección su trabajo, y nosotros cada vez le ponemos más obstáculos a su trabajo, la contaminamos, la deforestamos y talamos, la incendiamos, la degradamos con Monocultivos, pero ella sigue y se abre paso, nos da señales inequívocas de que la respetemos.

Si no revertimos este ciclo progresivo de destrucción de nuestro medio ambiente y de aumento de la pobreza y desigualdad, nuestro mundo va a seguir siendo una fábrica de virus.

*Abogado Especialista en Derecho Penal y Docente de la Catedra Libre de Derechos Humanos y Participación Ciudadana (CES, UNNE)